Dicen que luego de la eliminación de Perú en el proceso clasificatorio para el mundial de México 86, Alberto Beingolea caminaba con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos pateando latas de leche Ideal por la avenida Aviación. Cuando luego de un suspiro levantó la cara y vio un letrero donde decía: "Zandrox te hace ver el futuro". El burbujito entró y le dijo a la recepcionista que quería una cita. Esperó unos minutos y entró a una habitación adornada con pequeñas estrellas que colgaban de unos hilos sujetos al techo. Zandrox le dice que se siente y le pregunta: ¿Qué deseas saber? Beingolea junta sus labios y nervioso le dice : ¿Cuándo Perú volverá a un Mundial? El astrólogo saca unos naipes que tenían su nombre impreso, diciéndole que los puede conseguir si compra su diario Ojo todos los viernes.
Luego de unos momentos las reparte y observa con detenimiento las cartas colocadas sobre la mesa. Beingolea le ve un brillo en sus ojos, ya que estos se humedecían formándose unas lágrimas en las líneas del agua, tragó saliva y contestó sin dejar de ver hacia abajo: "es extraño, dice que será el año en que un presidente de EEUU se de la mano amistosamente con el presidente de Corea del Norte, pero eso no es lo peor, eso sucederá años después de que un presidente negro sea elegido en los Estados Unidos ¡dos veces! No lo entiendo. Además, todo eso ocurrirá luego de que seas congresista". Beingolea se paró absorto en sus pensamientos y salió de la habitación sin pagarle la consulta, dejando a Zandrox sentado que volvía a repartir las cartas mientras negaba con incredulidad la cabeza.
Pd: La verdad es que ha pasado toda una vida. Ver a Gareca en la plenitud de su vida marcando ese gol y ahora con casi sesenta años... es demasiado. Muchos cuentan su vida en base a los Mundiales o la Olimpiadas. Yo lo he hecho porque remese el entorno. Aún me veo sentado en el suelo de mi sala mirando solitariamente todos los partidos de México 86 o viendo de reojo Barcelona 92 mientras jugaba incansablemente con la i386 de monitor monocromático. Y qué decir de Japón-Corea 2002 donde dejaba mi televisor prendido toda la madrugada con el volumen alto para que me despertaran los gritos de Kanashiro (porque el desgraciado de Fleishman se agarraba los partidos que se jugaban en la noche y lo hacía madrugar al chino XD) cada vez que una selección metía un gol.
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