lunes, 20 de diciembre de 2010

Cine peruano: ¿Por qué no imitar el fenómeno Nollywood?

Una cuestión todavía pendiente es el impulso de la cinematografía nacional y que recientemente se ha puesto en debate por la aprobación de la Ley Procine, en la cual se hace evidente el apoyo a las grandes distribuidoras y salas de cine en desmedro del cine nacional. Más allá del debate que los expertos en esta materia puedan realizar sobre las consecuencias de una norma antojadiza para algunos intereses, no debemos olvidar que las normas en sí no son las que determinan los cambios económicos y sociales de un sector, sino que también tienen que estar aunados a las necesidades de los actores involucrados. Una ley, sea del tema que sea, no generará ningún cambio si no obedece a una necesidad real. Me refiero a cuál pudo ser el criterio de imponer un aporte obligatorio de un poco más del tres por ciento de una entrada al cine para la promoción del cine nacional si no hay un incremento de los asistentes a las salas de cine. ¿Por qué hablar de un boom del cine nacional si las películas peruanas son retiradas de las salas cinematográficas a las pocas semanas de estrenadas llevando pocos miles de espectadores en el tiempo que estuvieron en cartelera? y sólo tienen alguna receptividad en los espectadores si las cajas de resonancia exteriores –léase premio, nominación o selección- les dan algún eco corroborando su calidad. Más aún, las películas nacionales no son capaces de venderse por sí mismas porque el público peruano no tiene la necesidad de verlas. Los motivos pueden ser muchos pero nos podemos  aventurar  mencionando que los temas tratados en estas producciones tienen el objetivo de impactar en el exterior en vez de hacerlo en el Perú y no por una cuestión de complejo cultural, sino porque es ahí donde está la publicidad que necesitan para poder vivir de esta actividad. En otras palabras, el cine peruano usa su realidad, sus problemas sociales y culturales para venderse en el extranjero.


Es una actitud lógica, yo vendo mi producto donde me lo pueden comprar, de qué serviría hacer una película que sólo los peruanos la entiendan, si ellos no la van a consumir. De ahí ya planteamos un punto de partida desfavorable para el desarrollo de la industria cinematográfica peruana.

Esta introducción tiene el objetivo de proponer que se impulse un circuito cinematográfico que no dependa de estas multisalas y distribuidoras que siguen la lógica de exhibir lo que más resuena en el extranjero, intentar competir con ello linda con lo absurdo. Una alternativa sería estudiar el fenómeno del consumo de cine en el Perú, es evidentemente que resalta la piratería donde podemos encontrar películas a precios irrisorios, desde 2 a 5 soles dependiendo del lugar donde se adquiera o 15 a 20 en el caso de los Blue – Ray. El consumidor de cine se nutre de las copias que pululan impunemente por todas las calles de Lima y provincias ¿De dónde es que nace el entusiasmo por comprar televisores plasma o LCD, DVDs o sistemas Blue Ray si no hay video tiendas formales? (o pocas como Drugstore DVD), no es necesario tener un doctorado en Ciencias Sociales para deducirlo.

Es ahí donde está el mercado abundante y emergente, y como dice el dicho, si no puedes con ellos, úneteles, quiero decir que el cine peruano debe buscar su distribución en este mercado y para ser más claro lo aconsejable sería repetir el fenómeno llamado Nollywood, el cine elaborado en Nigeria, y que es considerado como el tercer mercado cinematográfico más grande del mundo después de Hollywood y Bollywood, capaz de mover cerca de 200 millones de dólares al año.

La distribución de estas películas son eminentemente en los mercados formales e informales de este país en formatos DVD o VCD,  siendo el costo de las copias dos dólares, vendiendo las más exitosas entre 50 mil copias al año, actualmente existen casi 300 productoras que realizan películas en formato digital. Las locaciones donde se graban se encuentran en la calle misma, con actores amateurs (que luego se profesionalizan de acuerdo a su participación en un mayor número de películas) escogidos en castings que atrae a mucha gente. Se intenta abaratar los costos al máximo para que el producto final no sea vendido a precios excesivos, siendo ellos mismos  sus propios distribuidores.

El éxito de estas películas, que a veces no tienen un trabajo de producción depurado, se debe a que reflejan la idiosincrasia de los pueblos, mitos, leyendas, conflictos familiares, barriales, etc. Son de tanta aceptación que las copias vendidas superan a las de las películas de Hollywood.

Este es un ejemplo de cómo una industria cinematográfica puede crecer sin necesidad de leyes ni los favores de grandes grupos empresariales. Recordemos que Nigeria es un país subdesarrollado con informalidad que adolece de un grave problema urbano en su capital y que a pesar de eso ha podido fortalecer su propia industria.

No podemos olvidar mencionar el fenómeno de las cantantes de música folclórica, donde con videos de escasísima calidad lograron captar muchos adeptos y por ende, hacerlo un negocio rentable. 

Si bien repetir o intentar este modelo puede hacer disminuir la calidad de ciertas producciones, puede hacer que el público peruano se acerque más a nuestro cine y que lo consuma;  y por el otro lado que las productoras también vean incrementado sus ingresos para que paralelamente puedan hacer proyectos de mayor envergadura.

Hay que quitar el prejuicio de que los peruanos no podemos consumir nuestro propio cine, pero el primer paso lo deben dar las productoras, hacer cine independiente no quiere decir que sea cine exclusivo, artístico o conceptual o que hacer cine comercial es imitar a Hollywood, hay que tener mucha creatividad para tomar el negocio del cine en serio y no creo que a nuestros realizadores les falte.


Vídeos sobre Nollywood:

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ideas expuestas por Vandana Shiva en "Abrazar la Vida:mujer, ecología y desarrollo"




Vandana Shiva es una intelectual india, defensora del ecofeminismo que critica por ejemplo, la idea de que en el orden simbólico patriarcal se pueden hallar la dominación del varón hacia la mujer, así como la de la naturaleza, a la vez propone “que el movimiento feminista y el movimiento ecologista tengan objetivos comunes”.

El presente texto es una síntesis de su conocido ensayo llamado “Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo” escrito en  1995.

Dicho libro trata de una manera crítica el tema del progreso y el desarrollo impuesto por la sociedad, donde el conocimiento científico moderno y el desarrollo económico marcaron a la ideología  imperante. Las ideas basadas en estos supuestos han ocasionado el sacrificio de vivir y celebrar la vida en toda su diversidad, dándole un carácter sagrado a la ciencia y el desarrollo.

Tal posición, producto del patriarcado occidental, provoca la destrucción de la naturaleza, depredando los recursos naturales necesarios para una vida armónica. Esta destrucción es el reflejo del actual paradigma del desarrollo del que es necesario salir y replantearlo. El patriarcado del que nos habla la autora es el que ha hecho de la  ciencia y el desarrollo moderno un modelo a seguir, basado en la destrucción y aniquilamiento de la naturaleza  y de todo el género humano. Desde los siglos XV y XVII, la revolución científica marcó la posición de tomar a la naturaleza como fuente de materias primas, transformando la economía de prudente administración de los recursos para el sustento y satisfacción de las necesidades básicas, en un proceso de producción de bienes para hacer el máximo de ganancias.

Es así que producto de esta violencia se instauró una nueva relación en la que el hombre era asociado con el dominio y la superioridad, excluyendo a la mujer de este nuevo proceso científico.

La mujer ante esta situación, se ha alzado contra estas formas patriarcales de desarrollo, analizando las raíces históricas y conceptuales del desarrollo como un proyecto de ideología de género, observando los postulados económicos del patriarcado occidental y el mito, y la universalidad de la ciencia moderna.

I. Desarrollo, ecología y la mujer

El desarrollo como un nuevo proyecto del patriarcado occidental.-

Se planteó cómo es que esta idea de “desarrollo” iba a llegar a todos, dándoles bienestar y comodidad. Los conceptos de desarrollo económico y la utilización de recursos naturales fueron elevados a la categoría de postulados y de aplicación universal. La expansión de la Europa occidental fue la que impulsó la necesidad de generar excedentes y ganancias trayendo con esto la creación de pobreza y el desposeimiento de recursos.

La labor expansiva colonialista fue continuada con el concepto de desarrollo, sosteniéndose en la explotación y la degradación de la naturaleza y la mujer, sometiendo por ende a las culturas oprimidas, los campesinos y los pueblos tribales.

La situación de la mujer se manifiesta en que ellas se empobrecieron durante el régimen colonial, la privatización de la tierra con el objetivo de generar ingresos las desplazó dejándolas con pocos recursos para alimentar a los niños, ancianos y enfermos. La falta de recursos empeoró su situación debido a la carga de trabajo, mermando su salud, nutrición y educación. A la mujer se le privó de la posibilidad de producir sus tierras quitándoles la administración y el control de ellas.

Los supuestos patriarcales de que la naturaleza es improductiva si es que no es  procesada por las técnicas han generado un mal desarrollo, dejando de lado el principio femenino, principio de conservación y el principio ecológico. Estos supuestos se sostienen considerando no productivo o improductivo a todo trabajo que no dé ganancias y no genere capital.

El mal desarrollo es la muerte del principio femenino.-

En las condiciones de subsistencia, la relación masculino–femenino, la interdependencia y complementación de los ámbitos de trabajo estaban basados en la diversidad. El mal desarrollo genera desigualdad en la que la cultura del hombre tecnológico es la dominante, así violando la integridad de los sistemas orgánicos interconectados e interdependientes. La autora llama a esta posición de “reduccionista” porque rompe la unidad cooperativa de lo masculino y femenino, despojando al hombre del principio femenino y poniéndolo por encima de la mujer y la naturaleza.

Dos tipos de crecimiento, dos tipos de productividad.-

El mal desarrollo es llamado comúnmente Producto Nacional Bruto, porque este mide el progreso en función al lote y los bienes y servicios producidos en la economía del dinero. Por lo que la producción de mercancías constituye la principal actividad económica, destruyendo el potencial de la naturaleza y la mujer de producir vida y bienes y servicios para cubrir las necesidades básicas. La mujer es desvalorizada en este proceso porque su trabajo coopera con procesos naturales y porque lo que produce es para satisfacer el sustento necesario.

La “productividad” y crecimiento, consideradas como ideas positivas y desarrolladas generan el elevado consumo de recursos y energía producto del uso de las tecnologías modernas. Al abusarse de esta explotación por parte de las industrias,  los recursos se agotan, no dejando tiempo a que estos se regeneren. El desinterés  por ocuparse de los procesos naturales, al no ser económicos y tangibles, es porque se tornan invisibles ante los ojos capitalistas. La transformación ocurre cuando los recursos son canalizados a la economía de  mercado alejando la posibilidad de estabilidad económica y generando nuevos tipos de pobreza.

Dos tipos de pobreza.-

Aquí la idea de pobreza debe ser separada de la concepción cultural que se tiene, que es la de pobreza de subsistencia de la experiencia material, originado por el desposeimiento y la privación. La pobreza que se percibe actualmente no es necesariamente tal, la economía de los que satisfacen sus necesidades básicas con el autoabastecimiento no son necesariamente  pobres. Sin embargo, la ideología del desarrollo las cataloga así porque no están integradas a la economía de mercado, por ejemplo; se considera pobres a las mujeres si viven en casas construidas por ellas con materiales naturales como el bambú y el barro en vez de vivir en casas de cemento. Es por esta razón que el sistema del mal desarrollo destruye los estilos de vidas sanas y sustentables, y crea la verdadera pobreza material, o miseria, al desatender las necesidades de subsistencia.

La economía basada en la acumulación de riquezas proviene de la colonia en la que la mano de  obra era lo más importante a costa de la extinción de los recursos naturales. Se buscaba la más barata y abundante fuerza de trabajo para producir cada vez más; en cambio, las economías tradicionales sólo usaban los recursos para satisfacer necesidades inmediatas. La diferencia sustancial entre una y otra economía es que la primera satisface las necesidades mediante una cadena larga en que los procesos tecnológicos están involucrados, dejando a los que no posee recursos fuera de ella y que la economía industrial es la que posibilita la satisfacción de necesidades no vitales, todo lo contrario sucede con las economías tradicionales en que las satisfacción es inmediata y justa.

La pobreza de estos pueblos tradicionales es producto de la desigualdad de la actividad económica distribuyendo los privilegios de manera desigual y elevando el consumo de materias primas que a la vez son subvencionadas para las grandes industrias, desfavoreciendo a los que viven de esas materias primas. Los costos de producción de recursos se dividen en distintos grupos económicos pero los que lo soportan principalmente son las mujeres quienes satisfacen sus necesidades básicas directamente de la naturaleza, debido a que carecen de la posibilidad de adquirir los recursos que proporciona el sistema moderno de producción.

Lo que se pone en cuestión es que la vieja suposición de que el sistema moderno aumente los bienes y servicios y elimine la pobreza realmente sea efectiva. Los movimientos ecologistas de mujeres del Tercer Mundo impugnan este sistema, luchando por el destierro del régimen patriarcal de desarrollo e intentando la recuperación del principio femenino que permitirá la redefinición del concepto de crecimiento y productividad.

II. Ciencia, naturaleza y género.

Las categorías reduccionistas del pensamiento y acción científicos han desplazado a la mujer del trabajo productivo para hacer de la ciencia el instrumento de uniformidad, centralización y dominación de la explotación de los recursos. El principio femenino en consecuencia se ve relegado ya que este representa lo opuesto a la manera actual de concebir el mundo, interconectando la diversidad de la naturaleza, usando la no violencia.


La ciencia moderna como proyecto patriarcal.-

La ciencia moderna se presenta en la actualidad como neutral y universal desplazando a cualquier tipo de conocimiento alterno pero esta idea que persigue valores propios es producto del saber científico en que se subordina a la naturaleza como a la mujer.

Bacon, uno de los padres de la ciencia moderna, en el siglo XVI,  creó este sistema de investigación que beneficiaba a un grupo de empresarios europeos de clase media, en la que hacía coincidir en la ciencia el conocimiento humano y el poder, contribuyendo a establecer la dicotomía entre macho y hembra, espíritu y materia, lo objetivo y lo subjetivo, lo racional y lo emocional; y una unión entre la dominación masculina y la científica sobre la naturaleza, la mujer y lo no occidental. Este método, bajo las circunstancias presentadas, no era neutral sino que era agresivo para la naturaleza y la mujer, para Bacon la naturaleza no era madre sino la hembra conquistada, transformándola de madre viva y nutricia en una materia inerte, muerte y manipulable. Así, ciencia y masculinidad se unían para dominar la naturaleza y la feminidad.

Durante tres siglos el reduccionismo fue el único sistema y método científico válido y deformó la historia de los occidentales como de los que no lo son. Esta ideología (la patriarcal) oculta tras otra ideología (la del progreso y desarrollo) ha transformado complejas y pluralistas tradiciones de conocimiento en una sola, en la que el saber científico con su pretensión universal se superpone a las demás culturas.

Las sociedades no occidentales y las mujeres se han percatado de este hecho y están revelando lo tendencioso  que es desde este punto de vista del género, la manera en que responde a las necesidades e impulsos de la cultura occidental dominante.

Actualmente esta visión de dominación está cambiando respecto al medio ambiente, los ecologistas siguen las creencias propias de los pueblos indígenas, en la que la tierra no pertenece al hombre sino el hombre pertenece a la tierra y que el hombre no debe de tejer el hilo de la vida sino que él es sólo un hilo y que todo lo que le haga a la tela lo hace a sí mismo.


La violencia del reduccionismo.-

El reduccionismo es denominado por la autora a la particular tradición epistemológica de que la “revolución científica” tiene al patriarcado occidental moderno de conocer la naturaleza al excluir a otros sujetos y otras formas de conocimiento que no sea el científico. El criterio ontológico y epistemológico del  reduccionismo se funda en la homogeneidad y que parte que todos los procesos son mecánicos.

Lucro, reduccionismo y violencia.-

Se produce porque la ciencia moderna está relacionada con la violencia y el lucro, ya que se basa en la descontrolada explotación de los recursos. Las empresas privadas o estatales, usando este criterio, miden su productividad, solamente en función a su eficiencia y lucro, sin percatarse de los costos ecológicos y sociales de su entorno. Un ejemplo claro de este reduccionismo se encuentra en la utilidad que se le da a un bosque, este para el industrial es madera comercial que se reduce a celulosa para las industrias que fabrican pulpa de madera y papel, todo esto puede ser manipulado genéticamente para que dé más producción.

El paradigma reduccionista plantea su visión desde una sola perspectiva, lo que le impide ver el funcionamiento de las economías de subsistencia de las mujeres que producen y reproducen en armonía con la naturaleza y que tienen conocimientos alternativos que están encaminados a buscar beneficios sociales y de subsistencia.

Este reduccionismo no desplazó a las otras formas de conocimiento por una competencia de eficacia y beneficio sino que fue impuesta por las políticas y programas de desarrollo que buscaban apropiarse de la naturaleza con fines lucrativos. Y con el fin de que este sistema se mantenga, las instituciones que imparten enseñanza sobre agricultura, medicina y silvicultura instruyen selectivamente a la gente en los paradigmas reduccionistas -en nombre de la agricultura, medicina y silvicultura “científicas”- para establecer la superioridad de la ciencia reduccionista. La idea del reduccionismo se consolida cuando se vincula a la naturaleza con la perspectiva de que si no genera dinero no posee ningún valor, desapareciendo de ella el valor orgánico.

Esta destrucción de los sistemas ecológicos producto del reduccionismo trae como consecuencias:  la violencia contra la mujer, ya que la diferencia experto– no experto las deja a las mujeres en muchos casos como carentes de conocimiento, la violencia contra la naturaleza porque se destruye su integridad y se le manipula indiscriminadamente, la violencia contra los beneficiarios de los conocimientos porque alega primero que el pueblo se va a beneficiar del conocimiento científico y luego lo convierte en víctima; y finalmente se produce la violencia contra el conocimiento ya que se pone como el único y válido.

Dos tipos de hechos.-

El modelo científico tecnológico asume que existe una diferencia entre el mundo de los valores y el mundo de los hechos; y que los problemas y las fuentes de violencia se reflejan en el primero, en cambio ellos se ocupan de los hechos en donde se atribuyen el haber descubierto propiedades y leyes, siendo su conocimiento “objetivo” y “neutral”.

Esta posición es cuestionada ya que la ciencia avala la suposición de que las categorías construidas socialmente son producto de un sistema cultural, patriarcal occidental y burgués.

Dos tipos de racionalidad.-

Se cuestiona la idea cartesiana de que con el estudio de las partes se va comprender el todo, ya que la idea reduccionista del método científico ha hecho que el objeto de estudio sea aislado de su medio natural sin observar la relación con otros objetos y el observador. Es así, que el experimento controlado fue una alternativa política de someter a la naturaleza y en consecuencia obtener poder. Es por eso que todos los procesos de estudio fueron orientados a obtener un beneficio para el capitalismo comercial (transformando la naturaleza y la sociedad).

La ciencia reduccionista no considera que existen otras propiedades que deben ser tomadas en cuenta, que hay otras formas de percibir y conocer el entorno; y que no se permite el acceso al conocimiento a las personas no especialistas en las áreas que estudian. Es así que la estructura de la metodología es más política que científica.

Crisis moderna y crisis ecológica.-

Si bien hace un tiempo se consideraba a la ciencia que podía reducir sus conceptos a la mera verificación  con la realidad y que existía la imposibilidad de  verificación de los enunciados científicos porque no había un vocabulario que distinguiera su neutralidad, hoy se sabe que estos presupuestos eran producto del mundo social de los científicos y no son determinados por el mundo natural. Por lo que se hace imposible distinguir los mitos del pensamiento tradicional y las metáforas de la ciencia moderna, es por eso que al conocer más de cerca la teoría y práctica de la ciencia moderna y del pensamiento tradicional obliga a que la distinción entre lo que es lo sobrenatural y lo natural ya no se mantenga.

De esta manera se puede sacar al método científico de la posición privilegiada y  elevar al conocimiento tradicional a la categoría de etnociencia. La pregunta latente es si esta forma de cambio de pensamiento traerá algún desarrollo o evolución. La respuesta aún no es clara pero se deberá en un futuro evaluarse materialmente los resultados de la eliminación del dualismo que separa el pensamiento de la acción y la creencia de la práctica.

La línea divisoria entre lo natural y lo no natural.-

Aquí está presente el conflicto de cómo se deberá evaluar estos resultados materiales de ciertos postulados científicos. En primer lugar se pueden limitar a experimentarlo en un laboratorio (ámbito especializado) y en segundo, llevarlo a un lugar natural. Para la evaluación de una perspectiva ecológica lo más recomendable es esta última. Ya que si bien existen artefactos que pueden emular condiciones naturales no reemplazan los procesos naturales que aseguran la supervivencia humana.

Es ahí donde la etnociencia interviene y que si bien para la perspectiva lineal del método científico esta incursión le pueda parecer un retroceso, la historia reciente ha demostrado que en ciertas esferas de la actividad humana es posible y deseable efectuar un pensamiento y acción ecológicos. Esta manera de evaluar ciertos postulados científicos permitirá  conocer la manera de conservar el mundo comprendiendo la capacidad humana de hacerlo.  Es así que se reclama que los experimentos y creencias científicas no se limiten a especialistas sino que se incluyan a los principales involucrados como las mujeres, campesinos y pueblos tribales. De esta forma se podrá recuperar intelectualmente el principio femenino para conseguir la preservación de la naturaleza.


III La Mujer en la Naturaleza.

La naturaleza como principio femenino.-

En la cosmología india, el mundo es producido y renovado por el juego dialéctico de creación y destrucción, cohesión y desintegración, de la tensión entre estos dos opuestos aparece la energía dinámica (Shakit), esa energía primordial es la substancia de todo y su primera manifestación es lo que recibe el nombre de naturaleza (Pakriti). La naturaleza, animada e inanimada, es así una expresión del Shakti, el principio femenino y creador del cosmos; conjuntamente con el principio masculino (Purusha), Pakriti crea el mundo.

Pakriti es valorada como la que posee actividad, fuerza poderosa y productividad, mientras que  Shiva es el símbolo de la fuerza de la creación y la destrucción es sólo inerte. Aquí la Madre naturaleza es la que da la vida, a diferencia de la idea reduccionista en que existe una dualidad y dicotomía entre hombre y mujer; y hombre y naturaleza.

La naturaleza es vista como expresión creativa del principio femenino y tiene una ontología unificada de los seres humanos y no separada. No hay distinción entre hombre y mujer porque ambos surgen del principio femenino. Es así que en esta unidad dialéctica hay una diversidad, una armonía.

Pakriti como encarnación del principio femenino se caracteriza por:

q  Creatividad, actividad y profundidad;
q  Diversidad en forma y aspecto;
q  Conexión e interrelación de todos los seres, incluso los humanos;
q  Continuidad entre lo humano y lo natural; y
q  Santidad de la vida en la naturaleza


Es de esta manera que el dualismo entre hombre y naturaleza, propio de la visión reduccionista es contrastada con esta perspectiva, para ellos la naturaleza era inerte y pasiva, uniforme y mecanicista, separable y fragmentada dentro de si misma, separada del hombre e inferior, para ser dominada y explotada por el hombre.

La visión ecológica india de la naturaleza está basada en una ontología de lo femenino como principio de vida y en una continuidad ontológica entre la sociedad y naturaleza: la naturalización de la sociedad y la humanización de la naturaleza.

Para la mujer india la muerte de Pakriti es el comienzo de su marginación, desvalorización, desplazamiento y prescindibilidad última.

La naturaleza y la mujer como productoras de vida.-

La mujer ha estado involucrada en las sociedades ecológicas que se sustentaban bajo el principio de la reproducción de vida en toda su riqueza pero al ser colonizadas estas sociedades fueron liquidadas. Los hombres han participado en actividades que destruyen los recursos mientras que la mujer siempre ha permanecido ligada a la vida y a la naturaleza a través de su función de proveedora de sustento.

Si bien, en las sociedades consumistas del mundo moderno la mujer ha perdido el principio de crear y conservar a vida, esta función en los hombres y mujeres de los bosques y campesinos ha permanecido.

La relación de la mujer con la naturaleza es reciproca porque no sólo se abastece de ella sino que también crece en la naturaleza y hace crecer las cosas, su apropiación de los recursos no constituye una relación de dominación sino de cooperación. La productividad de la mujer está basada en la subsistencia a diferencia del hombre que lo que produce son mercancías, transformando la materia prima en producto industrial que bajo el sistema capitalista le permitirá acumular capital.

Adam Smith, decía que el trabajo masculino era la fuente de dinero y que otorgaba la satisfacción de todas las necesidades de la vida, convirtiendo, así  la riqueza creada de la naturaleza  y el esfuerzo de la mujer en invisible. Esta situación en la que se desvaloriza y no se reconoce el trabajo y la productividad de la naturaleza han provocado las crisis ecológicas,  el descreimiento  y el no reconocimiento del trabajo femenino que ha contribuido al sexismo y la más marcada distinción entre los hombres y las mujeres.

La actual crisis que se vive por la explotación del medio ambiente es acusada por el mundo occidental y de quienes lo siguen, la falta de conocimiento de la creación silenciosa de recursos por parte de la naturaleza quiebra el equilibrio y la armonía que son necesarias para su desarrollo. Justamente por esa indiferencia es que el principio femenino es importante ya que está basado en la estabilidad y sustentabilidad necesarios.

La mujer es la representación de ese trabajo silencioso que proporciona sustento y crea riqueza para satisfacer las necesidades básicas, dando  la materia de vida a la naturaleza y a las personas. Por esa razón que su manera de interactuar con la naturaleza es menos agresiva y que permite la renovación de los recursos (ríos, bosques, campos), imprescindibles para el sustento.

Una alternativa que tiene la mujer para optar por liberarse de la perspectiva actual que se tiene de desarrollo se encuentra en la impugnación de los conceptos, categorías y procesos que han creado la amenaza a la vida, proporcionando nuevos, enriqueciendo con ello la vida en la naturaleza y la sociedad. Para esto se debe de reconocer a la naturaleza y a la mujer como productoras de vida y sólo esto es posible si es que se acepta la idea del mal desarrollo como la fuente de la violencia contra la naturaleza y la mujer; y que no se puede encontrar alternativas siguiendo este modelo. Por eso se debe impulsar la creación de nuevos paradigmas intelectuales ecológicos, en la que la mujer tenga un papel central  para detener el daño ecológico.

La  actual condición marginada de la mujer y sus conocimientos holísticos  y ecológicos le dan la posibilidad de conocer mejor la amenaza debido a que tienen que luchar contra ella, una facultad que los privilegiados de los grupos dominantes no la pueden poseer. Las mujeres participantes en movimientos ecologistas de la india no abordan el tema de la mujer sólo como víctimas sino que aportan nuevas categorías de pensamiento en el que se lucha contra las categorías convencionales del patriarcado. Si bien el tema de la mujer y el medio ambiente ha sido tratado con anterioridad, la autora  considera que en la actualidad estos son tratados como si fueran “una sola cosa”, que contrarresta el mal desarrollo patriarcal.

El abordar el problema de la mujer y la ecología no va a dar ningún progreso, porque sólo se podrán conseguir concesiones dentro del mal desarrollo. El tema de género, en la actualidad, sólo busca “ponerse a la altura de los hombres” basándose en que lo masculino es superior, impidiendo la posibilidad de recuperar el principio femenino de la naturaleza y la mujer.


La ideología del género versus la recuperación del principio femenino.-
                                                                                                    
A la autora le parece que las categorías de lo masculino y  lo femenino están construidas por la sociedad y la cultura pero la ideología imperante nos hace creer que están fundadas en la biología. Así, a la mujer se le ha excluido de todo lo que se considera desarrollo imponiendo la idea de la mujer como un “otro”.  A partir de esta relación asimétrica parten dos puntos de vista: la de Simone de Beauvoir donde la diferencia de género se encuentra establecida por la biología y que la condición de segundo sexo le corresponde a la mujer por lo que su liberación consistirá en la masculinización de ella, así Beauvoir considera que lo masculino es superior y las mujeres son libres de aceptar estos valores. Lo femenino es lo pasivo, débil e improductivo y cree que lo masculino suscribe el mito del hombre cazador y productivo. Pero la autora afirma que la posición de Beauvoir es refutada científicamente en la actualidad porque se ha demostrado que la supervivencia de la humanidad se ha desarrollado mejor en la época de la “mujer recolectora” que en la del “hombre cazador”. María Mies, argumenta que la relación del hombre cazador con la naturaleza ha sido violenta, destructiva y depredadora y así se ha estructurado la ideología patriarcal en que la violencia y dominación han sido tomadas como un componente principal, por lo que el hombre cazador para la naturaleza es “básicamente un parásito, no un productor”.

Por otro lado, Herbert Marcuse ve la liberación como una feminización del mundo, negando el principio masculino de la fuerza mental. Pero mantiene la idea que Beauvoir tenía de que lo femenino y lo masculino son rasgos naturales, que están biológicamente definidos, encarnando la mujer no sólo la receptividad sino la ternura, la sensualidad y la promesa de paz y alegría.

Tal dualismo es el que ha sostenido la ideología patriarcal por lo que es necesaria la existencia de un tercer concepto en el que lo masculino y femenino sean conceptos relativos y que no sean exclusivos ni de uno, ni de otro. Así, el principio femenino no está encarnado sólo en la mujer sino que es el principio de actividad y creatividad de la naturaleza, la mujer y el hombre. 

El recuperar el principio femenino permitirá tener una respuesta al principio de dominación y privación que hacen padecer no sólo a las mujeres, sino a la naturaleza y a las culturas no occidentales. El principio femenino recuperará en la naturaleza, la mujer y el hombre formas de creativas de ser y percibir, cambiando el concepto de  destrucción  por creación, construyendo una ideología  productiva y a la vez regeneradora.

domingo, 28 de noviembre de 2010

“La ciencia como vocación” de Max Weber




Algunas ideas expuestas por Max Weber en su conocido texto "La ciencia como vocación"


1. ¿Qué significado tiene el trabajo científico para un profesional con vocación de acuerdo a Max Weber? ¿Qué significa tener vocación?

Para Max Weber, la ciencia se encuentra en una etapa de especialización y que sólo el profesional científico llegará a la certeza de haber logrado lo verdaderamente perfecto si opta por este camino. La especialización le dará al investigador científico la seguridad de descubrir algo duradero. Max Weber menciona que sólo los que “sean incapaces de ponerse anteojeras” nunca poseerán la “experiencia personal” de la ciencia y que sólo aquellos que opten por el camino de la delimitación del área de sus estudios tendrán una vocación para la ciencia.

El tener vocación no sólo es poseer entusiasmo, así sea sincero, también es necesaria la inspiración, queriendo decir el autor que no sólo se deber ver la investigación como un trabajo frío y mecánico en donde los problemas serán resueltos en laboratorios o en sistema de respuestas estadísticas, sino que se debe de poseer “espíritu y corazón”. La mente generará la idea, y dicha idea jamás podrá surgir si esta es forzada.


2. ¿Cómo surgen las ideas?

Las ideas se preparan sobre el terreno de un trabajo duro, pero no da garantía de que ellas surjan siempre de esta forma. El que la origina puede ser un diletante como un especialista, diferenciándose uno del otro de que uno no posee sistema y el otro sí. Dice Weber que la idea no es un sustituto al trabajo, ni el trabajo duro puede lograr las ideas, ni tampoco el entusiasmo. Sino que el entusiasmo y el trabajo producen conjuntamente las ideas.


3. ¿Qué significa en términos del autor que: “la intelectualización y racionalización crecientes no indican un mayor conocimiento general de las condiciones en que vivimos? Entonces ¿Qué valor tiene la ciencia? ¿Para qué es útil?

Su valor es el determinar qué de nuestro conocimiento no está condicionado a fuerzas misteriosas incalculables, que podemos encontrar el porqué de muchas cosas mediante el cálculo. Los medios técnicos y los cálculos cumplen la función de  descubrir el conocimiento.

Lo que ofrece la ciencia a la humanidad es el darle una nueva visión, fuera de sombras y artilugios, para ofrecerles la existencia real de las cosas. Aunque para el autor, la juventud piensa por el contrario que las construcciones intelectuales le servirán para lograr un ansiado dominio irreal  de las abstracciones artificiales, aunque nunca logran alcanzarla.


4. ¿Qué implica para la investigación científica que:

a) “La tarea primordial de un profesor útil es enseñar a sus alumnos a reconocer los hechos “inconvenientes”, me refiero a los hechos convenientes para las opiniones de su partido”, y que
b) “Una cosa es adoptar una posición política práctica, y otra es analizar las estructuras políticas y las posiciones de los partidos”. ?


4. a) Esta necesidad del profesor se encuentra cuando desea darle una importancia práctica a lo que va aportando a sus oyentes. Es decir, que debido a que los partidos se enfrentan a hechos inconvenientes es función del intelectual hacerles percibir a su audiencia el acostumbrarse a dichos hechos. Que lo que exprese su opinión tiene factores que de por sí no concordarán con la visión que se han hecho de ella y que aún así considerar dicha opinión como válida.

4. b) Weber al mencionar esta frase expresa su preocupación por no introducir en las aulas universitarias un discurso político por los profesores que se dedican a la investigación científica. Debido a que en cierta forma se “pervierte” la naturaleza de la lección impartida en las aulas universitarias y que por ejemplo; si se están refiriendo a la idea de Democracia, se considerarán sus diversas formas, se las analizará de acuerdo con su funcionamiento, se determinará qué efectos sobre las condiciones de vida, una forma en relación con otra para luego comparar las formas políticas de orden democrático y antidemocrático. Es así que luego de una exposición clara y objetiva del tema el alumno podrá llegar a una posición personal. La posición política práctica no traería ningún beneficio a la investigación científica ya que su único objetivo es el sondear votos y obtener otros.

martes, 9 de noviembre de 2010

La Poesía y su Función Social*


Por Carlos E. Luján Andrade

En los últimos decenios el desarraigo de la poesía peruana con respecto de nuestra realidad se ha vuelto frecuente. Esto puede observarse en aquella poesía donde la naturaleza del entorno es más una justificación para las disquisiciones personales del poeta que una motivación que desencadena una intensa y auténtica necesidad de criticar los cambios de su época. La modernidad, como nos dice Abelardo Oquendo, ha ocasionado la dificultad de hallar poetas integrados a su sociedad y poseedores de una postura ideológica fuerte. Esto ha llevado al conformismo del género, minando la intensidad del mensaje poético, el que más se enfoca en lo estético y lo individual.

A través del tiempo, la poesía ha generado innumerables interrogantes sobre su función en la sociedad. Pero, más allá de preguntarse ¿para qué sirve?, lo central es saber qué es lo que ésta genera y la responsabilidad que posee, aunque se corra el riesgo de caer en una búsqueda infructuosa, tal como lo admitió alguna vez T.S. Eliot, quién decía que los mismos poetas explicarían el porqué de la poesía justificando lo que ellos escribían.
Nosotros, en el afán de identificar los efectos de la poesía en el individuo y la sociedad, planteamos una modesta definición personal de lo que puede ser la poesía, y decimos modesta puesto que cada creador o lector debe poseer al menos una idea del porqué de la misma, y es que la poesía es mucho más que la expresión de sentimientos, es también un arte.
La poesía es un género popular que durante mucho tiempo se empleó para comunicar experiencias e instruir a los hombres. Desde sus orígenes cumplió una función social, ejemplo de esto fue la Grecia clásica, donde la poesía era utilizada para difundir conocimientos, T.S. Eliot nos recuerda que ella era incluida en ritos religiosos. Esto también se daría en Roma, con Virgilio y sus poemas que transmitían conocimientos de agricultura, o con otros poetas dramáticos como Esquilo y Aristófanes que buscaban transmitir ideologías al dar a conocer su posición sobre cómo debería ser la actitud del individuo en la sociedad. Por lo tanto, la poesía tuvo una participación social y política de acuerdo a la época en la que se desarrolló.
El género poético fue el medio de comunicación por excelencia para la transmisión de ideas y de instrucción hasta que la prosa la hizo a un lado por su eficiencia en comunicar directamente los conocimientos. Desde ese momento fue criticada por su naturaleza ambigua para expresar con claridad y eficacia las experiencias e ideas, una cualidad controvertida entre los amantes de la confrontación, pero a la vez un detalle preferido por los evocadores y contemplativos. En esta forma de expresión se canalizaba la necesidad de expresar emociones producto de una sensibilidad sobre ciertos hechos producidos en el entorno social. La principal motivación partía de llegar a la meta de todo arte que es “… el actuar de modo evocador y despertar emociones y estímulos para la acción o la oposición en los espectadores, en el auditorio o los lectores” (A. Hauser).
La poesía también fue usada como propaganda de normas y valores que se deseaban establecer para compartir, desde una perspectiva ideológica, una concepción del mundo, y hacer así de la obra artística y la actitud política un solo cuerpo. Arnold Hauser sostiene que artistas como Virgilio, Dante, Rousseau, Voltaire, Dickens, Dostoievski, Goya, David y Daumier, buscaron hablar de forma cruda y directa de propaganda, tesis y tendencias en el arte, formulando sus convicciones políticas, diferenciándose y alejándose de elementos estéticos en sentido estricto y separados de su obra. Por otro lado, autores como Shakespeare, Cervantes, Goethe, Balzac y Flaubert introdujeron al interior de su obra una ideología encubierta e integrada total o parcialmente a ella.
Con estos ejemplos queremos destacar que la expresión artística es producto de un impulso primario determinado por el entorno, manifestado de forma inconsciente y con capacidad para ejercer una influencia sentimental, ideológica y de acción sobre aquellos que ven en estas obras de arte la expresión de una perspectiva particular.
Ahora bien, la poesía, tiene una ventaja sobre las diferentes maneras de expresar las ideas, ya que al carecer de una imposibilidad intrínseca de ser directo y descarnado hace de su naturaleza artística una forma de inocular ciertas ideas que, en su carácter de inofensiva lírica, llega con mayor libertad a los lectores que bajan la guardia al intentar aprehender algo de ella.
Pues bien, muchas veces el debate sobre la naturaleza de la poesía se ha ceñido sobre si ésta debe ser “pura”, es decir alejada de todo elemento que pervierta el fin estético que ella busca, o si puede –y debe- comprometerse socialmente. Sartre lo escribió así alguna vez: “…el poeta se ha retirado del golpe del lenguaje-instrumento; ha optado por la actitud poética que considera a las palabras como cosas y no como signos”, esa falta de “domesticación” de las palabras explica porqué el poeta no las puede usar como instrumento, …ellos no hablan ni callan, sino que se niegan a utilizar el lenguaje”, debido a que han optado por quitar a este el carácter instrumental.
Esta visión idealizada del poeta, planteada por Sastre no toma en cuenta los efectos que la poesía puede provocar, entre ellas el efecto producido en el lector. Tenemos que tomar en cuenta que gran variedad de poetas han buscado dialogar con el lector, generar una comprensión y complicidad en sus descubrimientos espirituales, sean auténticos o no, para finalmente buscar no la lejanía emotiva y sentimental de sus imágenes, sino un acompañamiento constante en cada leída del poema, una diferente comprensión, elaborándose nuevas interpretaciones.
Esta ambigüedad aspirada por los vates, genera varios cuestionamientos. Entre ellos, la concepción de discursos que plantean ideas que repercuten en el sentir de muchos de una sola manera (léase una influencia que vaya más allá de la estética). Al respecto, Johanes Pfeiffer elabora una definición en función al estado de ánimo con el que se ejecutan los poemas y afirma que éste no puede ser considerado como la razón de la no necesidad de su plena comprensión: “…El estado de ánimo, al considerarse como algo externo, que cambia de hora en hora, de momento en momento, de manera incontrolable y premeditada… hace que la poesía, en cuanto poetización de los estados de ánimo humanos, se considere una y otra vez como un encanto que no compromete. Como pura cáscara… una cobertura inesencial… y en cambio lo objetivo, el conocimiento científico… es el núcleo sólido, la verdadera sustancia de la poesía…” , siendo lo demás, que no cuenta con este fondo, vano y engañoso. J. Pfeiffer señala al existencialismo como el que hizo posible descartar esta concepción, recordando que tanto Heidegger y Jaspers fueron los que nos hablaron de la fuerza reveladora del “temple de ánimo”, el que posee una virtud iluminadora que nos revela lo que sucede en lo más profundo de nuestro ser y que este “temple de ánimo” nos coloca ante nosotros mismos y se convierte en una “verdad interior”.
Las cosmovisiones planteadas en función de lo que la poesía significa para muchos, surge de la motivación de obtener la más cercana competencia que tiene este género en la necesidad de utilizarla como un medio eficaz y a la vez artístico de ofrecer pareceres distintos, motivados por una sensible percepción de los cambios en uno mismo y su entorno. Pero estas percepciones y pareceres, expresadas “naturalmente” por un espíritu poético, no son del todo románticos, ya que la poesía como género es una sola.
La poesía no es ni su contenido ni su forma. Pfeiffer dice: “…no importa el contenido que una poesía pueda ofrecernos, ni las ideas que exponga, ni la ideología que profese, lo que importa es la realización verbal…se puede hablar de la piedad y revelar que no somos piadosos, sino mas bien cínicos… y al hacerlo descubrir justamente cuán irremediablemente extraños somos a todo eso”, pero esto no implica la falsedad del sentimiento, no es buscar el embuste premeditadamente, porque no pueden crearse los sentimientos, no obstante, sí disfrazarse. Existe mucha poesía conservadora de tales detalles, sin embargo, hay algo que J. Pfeiffer llama “falsedad de tono”, descubridora de nuestro no hablar en serio, en la que se refleja la imitación como si fuésemos desesperados o creyentes. Esa falsedad de tono se manifiesta porque es imposible engañar al lenguaje, y es que, para el citado autor, éste posee una fuerza sentenciadora. Es de esta manera en que el estado de ánimo verdadero de la creación poética, su ética y valor, se descubren.
Descubrir la falsedad de tono es riesgoso, sobre todo en una realidad como la actual, y tenemos que ser precavidos para no caer en la arbitrariedad y la actitud grotesca al determinar la autenticidad de una poesía, alguna escuela poética o “generaciones” de poetas.
Se puede tentar algunas ideas para encontrar esta falsedad de tono. Es preciso aclarar que una de los principales objetivos de la poesía es la búsqueda del placer, así como expresar sentimientos o experiencias nuevas de una forma original o algo ya vivido, pero con nuevas imágenes que le den a la vivencia una renovada intensidad, así como evocar al lector situaciones que por sí solo no hubiese podido lograr. De este modo, la poesía tiene un poder evocador, en el cuál el mundo abstracto que emerge en nuestras conciencias nos hace consolidar o fortalecer creencias, anhelos y deseos. Por lo tanto, descubrir de dónde parten ciertas “inspiraciones poéticas” puede servir de iluminación a los depositarios de versos y estrofas.
Entendamos que el asunto no es distinguir una mala poesía de otra que no lo es -la buena poesía puede ser falsa (anacrónica o descontextualizada)-, sino cuál es el tipo de poesía que se comunica más con nosotros, la que, como se dijo líneas arriba, dialoga con cercanía. J. PFeiffer, ejemplifica una manera de “descubrir” esta falsedad, mostrándonos dos ejemplos entre la fabricación literaria y una auténtica expresión esencial; en el primero existe la impura afectación, la impertinente insistencia, jactancia y arrogancia, en el segundo está la casta sinceridad, la gravedad hermosa, firme y viril. En lo falso se descubre la trivialidad de los ritmos y de las rimas, lo barato de las imágenes, en ello hay una expresión de un horror falso y una tristeza no sentida, a la vez se puede descubrir que en este tipo de poesía se utiliza a la vida como justificación de los versos del poema, un simulacro poético que nos hace cómplices de un sentir irreal, derivándonos en una fantasía lejana y tal vez paralela a nuestro pesar por la vida real. El desvergonzado impostor fabrica, crea, finge, se burla del fervor auténtico, imponiendo una “fingida desesperación”.
Esta impostada poesía atrofia e impide la posibilidad de exigencia de conocernos a nosotros mismos y nos volvemos incapaces de percibir una “real” autenticidad humana e incorruptible, alejándonos de lo propio y cercano, como es nuestra sensibilidad social y personal. La actual trivialidad del espíritu puede estar arraigada a esta situación.
Los debates sobre la innovación, los ritmos, las rimas, etc. abundan, convirtiendo a un medio de expresión artística en pura forma, tal vez con la idea que la poesía solo está al acceso de elites intelectuales que consideran que el pueblo no necesita de la poesía para comunicar o expresar su sentir. Nuestro reclamo entonces parte del imperativo despertar de un género que está convirtiéndose en la sociedad peruana en un fósil estético.
La poesía, como sentimiento vital, tiene la fuerza de “abarcar de una aletazo la totalidad existente, conjurar lo más cercano y lo más lejano” (Pfeiffer), generando colectividades poderosas que se unen para crear sociedades sólidas en creencias y anhelos, para así en sus himnos y alegorías mostrar el coraje y respeto por lo bello y lo auténtico. La poesía es entonces “… una manifestación de amor como vía de unificación amorosa entre los individuos y la entera sociedad”.
Al respecto, José Martí reclama la función unificadora de la poesía, la que es necesaria y fértil para los pueblos. El poeta se pregunta: “¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos?”. Y luego se responde: “La poesía congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma pues ésta le proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla da la fuerza y la vida”.
De este modo, la visión de la poesía como propia y plena del espíritu individual y colectivo nos muestra el deseo de legitimar nuestra propia perspectiva del orden social y político, en la que nos reconocemos intrínsecos a las manifestaciones artísticas que engloban la variedad de estamentos que existen en la sociedad. Es decir, esta poesía social y comprometida nos permite buscar imaginarios que reafirmen nuestra identidad, para no solamente quedarnos en el “otro imaginario”, creador del arte favorecedor de los intereses de la clase social poseedora del monopolio de la concepción del mundo, de los valores a respetar y de lo que se considera como “aceptable”.
La falta de autenticidad poética, la existencia de una poesía vana, superficial, extraída de la necesidad de propaganda y de la reafirmación de expresiones ajenas a nuestro deseo de comunicar el propio sentir, incrementa el peligro de acabar a mediano plazo con el género poético. Marcelino Menéndez Pelayo nos decía sobre la poesía romana que su decadencia llegó rápida y fatalmente como le sucede a todo arte que no es espontáneo ni popular, pues no echó raíces en la fantasía colectiva y sólo se contentó con halagar los oídos de muy pocos y selectos jueces; así, la literatura latina fue la de más breve desarrollo y producción que la historia recuerde.
La poesía existe y existirá aún sin la conciencia de que ésta tiene una función en lo pueblos. Es de aquellas manifestaciones que surgieron como una necesidad de comunicación y aprendizaje pero terminó “cosificada”, lejos de su función primaria. La búsqueda de una nueva poesía no es planificada ni forma parte de un plan de desarrollo cultural, ésta se genera a través de una relectura espontánea de la realidad, de un deseo de autentificar nuestra necesidad de comunicar los anhelos de una sociedad, enalteciendo el espíritu primero y luego la razón, yendo de la mano de una belleza en la palabra y la voz. Lo hermoso de la poesía no está en las palabras ni en sus construcciones gramaticales, sino en lo que se dice en ellas, en sus silencios, en el impacto que genera y en la capacidad de descarnar nuestra sensibilidad para acercarnos a lo verdaderamente humano.

* Artículo publicado en la revista de ideas Lanceros Nro.1

viernes, 29 de octubre de 2010

Sobre el insulto de Sofía Vergara a los Peruanos


Sofía Vergara hace un comentario despectivo sobre los peruanos y todos se le echan encima como si ella lo hubiera escrito sabiendo que la actriz no la tiene culpa que le hagan decir eso. Los que la tienen son quienes escribieron el guión, cuántas veces hemos visto películas norteamericanas en que se agrede ferozmente a los colombianos y a los mexicanos y no son sólo expresiones, sino son argumentos enteros. Otro detalle es que también se han burlado de los franceses en incontables ocasiones, de minorías y otras cosas por el estilo (South Park, por poner un ejemplo).

El humor norteamericano es transgresor desde hace muchísimo tiempo, ellos mismos no toman en serio el contenido de estas series, cosa diferente en nuestro caso. Más aún, hagamos un balance de cuántas de las series de este tipo de humor han calado en nuestra televisión. No se transmiten o duran muy poco porque ese tipo de humor no se comprende en nuestra sociedad. Pues nos reímos del otro pero no de nosotros mismos, no nos gusta reirnos de los propios defectos, veamos el porqué tienen tanto éxito aquí los programas donde la chacota, la chapa y las bromas de mal gusto siempre tienen la mayor cantidad de adeptos. Observemos el tamiz de varias de estas series, donde se mofan de la idea que ellos mismos tienen del otro, porque al burlarse de un canadiense no se burlan del canadiense en sí, sino de la idea que tienen ellos mismos por gente de este país, igualmente pasa con los negros o los homosexuales. Pero claro, como aquí nadie ve estas series cómicas, entonces creemos que todo es en serio.

Como peruano no me gusta que tengan una idea como esa de nosotros ni en broma, pero debemos aceptar que hay libertad de opinión, y si ellos piensa así de nosotros, entonces hagamos lo posible porque ese concepto cambie.

Finalmente, por una cuestión de principios exigiría que los medios de comunicación locales no se indignen porque nos vean como salvajes en el exterior, el día de hoy sale en todos los canales y diarios que degollaron a tres vigilantes, niños de 10 años asaltan una bodega con pistola, profesores violadores, que se caen autobuses y una serie de noticias sensacionalistas. Esas noticias rebotan en el exterior porque son las que tienen mayor cobertura y pensemos: Si alguien de afuera desea conocer algo acerca del Perú, ponen el nombre de nuestro país en Google y aparecerán todas estas noticias dramáticas. Entonces, quién tiene la culpa. Pongámonos en sus zapatos, si queremos hablar de Afganistán, qué diríamos, es más la mayoría de norteamericanos ni siquiera saben dónde queda el Perú, el nivel de educación es muy bajo, muchos ciudadanos no saben ni siquiera con cuáles estados limitan (no creamos que les importamos demasiado al mundo) así como muchos de nosotros no sabemos en qué continente queda Sri Lanka y no tenemos la idea más remota sobre ellos, sólo nos enteramos de su existencia cuando aparece algún escándalo mediático o un desastre natural, al igual de lo que sucede con nosotros. De ahí nace la idea que tienen estos guionistas sobre nuestro país, porque tampoco creamos que por ser guionistas son gente muy cultivada.

A pasar la página porque si bien quedamos dignos con un reclamo del gobierno, en el exterior sólo lo verán como una falta de sentido del humor.



Consideraciones en favor de la piratería

"... La piratería en un país como el Perú no debe tratarse únicamente como un delito, sino es un problema de índole social, ya que esta es a consecuencia de la búsqueda del bienestar personal que el Estado no le garantiza, pues a veces queda decir que tener productos originales en un país subdesarrollado con altos índices de pobreza, es una mera extravagancia."

La vulneración de los derechos de propiedad intelectual ha traído un debate serio en el que lógicamente amparados en el orden actual podemos argumentar que la práctica de la piratería es ilegal e inmoral dependiendo de dónde es que sacamos la idea que nos ampare, sea de alguna ley o de lo que consideremos qué es la justicia. Defender su legalidad no es complicado, se cita una norma y ya podemos concluir que dicho acto es ilegal y esto basta y sobra para sostener cualquier otro argumento a su favor. Sin embargo, cuando se intenta lo contrario, la cuestión se complica debido a que tal vez se crea que se está buscando la razón a la sin razón.

Un detalle que sería bueno tomar en cuenta antes de explicar mi posición con respecto a la piratería, es que no debería verse como un argumento absoluto, que intenta convertir lo incorrecto en correcto, sino exponer puntos de vista que me motivan a tener una postura diferente al discurso oficial.

El derecho a disfrutar de un estipendio por un trabajo es un derecho fundamental que toda persona tiene y que debe respetarse, más aún si el trabajo que se realiza es por una única vez, producto de esfuerzo, dinero, muchas horas de dedicación y sobre todo ingenio. Para especificar más aún el asunto de esta reflexión, me estoy refiriendo a las obras artísticas, mediáticas o literarias. Como sabemos, en los países del primer mundo los derechos que poseen los creadores (y en algunos casos las empresas que tienen derechos sobre las obras) son defendidos radicalmente por sus legislaciones, imponiendo penas muy severas a quienes los violen. Más no es así en los países en vías de desarrollo, donde la mala copia y las versiones digitales piratas de todos estos trabajos es moneda corriente.

Esta situación ha generado que los gobiernos extranjeros nos exijan mayor control para erradicar esta mala praxis que atenta contra el mercado editorial, discográfico y del software (como resalto líneas arriba, no incluyo aquellos productos que adoptando el nombre de una marca venden la suya exponiendo en muchos casos la vida de quienes llevados por la confusión y los barato de los precios, los adquieren). Y que si bien estas exigencias son aceptadas por nuestros países, no se reflejan en su cumplimiento y aquí podemos observar un hecho que debemos considerar. La norma tal como es recomendada, proviene de países que tienen un sistema económico distinto (incluyendo las normas que aseguran el funcionamiento del mercado) por ejemplo, al peruano, que es el tema que tratamos ahora. No deseo hacer un análisis técnico sobre los términos usados en cada legislación, sino que hago hincapié en el hecho de que la normatividad está relacionada intrínsecamente con la sociedad.

Para conocer nuestra idiosincrasia, la Sociología estudia los contenidos de nuestras preferencias y valores, así como lo que se encuentra muy arraigado en nuestra manera de ponderas ciertas afirmaciones o negaciones. Y el Derecho nos permite descubrir la estructura en que se sostiene el orden de la sociedad, resaltando aquello que no se ve con claridad, así podremos encontrar los valores y principios que la Sociología también estudia.

Pues bien, las exigencias normativas deben verse como una consolidación de la cultura que representa, de no ser así la misma sociedad entenderá que aquello que se presenta como principios jurídicos aceptados por consenso, no es más que un intento de hegemonizar unos intereses sobre los de otros. La rebeldía por cumplir lo que el Estado dictamina, es por aquello que no lo siente propio y conveniente.

Pare ser más gráfico se pueden usar los ejemplos de la piratería fonográfica, editorial, vídeos o del software. ¿Por qué es que tiene tanta acogida en una sociedad que aparentemente desea insertarse en el mundo económico del primer mundo? Si tomamos en cuenta el concepto que tenemos del poder coercitivo injusto del Estado, deduciremos que no es simplemente el hecho de adquirir algo a un precio inferior del que pide el mercado formal porque hay algo más que aprovechar la oportunidad como si estuviéramos en un remate ilegal, razón que los opositores de la piratería utilizan para tildar a este acto como “viveza” o simple robo. Podemos aclarar que si vemos el problema desde este simple punto, le daremos la razón porque estaremos adquiriendo algo sin pagar por el derecho a usarlo y eso es un delito.

Pero no debemos olvidar de que se dice robo porque hay una normatividad que lo nomina así. Ahora, evaluemos el origen de esta ley. ¿Quién la ordena? ¿Por qué no se cumple en este país?, ¿Por qué el Estado Peruano no es tan tajante con su cumplimiento? Porque el origen de esta no nace de su estructura social. El cumplir con el pago de todos los requisitos considerados en la retribución de los derechos de autor implica un costo excesivo para la economía del ciudadano peruano.

Nuestra sociedad funciona informalmente, grandes empresas nacieron usando software comprado en el mercado negro porque no tenían para pagar las costosas licencias cuando estas recién comenzaban , muchos eventos barriales usados para recaudar fondos no pagan ni un centavo a la APDAYC por usar composiciones musicales que gozan de derechos de autor porque de hacerlo, no obtendrían la ganancia que necesitan, miles de personas adquieren un libro pirata porque su presupuesto mensual no le alcanza para comprar una versión original (no hay políticas públicas para instalar o mejorar bibliotecas en los distritos y regiones de todo el país, un detalle a considerar es que en las recientes elecciones municipales ningún candidato ha considerado el tema de las bibliotecas en sus propuestas) Las leyes peruanas, las que son generadas usando cuestionados criterios económico-sociales locales, han determinado que el sueldo mínimo es de 570 soles, unos 200 dólares aprox. (y que se resisten a aumentarlo), con esa cantidad es casi imposible destinar parte del presupuesto en estos artículos que por ser la mayoría importados sus costos son muy elevados, sin olvidar que tampoco el Estado hace nada porque esta obligación laboral del sueldo mínimo se cumpla, la explotación laboral es común, por ejemplo, llegando a trabajar muchas personas en industrias fabriles, 12 horas, 6 días a la semana por 300 soles mensuales.

Y si bien el crecimiento en el consumo ha ido aumentando en los últimos años*, esto se ha debido a las facilidades crediticias imprudentes que las entidades financieras les han otorgado a las personas, siendo de tal magnitud que a comienzos de este año -el 2010- se han debido regular para evitar el sobreendeudamiento. Ergo, podemos considerar seriamente que la piratería es por la pobreza, no por un ánimo de querer robar a las personas su trabajo.

La idea equivocada de pretender cambiar la conciencia de la sociedad peruana con la amenaza de convertir esta práctica en delito es de por sí ingenuo. Se respeta dichos derechos en países desarrollados como la estadounidense (de donde provienen las mayores presiones por el respeto de los derechos de autor) porque estos son el reflejo, como Mario Vargas Llosa mencionaba en un artículo, “… de una sociedad donde… no es el Estado sino el ciudadano el responsable primero de su fracaso o de su éxito. Aquel no debe interferir en la vida de este sino garantizar igualdad de oportunidades, que se cumplan las leyes equitativas y justas que dan los representantes elegidos en comicios libérrimos”, es así que el concepto del pago por un trabajo realizado sobrepasa no solo los criterios legales sino que llega a los morales, el individuo puede realizarse plenamente sin necesidad directa del Estado que regula las normas adecuadas a las necesidades del ciudadano (ya que son conscientes de su función primordial en la economía de mercado) pues esta es una sociedad en la cual si uno desea algún conocimiento de su cultura, no tiene que recurrir al Estado ya que en gran medida, por ejemplo, “los magníficos museos, las óperas y conciertos, la danza, las grandes exposiciones y las bibliotecas públicas son financiados principalmente por la sociedad civil”, así nos lo dice Vargas Llosa.

Por eso debemos considerar que tales exigencias normativas y el discurso moral que nos exigen tales países desarrollados, no pueden sostenerse en una legislación e ideas preconcebidas sobre lo que es la piratería porque aquí la sociedad civil también lucha por que sus derechos a la educación, al acceso a la información y la tecnología; y al bienestar -derechos que todo ciudadano de una sociedad posmoderna necesita- sean cumplidos. De aplicarse radicalmente esas normas antipiratería, muchos no tendrían acceso a la información tan necesaria para insertarnos en el primer mundo, excluyéndolos de la oportunidad de desarrollarse como individuos plenos.

Y para finalizar, recuerdo el agradecimiento de un reconocido crítico de cine peruano, en el que mencionaba que le debía mucho de su conocimiento del cine a un pequeño local (ya desaparecido), que era el único lugar en todo Lima donde se podía encontrar cine clásico, independiente y europeo, haciendo la aclaración que todas aquellas cintas eran copias que el dueño grababa en diversos países a donde viajaba para abastecer su video tienda, llenando un vacío que en ese entonces era muy grande porque ese tipo de películas no llegaban al Perú por carecer de distribuidoras que no existen hasta la fecha. Así, encontramos locales que en su informalidad contribuyeron a difundir la música que los medios locales no emitían motivando a jóvenes a seguir la carrera musical o simplemente aumentando su conocimiento de nuevas tendencias musicales, copias de libros que llegaban a manos de personas que por sus escasos recursos nunca hubieran podido leerlas, software pirateado que llevó de la mano hacia la profesionalidad a muchos técnicos, ingenieros, médicos, etc (que en su época de estudiantes sus padres jamás hubieran podido financiarles software original) y que ahora pueden valerse por sí mismos y cuidar de sus familias, así podemos encontrar muchos ejemplos.

La piratería en un país como el Perú no debe tratarse únicamente como un delito, sino es un problema de índole social, ya que esta es a consecuencia de la búsqueda del bienestar personal que el Estado no le garantiza, pues a veces queda decir que tener productos originales en un país subdesarrollado con altos índices de pobreza, es una mera extravagancia.





*El PBI per cápita de Perú en los últimos 10 años ha crecido de US$2.000 a US$5000 lo que ha generado un aumento en la capacidad de consumo, pero como mencionamos este se ha ido en afrontar gastos que cubran necesidades por mucho tiempo descuidadas como la salud y la educación de calidad (colegios privados y universidades)

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