domingo, 17 de noviembre de 2019

Sobrevivencia y aprendizaje

Cuando caminaba por un parque a los quince años tuve una revelación. Me percaté que en tercero de secundaria no aprendí nada con respecto a los conocimientos. Justo ese año me cambié a un colegio de varones y la enseñanza era bastante pobre. Lo que sí aprendí fue a sobrevivir. Entre la maña y los golpes me enteré que puede existir gente que quiere hacerte daño por las puras y que no te quedaba más opción que seguir su juego o darles un puñete en la cara. En otras palabras, fue un retroceso si es que uno quería integrarse al mundo civilizadamente, en una realidad donde la lealtad, la honestidad, el respeto a la palabra y las buenas costumbres sean lo que uno quiere desarrollar. El bien común como finalidad.

Con el pasar del tiempo he visto a mi país pasar siempre por esa etapa de supervivencia donde la democracia intenta sostenerse soportando a gente infame como lo han sido los políticos afines al aprismo y el fujimorismo. Es difícil crecer en valores con individuos agresivos en reflexión y acción. Mientras esos individuos tengan algo de poder, nuestro país será como aquél cavernícola que corre para huir de un tigre diente de sable, escondido y angustiado en su cueva no pudiendo si quiera crear un propio lenguaje.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Sobre la "normalidad"

Cada vez que le contaba alguna cosa algo particular a un amigo, este me decía con angustia: "eso no es normal". Y me preguntaba interiormente sobre lo que es ser normal y no. Era evidente que para dicha persona la normalidad significaba pasar desapercibido y no inspirar desconfianza. Ser así no deja demasiado espacio para la iniciativa y la creatividad. Intentar mantener el equilibrio entre lo que es "correcto" o "incorrecto" genera una tensión emocional frustrante y los espacios a los que lo confinan a uno alimentan esa conducta "social" normalizada, léase colegios y universidades.

Los buenos psicólogos pueden diferenciar entre una personalidad particular y otra que está perturbada por factores patológico o externos. Lamentablemente todavía hay quienes marcan una línea entre lo que es y debe ser. Lo peor es que buscan que todos se alineen en esa frontera. Por eso ¿quién marcó o determinó qué es la normalidad? ¿Quién ha demarcado esa línea?

Si uno le pregunta al vecino su propia definición de dicho término, encontraremos las más diversas respuestas. Entonces, ¿para qué pedir al prójimo que actúe de una forma que no sabemos definir? En el fondo, la normalidad es ser de tal forma que no perturbes las creencias y la imagen del mundo que cada uno se ha fabricado. Por eso es que siempre seremos juzgados si somos tal como queremos ser porque andaremos destruyendo los mundo ajenos y antes que eso pase, el resto saldrá corriendo despavorido de uno. No aceptar las diferencias del ser humano es ignorar los hechos de la vida. Ignorar la biología, la antropología, la historia, la sociología, etc. Creer en la "conducta normal" es desconocer la naturaleza humana en su totalidad.

¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías?...

¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías? Donde el principal valor está en lo que se traga. Se ce...