Las leyes no se pueden manipular a gusto del poder. Estas son producto de una serie de conceptos y principios jurídicos que van uno encima de otro. Solo la ignorancia de quienes detentan el poder pueden hacer creer que basta modificar a placer una normativa por intereses particulares para que la realidad cambie.
Si fuera así, este mundo no tendría tantas complejidades. Modificar una realidad con palabras sería lo ideal. Me pregunto sobre las personas que asesoran a los congresistas en ese empeño de debilitar al Poder Judicial, al TC y a otras entidades del Estado. ¿Son abogados? Si es así, están siendo engañados descaradamente. Estos mismos saben que tales cambios no van a poder soportar la realidad.
Es como pretender construir un puente con barro. No pasará mucho tiempo para que todo se venga abajo. El derecho tiene una hermeneútica sólida e impenetrable. Jugar con ella es irresponsable con consecuencias que se verán después. Alan lo hizo y ya sabemos cómo terminó, Fujimori también.
Las leyes tienen una razón de ser. Van de la mano de la Filosofía, la Lógica y el presente. Forzarlas es desconfigurar su institucionalidad en la que sostenemos hasta el derecho a la vida.
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