Hace unos días se presentó el libro "La Nueva Senda de la Libertad - Cuatro ensayos liberales" compilado por Héctor Ñaupari, de la lectura del prólogo y dos de sus ensayos se infiere que dicho texto pretende esclarecer la idea de lo que significa el liberalismo, sobre todo en nuestro entorno que como dice Ñaupari, se cree que este término es un sinónimo de defensa de los ricos, en materia económica y de la defensa de los dictadores en materia política; además el hecho de creer que los liberales son conservadores y que sólo les preocupa el statuo quo y sólo piensan únicamente en términos de proyecciones y tendencias económicas, asimismo de ser un pensamiento "único" e intolerante". Angel Soto, en el prólogo aclara que lo que busca este pensamiento no es el mero consumismo sino que representa "la búsqueda de la satisfacción que va más allá de lo material y que abarca lo cultural e incluso lo trascendente: ser libre", y más bien se intenta que la libertad nos de la posibilidad de tener un pensamiento inclusivo, tolerante y que luche contra la "dictadura del pensamiento único" (el progresismo). Soto nos recuerda que mucha de la mala concepción que se tiene del liberalismo es "porque se los ha caricaturizado al referirse a este como un pensamiento económico que maximiza las ganancias y minimiza los costos a través de un "frío mercado"”.
Un detalle que me llamo la atención de este libro es su primer ensayo llamado “¿El Liberalismo es de Derecha?, ¿Qué es el Liberalismo?” de Dante Bayona, normalmente pensé que eran casi sinónimos pero el autor demuestra claramente que no es así porque el Liberalismo “se refiere a la forma en la que la gente debe comportarse en la sociedad”, obedeciendo a dos principios: Principio de la Propiedad Privada y el Principio de la No-Agresión”. Me detengo aquí porque me hace pensar en la situación que vivimos actualmente con el problema de las mineras y las comunidades, Dante explica:
“El principio de No – Agresión sostiene que es incorrecto usar la violencia contra gente que no ha iniciado violencia contra nosotros, y por tanto uno solamente está justificado a usar violencia si la otra persona nos ha atacado primero. La regla liberal de la autodefensa es clara: tú no me agredes, yo no te agredo; tú vives tu vida, yo vivo mi vida; podemos cooperar, pero sin violencia…
…Si dos personas quieren usar al mismo tiempo un mismo recurso escaso, esas personas pueden entrar en conflicto. La gente no pelea sobre un recurso abundante…
El liberalismo dice que el dueño legítimo de un recurso escaso es el primero que tomó el recurso de la naturaleza sin quitárselo a nadie.”
Entonces, si el gobierno dice estar a favor del progreso justificando así las acciones en contra del derecho de las demás personas, no podemos tildarlos de estar de parte de los liberales, de los que están a favor del libre mercado sino más bien de los empresarios que son de derecha pero que no son liberales pues no podrían pasar por el derecho de propiedad de otros si es que antes no ha sucedido un intercambio voluntario entre las partes. Por eso el autor de este ensayo aclara:
“Ser liberal no significa defender a ciegas a todos los empresarios” ya que estos pueden ser corruptos y hacer que con su poder las leyes los beneficien. “El mercantilismo “de derecha” viola los axiomas básicos del liberalismo al usar la violencia de la ley contra gente que no ha iniciado violencia, y al no permitir las transacciones legítimas de la propiedad privada. Por eso debemos entender que el liberalismo defiende la libre empresa, pero no al empresario corrupto, no a los monopolios legales… Un liberal se opone a todas las leyes que impiden las transacciones libres y que obligan a unos a comprar de otros.”
Y aquí viene lo más importante del ensayo:
“… se puede decir que los liberales “tienen principios”. Los de derecha se adhieren a los principios liberales cuando les conviene”.
Este libro contiene muchas ideas esclarecedoras con respecto a lo que es el liberalismo. No creo que pretenda convencer a los convencidos sino educar a quienes no saben exactamente qué significa este término, limpiándolo del manto sucio que la política le ha puesto encima.
No soy liberal, más bien social demócrata, pero la primera lectura de dos ensayos de este texto me ayuda a pensar en que no podemos obviar aprender más de algo de lo que se habla mucho ya que por más que se hable no quiere decir que se sepa todo de él.
Un par de preguntas para quienes critican al Liberalismo o lo elogian: ¿Han leído La Libertad de Elegir de Milton Friedman o siquiera La Riqueza de las Naciones de Adam Smith? O al contrario, a quienes critican al Socialismo ¿Han leído y entendido a Marx? No basta con quedarse con los discursos panfletarios que pululan en los medios de comunicación y hasta en universidades, de ser así, ¿qué nos diferencia de los senderistas que coparon las ideas de sus distraídos seguidores con resúmenes antojadizos de su propia ideología?
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