martes, 17 de octubre de 2023

La expresión casi indiferente de la presidenta Dina...

La expresión casi indiferente de la presidenta Dina a lo que le aqueja al país es intrigante. A veces pienso si en realidad le importa todo aquello que en algún momento la podría hacer que pase un buen tiempo tras las rejas. Más aún, creo que así ella termine en prisión, pasará un buen rato para que se le quite la sonrisa. Una expresión que manifiesta asombro, incredulidad y alegría. Para ella todavía es imposible creer que su mediocridad la haya llevado a portar la banda presidencial con todos los honores que eso involucra. Cuando le dieron la banda en el Congreso, ella alzó la vista hacia los palcos y vi en su mirada un viaje hacia lo estratosférico. No vi la mirada del líder que sabe que tiene en sus manos el destino de un país y nación, sino al de un individuo pequeño al que un genio le ha concedido un deseo. Dina es una burócrata de mando medio que se resistió a renunciar a su puesto por miedo a que si llegaran a vacar a Pedro Castillo, ella se quedaría sin trabajo. Así lo confesó. Ese es el espíritu de nuestra presidenta. Una pequeña persona que aún no sale del asombro de ser la primera presidenta mujer. ¿Cuándo despertará?, ¿qué evento la hará saber que de ser una burócrata en una mesa despintada sellando papeles, ahora recae en sus manos la sangre de muchos peruanos? , ¿quién le avisará que no hay camino de retorno a la normalidad y la insignificancia de la que salió?

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