No sé cuál será el impacto de la sentencia contra Urresti. Conversando con la gente, algunos dicen que votarán "por su seguridad". Lo irónico del asunto es que un candidato, conductor de un programa policial, haya contribuido a generar ese clima de inseguridad en la ciudad. No es poco que siempre exista material para ser emitido en su programa. Lo que no pudo mantener es la idea de que pueda hacer algo al respecto. Reggiardo se valió de una imagen trivial de lo que es combatir la delincuencia. Poco a poco la gente se ha dado cuenta que desde un set de televisión no se derrota el crimen y dirigieron su vista a ese efectivo policial que arriesgaba su vida por evitar un delito que aparecía en la pantalla.
Urresti representa a ese individuo que tuvo que tomar decisiones complicadas para cumplir su misión, decisiones en muchos casos equivocadas que lo llevaron a ser procesado judicialmente. La imagen que proyectó hace dos días, es la de una persona común y corriente aceptando su destino. Y mediáticamente impacta. Combatir la delincuencia de mano propia pone en entredicho valores y creencias. La gente sabe que alguien tiene que hacerlo porque ellos no quieren responsabilizarse de las consecuencias.
Obviamente, Urresti es un outsaider político, una persona sin ningún tipo de experiencia en gestión pública que implique algo más que el cumplimiento de órdenes y la represión. Y nada de lo dicho anteriormente garantizará que sea un buen alcalde. Esa es la característica de estos forasteros de la política. Él solo "desarrolla su papel de líder, ajeno a la política misma (...), aparece siendo eficaz; es decir, brindando soluciones, no importa a qué precio, que los partidos no habían sabido ofrecer. Su fuente de legitimidad son, por eso, los resultado aparentes." (Nicolás Lynch, citado por Umberto Jara en El Outsaider)
De salir elegido el día de mañana, los limeños continuaremos con la idea de que nos guste el político que nos miente más bonito.
Y no aprendemos. Pasamos la página muy rápido. Eso es ignorancia. Cuando era pequeño y mi papá se preocupaba por mi rendimiento en matemáticas, me preguntaba si sabía bien la lección para el examen. Yo le decía que sí, que no tenía ni nervios. Él me decía que por eso se angustiaba porque la ignorancia es atrevida. Ese es el punto principal. Los ciudadanos al no saber o querer enterarse de la trascendencia de la elección de los líderes políticos, no toman en serio su voto. Y no hablo de comenzar a ver sus programas de gobierno de cada candidato, sino que es algo que comienza años antes. Contrastar información, averiguar más profundamente las implicancia de una buena o mala gestión pública, hasta algo de historia de los medios o de la política peruana reciente. Con ese conocimiento previo podrá evaluar con responsabilidad las propuestas presentadas. Y mejor aún, podrá defender su voto con seriedad y altura. Es desesperante escuchar o ver a la gente repetir como loros lo que alguien desinformado les dijo y por supuesto, que también les conviene. Yo hasta les he pedido que tengan algo de amor propio y saquen sus propias conclusiones.
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