Es lamentable que se concrete el viaje del presidente Humala para la toma de mando de Nicolás Maduro, es evidente el fraude que se ha cometido en su elección pues este no solamente se determina al momento del conteo de votos, sino al contabilizar la cantidad de transgresiones cometidas en la campaña de los candidatos. Esto ya nos pasó a los peruanos el año 2000, que fueron las elecciones más fradulentas de la que yo tenga conocimiento (leer Suma y Resta de la Realidad de J. Fowks) donde se usó no solamente el aparato estatal, sino los medios de comunicación para favorecer al candidato oficial. Como dice el Derecho Constitucional, el presidente debe tener legalidad y legitimidad, la legalidad la puede tener pues los organismos electorales venezolanos lo han reconocido pero la legitimidad no ya que la mitad de los electores no creen en su sistema electoral. Es evidente que Venezuela no solamente necesita un recuento sino un cambio drástico en su normatividad electoral para que los próximos procesos no estén contaminados por la duda del candidato perdedor (Capriles aceptó que Chávez le pudo ganar por ser un individuo mediático, un personaje que sin fraude lo podía vencer, lo que no puede concebir es que Maduro lo haya hecho)
El reconocimiento de su elección por parte de Argentina, Ecuador y Bolivia hace que uno dude más de su legitimidad. Gobiernos que han mostrado una actitud hostil hacia cualquier posición opositora, violando derechos constitucionales para no perder popularidad. Que el presidente Humala reconozca a Maduro es una mala señal para nuestra democracia ya que nos está dando un indicio de que él preferirá una elección fraudulenta con tal que el elegido sea un personaje afín a sus intereses políticos, así sea que lo haga para limpiar su conciencia pues es ya harto sabido que Ollanta no es el mismo que se abrazaba con Chávez cuando era candidato a la presidencia del Perú.
Humala junto a Maduro en una cita del Unasur de 2012. (USI)
No hay comentarios:
Publicar un comentario