CON TODO CONTRA TODOS
De José Carlos Yrigoyen
Por Carlos E. Luján Andrade
“Los peruanos estamos tan
acostumbrados a los golpes, tan masoquistamente acostumbrados, que lo del
fútbol ya no nos envenena la sangre. Forma parte del diagnóstico nacional. Qué nos
importa si ganamos o perdemos con Uruguay, para empezar otra vez las
intrincadas especulaciones con los puntos de local y visitante. ¡Váyanse al
diablo, y métanle un gol de una vez por todas!, es el grito que repite la
afición. Qué campeón, ni qué campeón, lo que queremos es no estar últimos en el
panorama sudamericano.”
(La Balada del Gol Perdido / Abelardo Sánchez León)
En una clase de Historia me
contaron que cansados de tener un pasado lleno de derrotas y fracasos, el
estado peruano decidió que era momento de contar la historia del país con
hechos gloriosos, héroes y revoluciones como la francesa. Es así que se convocó a un concurso donde la mejor fábula
basada en hechos reales sería tomada en cuenta para ser enseñada en los
colegios. Con el pasar del tiempo, nos hemos percatado que tras tantos cuentos
históricos, hay mucho de verdad como de mentira en esas narraciones, pero aún
las aceptamos porque en el fondo sabemos que tener una memoria falsa es mejor
que no tener ninguna. El libro Con Todo, contra Todos de José Carlos Yrigoyen hace un recuento de la historia futbolera nacional desde los 70s hasta nuestros
días. Una revisión pormenorizada de los encuentros más relevantes de
nuestra selección de fútbol a través de los diferentes partidos que hemos
tenido en campeonatos internacionales. Un recuento que nos hace mirar atrás no
sin antes lanzar un suspiro angustiante porque
mucho de lo narrado lo sabemos, sin embargo, gran parte de lo conocido ha sido
edulcorado, distorsionado, segmentarizado por los años de trauma deportivo en
el que el fútbol nos ha derivado. ¿A qué me refiero? Que mientras más años de
frustración se iban acumulando, más se idealizaba ese pasado donde nuestra
selección era imbatible, repleta de cracks y motivo de orgullo nacional. Sus
jugadores eran casi héroes de gestas imposibles en el que sus defectos eran
empequeñecidos o casi borrados del imaginario deportivo. Y es así que con
timidez y con miedo de mirar hacia atrás con detenimiento y frialdad,
idealizamos lo que fue el momento más glorioso de nuestro balompié. El temor a
convertirnos en estatuas de sal si veíamos con honestidad hacia atrás, nos
hacían ignorar las latentes tragedias e infortunios de nuestro deporte de bandera sufría en los
momentos más grandes. Y es que el libro de Yrigoyen contribuye a desenmascarar justamente la ficción que año tras
año nos han contado sobre nuestro fútbol.
Desde el capítulo dedicado a
México 70 hasta el de España 82, encontramos una visión desangelada de aquellos
procesos que nada tienen de consecuentes y sólidos, sino al contrario, entre
las actitudes erráticas de tanto el comando técnico, dirigentes, y jugadores,
se conseguían triunfos meritorios pero muy esforzados. Así podemos entender con
claridad luego de pasar por sus páginas que la mejor historia del fútbol
peruano podría resumirse en la frase: “Es que a pesar de todo…” Ahora, el
principal mérito del libro no está en lo contado, ya que la información
descrita quizás ya es conocida por un aficionado atento de este deporte, sino
en cómo se ha ido hilvanando dichos datos para generar una atmósfera de
incertidumbre y desconcierto. Sensación fiel a la que hemos compartido los
aficionados al fútbol peruano. La frialdad de los números de los resultados de
una enciclopedia futbolera no son suficientes para describir lo que este
deporte emparentado con la angustia nacional nos tiene que decir de nosotros.
La descripción de los encuentros
compendiados, nos recuerdan a esas revistas o diarios deportivos que en mi caso
leía a finales de los ochentas y a principios de los noventa. Y que quizás en
algunos casos se perciba alguna falta de emoción en las descripciones, pero en
otras reflejan lo justo de dichos encuentros y en varias, los precisos hechos
sin impertinentes adornos narrativos, detalle que se agradece. Una observación
aparte estaría en el partido entre Perú y Brasil de México 70, considerado uno de los mejores de la historia de los mundiales, sin embargo, Yrigoyen lo
muestra con cierta frialdad e indiferencia. En este caso hay sentimientos
encontrados porque si bien así es visto por la prensa internacional, no deja de
ser una derrota por goleada ante el mejor Brasil de todos los tiempos. Y como
sabemos, el matiz del presente libro está justamente en no ennoblecer aquello
que no lo merece. Es verdad que el partido ha envejecido mal. El fútbol actual
hace lento cualquier muestra de este deporte de hace quince años, algo así como
la labor de Yashin ante Colombia en Chile 62 que hace poner el duda ese
rótulo de ser el mejor arquero de la historia. Es así que prácticamente el
balón lo dominaron los brasileros y más este encuentro se destaca por la
capacidad de resistencia y reacción de la selección peruana ante una máquina
futbolística impresionante como lo fue el Brasil de México 70 que por una lucha
de igual a igual.
¿Y por qué exigir una visión
diferente con respecto a un encuentro que ya todos pueden ver por la Internet? Por la naturaleza narrativa de Con Todo, Contra Todos, pues aquí no encontramos
una sucesión de acontecimientos futbolísticos, sino una concatenación de emociones, de
expectativas. El libro nos permite ubicarnos y asimilar esos hechos conocidos
en la estadística futbolera en un contexto en el que tanto los medios de
comunicación, la coyuntura política y social tenían mucho que ver. Ejemplos claros están en que no se puede
entender en toda su plenitud el 6-0 de Argentina en el 78 o el 4-0 de Chile
en el 97 sin sus circunstancias. Así hallaremos datos pero a la vez contexto, descripción, anécdotas y
reflexiones personales del autor.
De la mano vemos esa
transformación de ser un deporte que rozaba el mejor prestigio a nivel
sudamericano, de ser candidatos a llegar a lo más alto del fútbol mundial a
hundirnos en el más devastador inframundo pelotero, como dijo Menotti (citado
en este libro) al ver a la selección peruana de los noventas era “como morirse de nada”.
Ese desvanecimiento de las
esperanzas, la caída lenta y dolorosa de un deporte tan popular en este país es
descrita por Yrigoyen sin aspavientos. Ahí están los marcadores, los tiempos,
las alineaciones, las fechas, el contexto, la cólera. No hay otra interpretación ni opción
a disfrazar lo sucedido. Esta desilusión deportiva culmina quizás con la mejor
descripción que se pueda hacer de lo que quebró el espíritu futbolero de
generaciones que vieron la magia de un deporte en su máxima expresión
desvanecerse sin poder hacer nada para evitarlo:
“Para mis padres, mis tíos, mis
vecinos, la gran masa anónima, las cosas no fueron menos difíciles. Cuando el
interminable carnaval multicolor que nuestros televisores transmitían cesó
abruptamente, los apagamos y tuvimos frente a nosotros la pantalla oscura que
reflejaban un país horrible, degradado, bañado en sangre. Empezaba, para el
Perú y su selección, una larga y angustiosa decadencia moral y material en la
que estaríamos muchos años.”
Poco recuerdo del último mundial al que fuimos,
lo que sí sé es que mi padre compró un televisor Telefunken technicolor digital
del 14 pulgadas para ver los partidos de España 82. El aparato estuvo en la
sala de mi casa por años, perdiendo su brillo, con las antenas quebradas,
esperando la transmisión de nuestra selección en un nuevo mundial que nunca
llegó. Con el último aliento de sus viejos transistores vimos la casi
clasificación a Francia 98, luego de eso, se apagó para siempre. Entre ese desgano vinieron las eliminatorias por
Italia 90, vistas en un pequeño televisor blanco y negro ante la indiferencia
familiar. Porque la década de los ochentas y noventas fueron para el olvido. En
Con todo, contra todos, también vemos ese naufragio futbolístico donde se
buscaron fórmulas de todo tipo para salir del empantanamiento mediocre en las décadas siguientes. Aún
leer los once jugadores que son enumerados en cada encuentro durante
esas dos décadas me causa escalofríos. Jugadores que arañaban la gloria en un gol
para luego perderlo todo en la siguiente tarde de goleada. Esos años son
contados con cierta ironía en el que lo absurdo reemplazaba la rabia e
indignación de tiempos pasados. El llanto ante la derrota setentera ahora eran
relevadas por las sonrisas nerviosas y los berrinches de impotencia.
En las cuatrocientas páginas
vemos los recambios, los intentos desmedidos por salir de un fracaso tras otro.
Un ir y venir constante plagado de frustraciones y pocas victorias. Se movieron
piezas de las formas más inverosímiles, miramos el fútbol de todas las maneras
posibles estrellándonos siempre con el palo. Somos testigos en estas páginas del gran foul que nos hicimos a nosotros mismos eliminatoria tras eliminatoria. José
Carlos Yrigoyen disecciona la historia reciente del fútbol peruano como un
hincha analítico que también busca respuestas, y es en ese proceso que logra
darnos un retrospectiva cruda, como un espíritu de las eliminatorias pasadas que nos hace sentarnos en un viejo José Díaz anticipándonos el ocaso por venir. En
este libro vemos aquello que comenzamos a olvidar de tanto fracaso,
porque cuando el presente se hace terrible, idealizamos el pasado con la
consecuencia de creer que los errores viejos fueron aciertos incuestionables.
Los nombres de la debacle
futbolística aún están frescos en la memoria y ser rememorados en las páginas
de un recuento que se quiere olvidar, nos hacen saber que el fracaso está como
una sombra que nos sigue incansablemente. Porque aún no ha terminado esta historia. La
clasificación angustiosa a un Mundial luego de 36 años no borra todo este
sufrimiento futbolero. Las variables
siguen siendo las mismas. Varios nombres
que ahora son dignos de nuevas páginas de gloria deportiva, son los mismos que
años atrás renegaban de la selección, que lloraban de impotencia al borde del
campo con el arco lleno de goles.
En realidad, poco ha cambiado.
Aún el fútbol peruano sigue luchando contra todos y contra sí mismo. No
obstante, su historia puede cambiar si una serie de hechos afortunados llegan a
suceder como lo fueron los que nos llevaron a Rusia 2018. Lo que nunca nos
sucedió, ahora pasó. ¿Cómo?, no lo sabemos.
La historia del fútbol es un albur. Este libro es una muestra de ello.
Una pelota que no entró por escasos centímetros hizo que se escribieran decenas
de páginas. Y como Jorge Barraza
finalizó su artículo sobre los pronósticos del próximo campeón mundial: “Esta
grabación puede autodestruirse en cinco segundos. Sólo basta que una pelota, en
lugar de entrar, pegue en el palo y salga. Eso mandará este análisis al
canasto.”
Datos:
Editorial: Debate
Año: 2018
Autor: José Carlos YrigoyenNacionalidad: Peruana
Titulo: Con todo, contra todos
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