Un ministro dice que la población no acatará el paro porque "son conscientes de que el país no se puede detener". Preocupa que los representantes del gobierno y el Congreso tengan una pésima lectura de los problemas sociales del país. Los transportistas no acatan del todo el paro porque si no pagan el cupo, los matan. Han asesinado a un transportista por no pagar siete soles porque se le malogró su auto un día. Es decir, el gobierno y los extorsionadores andan de la mano para que la gente siga yendo a trabajar. Así de mal estamos.
No hemos aprendido nada de lo sucedido en la pandemia. Nuestro país fue uno de los que tuvo la mayor cantidad de muertos en el mundo. Eso no solo fue por nuestro pésimo sistema de salud, sino porque la gente debía salir a trabajar porque vivimos al día. En realidad, hay dinero en las calles. La gente si trabaja, obtendrá alguna ganancia, pero debido a la informalidad, esta se obtiene por ripios. Por eso pocos se dan el lujo de quedarse en sus casas.
La crisis que vivimos no es económica, a pesar de la recesión, sino institucional, que es más grave aún. La economía informal sobrevive como puede. Sin embargo, los errores de este gobierno y del Congreso poco a poco comenzarán a quebrar la economía por más paupérrima que sea. Los extorsionadores existen por eso. Hay personas que ganan dinero, pero no hay Estado que los proteja. La ecuación es bien simple. Lo que sucede es que al tener a dirigentes tan escasos de criterio, no son capaces de percatarse de la magnitud del problema. Y esa falta de inteligencia es peor que la corrupción, ya que así tengan la mejor intención de solucionar esta crisis, no van a tener la capacidad de hacerlo. Lo más trágico es que son los únicos que tienen esa responsabilidad. Para colmo, los gobernantes estarán más preocupados por el partido contra Uruguay que del próximo paro nacional.
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