martes, 31 de agosto de 2021

Durante muchos años, uno ha conocido e interactuado con gran cantidad de gente...

Durante muchos años, uno ha conocido e interactuado con gran cantidad de gente. Por las circunstancias de la vida, la presencia de estas personas se hizo recurrente en el día a día. Al cambiar estas condiciones, uno las ha dejado de frecuentar. Sin embargo, al pasar los años ya no los echa de menos y las olvida del todo. Pero la nostalgia siempre nos gana y a veces intentamos reconstruir esas épocas pasadas con un café o un almuerzo. No pasa mucho rato de iniciados esos encuentros cuando alguna expresión, gesto o idea despiertan las razones por las que nos alejamos de ellas. Las redes sociales agilizan ese trámite. Y ahora mismo con las recientes elecciones, te percatas de ciertos detalles de personas que por la rutina y por la obligación de siempre tenerlas cerca, uno los obviaba. Más aún, a veces resulta revelador. He conocido personas a las que les tenía simpatía, sin embargo, siempre observaba algo que no me convencía del todo en su personalidad. Por camaradería, obviaba ciertas situaciones donde se podría dejar en evidencia tal diferencia. Y ahora, al leer en las redes cómo ordenan sus ideas, justifican sus acciones o sustentan sus opiniones, uno ya tiene la certeza de lo que para uno era solo un detalle, es algo más serio de lo que parecía. Como dije, no solo es revelador, sino también liberador. Uno ya no siente la culpa de haber alejado a ciertas personas del entorno cercano solo por un presentimiento.

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