CENTRO CULTURAL LA NOCHE, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2011
Muchas Gracias a todos por venir este día y acompañarme en la presentación de mi libro, quiero agradecer a los expositores por sus palabras y a todos aquellos que han hecho posible que este evento se realice. También deseo agradecer a las personas a las que dediqué este libro, en especial a mi padre, que sin su apoyo y sobre todo fe quizás ni siquiera hubiese podido escribir alguna línea, a mi hermana Gisela que hoy no ha podido estar conmigo por encontrarse en Paris pero que siempre ha sido buena consejera y aliada no sólo en temas literarios sino en todo aspecto, impulsándome a continuar en la actividad poética. Y a Sandra, quién me acompaño fielmente durante todo el proceso de la elaboración de este libro a pesar de los momentos difíciles que vivía. Finalmente, quiero recordar a mi madre porque ahí quizás esté la razón de la escritura de mis poemas, su ausencia física siempre me generó el deseo de conversar con ella, de manifestar mis pareceres e impresiones a alguien que ya no estaba a mi lado. Y en ese tránsito de llegar a comprender en cómo es que se puede dialogar ante una ausencia, uno empieza a hablar a un interlocutor que sólo existe en nuestro recuerdo. Es en ese hablar -fuera de toda necesidad de clara comprensión- en el que se generan imágenes alucinadas y sin temporalidad, donde se crea un propio lenguaje en el que uno termina conversando consigo mismo y es ahí donde para mí tenía más sentido lo que nos enunciaba Bernard Shaw acerca de que “ Los poetas hablan consigo mismo en voz alta y el mundo los oye por casualidad ". Es en el recuerdo de mi madre, en la necesidad de contarle cómo es el mundo tiempo después de que ella se fue, mi mundo, donde parte el origen de lo que escribo.
Qué les puedo decir acerca de este libro que en realidad son dos. El primero de ellos se llama Soundtrack (banda sonora en español) nacido del deseo lúdico de escribir algo sin pensar demasiado en lo que se dirá, motivado por las imágenes que se presentan al escuchar una melodía, con la intención de describir la sensación que emerge cuando uno enciende la radio o presiona “Play”. Y así como la sensación de cada interpretación musical es efímera y única -que se va casi en el instante en que aparece para luego ser reemplazada por otra- también es la intención de tales poemas: volátiles, espontáneos, espasmos de emociones ya perdidas. Pero es escritura, el resultado de ese experimento es este libro en el que contradice todo lo que expongo ahora, porque esto no es efímero, es real, más sentido hubiese sido ser como el escultor de humo, del que hablaba Giovanni Papini en su novela Gog, donde el artista frenéticamente le da forma con una larga paleta y una vez terminada, presuroso le dice a Gog: “¡Mire! ¡De prisa! ¡Imprima la forma en su memoria! ¡Dentro de pocos segundos la estatua se desvanecerá como una melodía que acaba!”. Lástima que no se puedan escribir libros con tinta de humo. Así tendría más sentido lo que explico.
El título del poemario está inglés, quizás pueda ser porque varias de las canciones que motivaron su escritura están en ese idioma, aunque prefiero justificarlo por una anécdota que el poeta peruano Paco Bendezú alguna vez contó, en la cual el mismo Pablo Neruda le dijo que ponerle el nombre en inglés a un poema le traería buena suerte, es así que este poeta le puso Twilight a uno suyo, el resultado fue que ahora dicho trabajo es considerado como uno de los mejores poemas amorosos peruanos. Así que indirectamente también le hice caso a Neruda y también me trajo buena suerte. Aunque lo más probable es que no vuelva hacerle caso.
Por otro lado y al otro lado, está el poemario Miles de Misiles, en sí la existencia de este trabajo es para darle actualidad al libro, porque Soundtrack es del 2006 y este último, del 2008. Son dos épocas distintas, momentos también distantes y es preciso aclarar la temporalidad de lo escrito porque, sobre todo en la poesía, esta es la fotografía de una emoción, en la que de acuerdo a nuestra experiencia literaria usaremos las imágenes y palabras hasta ese entonces aprendidas y conocidas. Tal vez, en el transcurso de nuestras vidas podamos vivir experiencias similares pero no se crearán los mismos versos pues es como ver una antigua fotografía en la aparecemos jóvenes y luego regresar a ese mismo lugar, tomar otra y después compararlas. Miles de Misiles también es el nombre de un poema incluido en este poemario que se concatena con lo dicho al iniciar este discurso, porque es parte del párrafo siguiente:
“(…)
Palabras temblorosas
Sollozan al espacio lácteo, sin forma
Lanzando miles de misiles a un blanco inexistente”
El poema también es eso, es lanzar palabras sin destino donde quizás hallen algún receptor que las aprehenda, que les hiera, que los conmueva, que los desprecie o les estalle en el pecho.
Sin embargo, el nombre original de esta obra no era así, el nombre con el que fue guardado en un cajón por tres años fue Sol de Medianoche en Groenlandia, un nombre largo, título también de otro poema que finalmente fue retirado antes de la impresión, no por una cuestión de capricho, sino por una necesidad de la imprenta. Es así que a sugerencia de mi amigo Miguel Ramírez, tomé el nombre de otro poema para darle el título que ahora tiene. Era preciso aclararlo porque durante los años en que este poemario estuvo enclaustrado en mi escritorio, tuvo ese título que para mí significaba mucho. Como algunos sabrán, este es un fenómeno natural que se produce en los polos, donde no se oculta el Sol y a las 12 de la noche este sigue brillando. La alegoría a este nombre era porque intentaba mostrar la imagen de que en algún momento de la existencia, esa sombra que antes nos cobijaba, desaparece, como cuando nos abandona la inocencia para luego sentir por siempre la luz de la existencia sobre nuestras cabezas, quedando en nosotros el deber de dar un poco de sombra a quién todavía estén a nuestro cuidado, porque y cito la manera cómo terminaba este texto: “al parecer sin sombra, no olvidaremos el color del cielo”. Y por qué hablar de un texto que no aparece finalmente en el libro, porque este le dio la existencia a los que sí están. Recordarlo es un homenaje al poema caído, como otros que también desaparecieron por las circunstancias y el presupuesto. Quizás Miles de Misiles sea la génesis de lo que escribo en este momento y de lo que escribiré en el futuro.
Un detalle que no quiero olvidar mencionar son las fotografías aparecidas en ambas carátulas, estas fueron tomadas hace unos años por mi hermana Gisela, el objetivo era capturar la imagen de un objeto y desprenderlo de su significado, es decir tomarle la fotografía a algo y darle la impresión de ser otra cosa menos de lo que es. Esta ambigüedad la consideré ideal para darle la imagen necesaria a lo que en realidad yo considero qué es la poesía. Al verlas ustedes le darán el significado que deseen, y de saber qué es, dirán que no necesariamente parece serlo.
Para terminar este discurso quiero mencionar que la publicación de este libro y la poesía en general me ha hecho conocer gente maravillosa, personas amantes del arte y la poesía mostrándome en su gusto por ellas el deseo de sincera libertad, porque la creación es la manifestación de no solo de ser libres sino también de querer liberar a los demás, enseñando y creando rumbos nuevos a los espíritus extraviados en los convencionalismos y las ideas pre establecidas.
Esta experiencia de publicar mi primer libro me la llevo como una lección, en la de creer en algo e ir hasta el final, siendo responsable del resultado. Una muestra de mi breve paso por la vida.
Muchas gracias.
Anahí Vásquez de Velasco, Gabriel Rimachi, Carlos Luján, Héctor Ñaupari, José Carlos Botto