miércoles, 3 de julio de 2013

La Cultura de la Destrucción.

Una de las 12 pirámides del complejo El Paraíso fue destruida y luego incinerada el sábado pasado por un grupo de maleantes que aún no ha sido identificado por la policía. A la derecha se ve cómo pudo quedar si se hubiera reconstruido. (Fotos: Rosario Seminario / Diario El Comercio)


¿Qué se pierde cuando una pirámide de 5 mil años de antigüedad es destruida por maquinarias de construcción? El pasado, ¿y qué es el pasado?, es lo que constituye nuestra identidad, que define lo que somos pero ¿en realidad nos importa saber quién somos?  Al parecer no.  La consecuencia es llegar a ser individuos superficiales, que buscan la ganancia inmediata y el querer sobrevivir a costa del derecho de los demás. Son aquellos seres que vuelven al estado natural, pre civilizado, dándole la razón a Hobbes de que el hombre es el lobo del hombre, es un ser humano previo a Contrato Social, quizás no lo comprende  y en parte no sea sólo la culpa del incivilizado por sus actos bárbaros y que actúa en base a sus impulsos primario, sino que el Estado no se lo hizo conocer; es decir, el mensaje debió ser: “me das poder para luego darte lo que necesitas”, así se mantiene el orden necesario que hace que los pueblos no caigan en el caos y la destrucción.

Lo vivido con la destrucción de esta pirámide -ocurrido en la misma ciudad de Lima, capital de un país- motivado por simple afán de lucro ya que lo hicieron para poder construir un edificio particular, es incomprensible. Es peor que el huaqueo –excavaciones ilegales para venta  de restos arqueológicos- pues han desaparecido para siempre una de las edificaciones más importantes y antiguas de la ciudad. Aunque podíamos verlo venir si analizamos lo que ha ido sucediendo de a pocos en la capital, donde se han ido demoliendo casas representativas de la historia arquitectónica del Perú para construir edificios multifamiliares sin ningún criterio estético, atentando cada día contra el paisaje urbanístico.

Algo está sucediendo en la ciudad de Lima, nos hemos vuelto unos bárbaros devoradores del pasado, despreciando aquello que es antiguo por creer que lo nuevo es más valioso por el simple hecho de serlo. La visión de que el pasado es incivilizado e inservible para los fines lucrativos que encandilan a los ciudadanos emprendedores, se impone y ya nadie considera  incorrecto tener esta visión de la realidad. Para las personas es “comprensible” vender una casa con valor histórico -para  ser destruida por su nuevo propietario- por una cantidad “razonable”, quejándose por el legado que su familia les ha dejado. Quizás pueda deberse a que quienes la heredaron jamás serán lo que fueron sus antepasados y con esto no pretendo idealizar su pasado, sino que la composición social del país era diferente a lo que es hoy. Las familias constructoras y propietarias de semejantes edificaciones eran adineradas, propietarias de tierras que ahora pertenecen al Estado o han sido ya vendidas a particulares. La búsqueda por la repartición igualitaria de las riquezas del país casi extinguió las grandes fortunas terratenientes que desde que el Perú es república tuvieron algunos pocos. Y ante ese divorcio entre lo que fuiste y lo que eres, la tradición es despreciada, rechazada pues no desean identificarse con aquello que se perdió.

Asumimos que aquello también se repite con los restos arqueológicos precolombinos, es sintomático lo sucedido con esta pirámide, edificación de seis metros de altura y 2.500 metros cuadrados de superficie -ubicada en el Complejo Arqueológico El Paraíso-, en el que quizás los perpetradores de este acto no se hayan identificados, no saben ni para qué estuvo ni porqué todavía la conservan y cómo es posible que ese montón de tierra les impida ganar unos miles de dólares. No se reconocen en ello, ese pasado no es el suyo, el legado no les pertenece y se piensa que todo lo que son es producto de su propia mano; el gesto arrogante de los hombres que creen que su existencia es y acaba en ellos. Dirán que es falta de educación y quizás sea cierto, pero es irreversible, hay muchas generaciones de individuos que no sabrán exactamente dónde está lo malo en lo sucedido, como aquél que al no saber de ortografía, no puede detectar el error en una palabra mal escrita. Lo preocupante es el formar un país con ciudadanos que desprecian su pasado, que no lo conocen y no respetan las normas y por ende al Estado, la barbarie que proviene de personas a las que se les confían derechos y deberes, que traicionan un legado que deben proteger. A veces un país se prepara para proteger su territorio del invasor pero así como dice la frase, ni el mejor guerrero está preparado cuando el ataque proviene de su propio bando.


Castigar con penas es lo más irrelevante en este caso, sino lo que debe alertarnos es qué tipos de ciudadanos estamos formando, seres traicioneros que ante la más mínima oportunidad nos darán un gran golpe, es así que la oda al lucro no nos vuelve ciudadanos sino simples mercenarios.

martes, 11 de junio de 2013

¿Por qué existe el Fujimorismo?


Una de los enigmas políticos que me ha tocado vivir ha sido la existencia del fujimorismo, aunque sería mejor referirme a su supervivencia. Como se sabe esta agrupación política que usa el apellido de un ex presidente que renunció por fax a su cargo, se ha encargado de poner en ascuas a cualquier gobierno que le ha sucedido a Alberto Fujimori; que luego de escapar de la justicia, sus hijos, extrañamente libres de polvo u paja y actuando con total impunidad a nombre de su padre, se encargaron de fortalecer su partido y de mantener la imagen mesiánica de su padre que ya  tenía cuando era presidente. Lo incomprensible es que a pesar de las pruebas evidentes del nivel de corrupción de su gobierno, en que lo asistió el no menos culpable Vladimiro Montesinos, los hijos y máximos dirigentes de su partido político, aducen su inocencia aún luego de ser dictada la sentencia que no sólo lo acusa de peculado, sino también de cometer crímenes de lesa humanidad. Los argumentos que usan para exculparlos son similares a la ley de interpretación auténtica que los fujimoristas la impulsaron desde el Congreso para que Fujimori pueda reelegirse por tercera vez, es increíble la capacidad que tienen los fujimoristas para ir en contra de toda razón, para darle vuelta a una verdad evidente, relativizando los delitos cometidos, cuestionando la misma ley y todo poder estadual que incrimine a su gobierno.

Cada cierto tiempo, los fujimoristas salen con argumentos insólitos sobre la responsabilidad de Alberto Fujimori en los delitos imputados, aducen que ha sido sentenciado por el odio, resentimiento  aunque no aclaran hacia qué, porque inmediatamente uno se pregunta: ¿Por qué odiar a Fujimori?, si él “nos salvó de la hiperinflación y del terrorismo”, como repiten como disco rayado sus partidarios, y que a pesar de los años eso ha sido desmentido pues quien nos rescató de la hiperinflación fue el FMI y en Banco Mundial al que en su momento,  Fujimori prácticamente les dijo que elaboraran el plan económico para que el país recuperara su capacidad crediticia, eso llevando a vender casi la totalidad de las empresas estatales a precios ínfimos (que  según un último libro sobre la corrupción, ese dinero se gastó en mantener el sistema corrupto fujimorista por casi 10 años) y en lo del terrorismo, la captura de Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso fue un trabajo de inteligencia reservado, del que nada tuvo que ver el gobierno, más bien lo que sí hicieron fue crear el grupo Colina, agrupación paramilitar en el que muchos de sus miembros han sido sentenciados por asesinato.

El Fujimorismo creó la prensa difamadora, basura, copó todos los poderes del estado, el poder judicial estaba plagado de jueces suplentes nombrados a dedo, etc. Enumerar el daño que causó su gobierno al Perú ya es historia conocida y redundar en ello es casi innecesario. Por eso sorprende que existan fujimoristas, la cantidad de información que hay sobre los delitos de su gobierno es abundante. Sin embargo, ellos dicen que no existió tal cosa, que es producto del resentimiento de los “caviares”, de los terroristas, de los que venden su conciencia, en fin. Todos los que hablan en contra de Fujimori son caracterizados como seres maléficos que hablan mal de su líder salvador.

Es justamente esto último que justifica el presente texto, el intentar explicarme la existencia del fujimorismo en nuestro país, agrupación política que no le ha traído nada bueno al PERÚ; más aún, su candidata presidencial e hija de Alberto Fujimori, en esta última elección sintetizaba su plan de gobierno en liberar a su padre, más allá de eso no propuso nada; es decir, la existencia del fujimorismo parte de liberar a su líder, eso me lleva a la idea de que sus seguidores son similares a los de las sectas religiosas, en el que defienden las incongruencias de su credo con actitudes intolerantes y violentas. Ponen las manos al fuego por su líder a pesar de las pruebas de su corrupción y engaño, algunos hasta se suicidan por él, regalan sus bienes materiales sólo porque su líder les dice que los haga. Obviamente no todos pueden ser engañados, hay muchos que se percatan del fraude y desertan o simplemente nunca les creen. Entonces, ¿cuál es el perfil del fujimorista?, hay algunos que no los son pero lo dicen ser porque les pagan, les regalan comida y ya, en realidad no les creen ni una palabra, normalmente son de las clases social más bajas, las que son trasladados en ómnibus para que llenen las plazas donde sus líderes (hijos) hablan. Ellos votan por los candidatos fujimoristas porque creen que de estar en el poder, les seguirán regalando cosas; sin embargo, existen otro grupo, quizás el más fuerte y consecuente, el que ingenuamente propaga el fujimorismo fanáticamente, como dirían los politólogos, el sector más duro, el que se mantiene con los años, este es el que como un cáncer, está metido dentro del escenario político peruano. Y a qué se puede deber ese fanatismo, es muy probable que sea por el tipo de madurez política –o inmadurez- de quienes adoptan la defensa de esa manera de hacer política, que podemos definir en la frase: “el fin justifica los medios”.  Los fujimoristas defienden a su líder sobre todas las cosas, si el Poder Judicial lo cuestiona, el problema es el Poder Judicial, si algún periodista lo critica, el problema es el periodista, etc. entonces, es obvio que son caudillistas, adoptar esta manera de ver la política es creer que todos los poderes estaduales están desacreditados, que estos por carecer de autoridad no deben ser respetados y que alguien debe de tomar la batuta ante ese desgobierno, por eso se apoyó a Alberto Fujimori al disolver el Congreso y tomar el control de todos los poderes y hasta de la prensa. Evidentemente, la coyuntura política hizo que esta actitud fuera apoyada por la mayoría de la población, lo sorprendente fue que aun cuando la vida política y económica se estaba estabilizando, la toma del Estado de forma mesiánica seguía teniendo credibilidad.


En otras palabras, el gobierno se encargó de desacreditar a la clase política reiteradamente, creando la pantalla de que se vivía en democracia pero manejando los poderes a gusto suyo. Esa visión del líder todo poderoso que todo lo que sucede es por su voluntad, primó en el pensamiento fujimorista pues ellos no creen en el Estado, menos en los poderes y lo peor de todo es que asumen que los siguientes gobiernos también actúan así, por eso es entendible que un requerimiento del Poder Judicial lo crean como maquinado por el presidente de la República. Tan dañada está su consciencia política que creen que todos los presidentes actúan como actuó Fujimori. Son individuos que políticamente no han sido destetados de su líder y siguen creyendo que la política es algo de una persona, de una sola voluntad, en su imaginario le es imposible creer en los poderes del estado, aún viven en las épocas bíblicas, no entienden que los seres humanos son iguales y que aquél que nos salva de lo que creen es el caos, tiene el cielo ganado y por ende debe ser alabado y no sancionado.  El fujimorismo no es un partido político, es una secta político religiosa, no se puede argumentar con ellos, la sinrazón de sus postulados demuestran que más que política, ellos quieren una religión, una sola verdad; quizás hasta crean que si Fujimori muere en la cárcel, será considerado un mártir, una víctima, un preso político que tiene que cumplir condena por hacer lo que era lo mejor para el país. 

El deporte y la vida política


Lo que me agrada de los deportes es que para ser el mejor tienes que ganarle a los mejores, no hay otra posibilidad, con una victoria pura y clara demuestras que mereces el laurel; a veces la suerte da la mano pero no siempre pues nadie puede mantenerse en lo alto por el azar. Es muy complicado hacer que lo imposible sea posible en el deporte, no hay "interpretaciones auténticas" de las derrotas e inevitablemente me hace pensar en la política peruana donde abundan los que enturbian la pureza de una justa victoria, la mentalidad burocrática de mantenerse en un lugar que no merecen prima y es ajena al espíritu de la meritocracia. Vemos intentos desesperados por quebrar una victoria bien llevada en donde con discursos amañados, cinismo y engaños nos quieren vender vicios por valores. Entonces, he ahí un valor del deporte, sea la disciplina que sea, nos da una lección de que si deseamos vencer tenemos que prepararnos para merecer la victoria; a los políticos les vendría bien hacer deporte o quizás no lo hacen porque saben que no podrán demostrar lo que con astucia y malas artes han conseguido en su vida política.

viernes, 19 de abril de 2013

Un cantante como invitado a la Feria Internacional de Libro de Lima

En esta entrevista a Doris Moromisato, directora cultural de la Cámara Peruana del Libro, organizadora de la Feria Internacional del Libro, explica el porqué nuestras ferias no reciben a escritores de nivel internacional. Nos dice que es porque el Estado no apoya en ningún sentido para organizarlas, cosa que sí ocurre en Chile, Argentina y México. Entonces es comprensible que nuestra feria esté sometida a las leyes del mercado, evidentemente si los fondos que se usan para organizar las ferias salen del sector privado podemos entender mejor el panorama. Aparte de no existir dinero para invitar a J.M.G. Le Clézio o Coetzee y carecer la CPL de peso institucional para que acepten la invitación, se tendrá aún más que invertir en la publicidad para decirle a la gente quiénes son estos escritores; si el presupuesto es apretado es más fácil invitar a un cantante popular donde la publicidad ya está cubierta y por ende, atraer más público. El Estado debe asumir su rol de promotor cultural, el mercado no puede hacerse cargo de esto porque es de interés público. Yo comenzaría con preguntarle a los congresistas y a los ministros si conocen a estos escritores citados anteriormente o si están al tanto de la controversia creada con motivo de la organización de la Feria de Libro de este año.





Humala viaja a Venezuela a reconocer a Maduro.

Es lamentable que se concrete el viaje del presidente Humala para la toma de mando de Nicolás Maduro, es evidente el fraude que se ha cometido en su elección pues este no solamente se determina al momento del conteo de votos, sino al contabilizar la cantidad de transgresiones cometidas en la campaña de los candidatos. Esto ya nos pasó a los peruanos el año 2000, que fueron las elecciones más fradulentas de la que yo tenga conocimiento (leer Suma y Resta de la Realidad de J. Fowks) donde se usó no solamente el aparato estatal, sino los medios de comunicación para favorecer al candidato oficial. Como dice el Derecho Constitucional, el presidente debe tener legalidad y legitimidad, la legalidad la puede tener pues los organismos electorales venezolanos lo han reconocido pero la legitimidad no ya que la mitad de los electores no creen en su sistema electoral. Es evidente que Venezuela no solamente necesita un recuento sino un cambio drástico en su normatividad electoral para que los próximos procesos no estén contaminados por la duda del candidato perdedor (Capriles aceptó que Chávez le pudo ganar por ser un individuo mediático, un personaje que sin fraude lo podía vencer, lo que no puede concebir es que Maduro lo haya hecho)

El reconocimiento de su elección por parte de Argentina, Ecuador y Bolivia hace que uno dude más de su legitimidad. Gobiernos que han mostrado una actitud hostil hacia cualquier posición opositora, violando derechos constitucionales para no perder popularidad. Que el presidente Humala reconozca a Maduro es una mala señal para nuestra democracia ya que nos está dando un indicio de que él preferirá una elección fraudulenta con tal que el elegido sea un personaje afín a sus intereses políticos, así sea que lo haga para limpiar su conciencia pues es ya harto sabido que Ollanta no es el mismo que se abrazaba con Chávez cuando era candidato a la presidencia del Perú.



 
Humala junto a Maduro en una cita del Unasur de 2012. (USI)

jueves, 18 de abril de 2013

Asu Mare y el cine peruano publicitario

Pertinente lo dicho por Ricardo Maldonado en esta entrevista y se concluye de lo expuesto que todo director de cine tiene que asesorarse por publicistas pues como toda cosa que se quiere vender, se tiene que contar con profesionales del marketing. El trailer ya era exitoso y es porque lo trataron como un comercial. Es decir, esta es una película hecha como un gran comercial jocoso, sencilla en estructura y estelarizado por un personaje popular. Esto me lleva a pensar en otros géneros, como la música o la literatura donde el papel del productor y el editor respectivamente son de vital importancia para que el resultado final sea el esperado, si en la mentalidad de estos profesionales -que son un filtro entre lo que quiere el creador y el público- está bien claro lo que se busca de la obra, es muy difícil que no se venda. En asu mare existe un tema básico, el que los auspiciadores dieron dinero para que la película se venda, no ganar premios que al final de cuentas es sólo que tu trabajo les guste a tres o cuatro personas. En el Perú el dinero está en las empresas, si deseas su financiamiento se tiene que negociar el resultado del trabajo de uno, el que desea hacer lo que quiere -el cine de autor por ejemplo- tiene que intentar convencer a CONACINE o buscar el dinero en el extranjero, eso no llena salas, sólo el ego. Interesante lección nos deja este cine publicitario.



Entrevista a Carlos Luján Andrade (Tazas Literarias Perú) y una reflexión sobre el emprendimiento

Alguna vez escribí un diálogo sobre el emprendimiento motivado por lo que leí sobre que en los países ricos este es poco y que a mayor emprendimiento, existe mayor pobreza económica debido al exceso de competencia. Que muchos quieran hacer su negocio es una moneda de dos caras pues es un síntoma de que en sus trabajos no tienen mucha proyección o que los derechos laborales no se respetan a cabalidad y no tanto porque la economía del país vaya por una senda saludable -otros simplemente quieren darle un mordisco a la bonanza que dicen que existe-; sin embargo en una propia empresa el ingreso va en aumento si la sabes llevar y desde ese punto de vista es beneficioso. Entender el concepto de inversión y ganancia es vital, no todos podemos comprenderlo pero en una economía casi informal como la nuestra, muchos sin tener ese espíritu emprendedor (una palabra similar a "entusiasmo") se lanzan al mundo de los negocios, el más sincero que he conocido ya que si sabes hacerlo ganas, sino, te quedas a medio camino, algo que no se puede decir de las humanidades o ciencias sociales, donde el resultado es relativo y subjetivo, pero como en casi todas las cosas -así como la palabra entusiasmo- las ganas no son suficientes. Esta reflexión la hago porque desde hace unos meses inicié un negocio de tazas sublimadas y me hicieron una entrevista y la verdad que nunca pensé que terminaría hablando de estos temas de una forma tan práctica. Uno nunca debe decir de esta agua no beberé. 


¿Traduciendo a Lorca?

Una página de bromas nos dice que se traducirá a Lorca a "lenguaje normal".  Esta iniciativa ficticia me hace pensar en la poesía y sus posibilidades. Dentro de este absurdo nos dicen que en el fondo se busca que se "entienda" lo dicho por García Lorca en sus poemas. El error es que la poesía no se "entiende" ya que lo escrito no son conceptos sino imágenes. Cuando tenía 17 años y recién ingresé a la universidad ya era un modesto lector pero solo de narrativa, los poemas los veía de soslayo pero siempre tenía curiosidad por ellos. Una vez, angustiado y preocupado por no poder entenderlos, fui como un viejecillo va al médico preocupado por sus achaques, al taller de Poesía de la U de Lima que en ese tiempo lo dirigía el poeta Renato Sandoval, me senté en su escritorio y confesé: "Qué hago profesor, no entiendo la poesía, leo y nada, estoy desesperado, qué me recomienda" y ante la risa escondida de los aspirantes a poetas que también estaban en ese lugar, él me dijo que la poesía no se entiende, se siente y que lo que sienta cuando las lea, estará bien. Ese consejo me quitó toda angustia, vi a la poesía como aquél test psicológico de Rorschach, imágenes a las que le doy mi propia interpretación.


http://www.elmundotoday.com/2011/05/traducen-al-lenguaje-normal-los-poemas-de-lorca/

viernes, 5 de abril de 2013

Planetas imaginados

Cuánta imaginación nos produce la soledad, mundos que no son muy distantes del que vivimos sólo que en ellos somos el único habitante, aterrado y desamparado. No somos más de lo que vemos y lo oculto en ese mundo irreal, es aquello que también se esconde de nosotros sin saber qué se nos presentará al dar la vuelta o al escarbar entre los escombros que misteriosamente divisaremos a los lejos. Uno es el explorador desorientado que busca la tranquilidad en aquello desconocido aunque sea una labor insensata. Ahí es donde nos percatamos que los mundos creados son más desolados que el real, un viaje centrípeto hacia uno mismo como el virus que viaja por el cuerpo que va a destruir. 


¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías?...

¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías? Donde el principal valor está en lo que se traga. Se ce...