sábado, 5 de febrero de 2011

Los elefantes y las caídas de las dictaduras



Francisco Miro Quesada nos explica que los tiranos caen “cuando los militares dejan de apoyarlo. Un tirano solo puede estar en el poder cuando el Ejército lo sostiene. Este apoyo es imprescindible, porque el tirano es rechazado por el pueblo. Solo el temor ante represalias impide que el pueblo lo derroque. Pero cuando las Fuerzas Armadas dejan de apoyarlo, el tirano está perdido” así nos recuerda los derrocamientos violentos de Ceaucescu en Rumanía, de Mussolini  en Italia y la reciente  decisión del presidente de Egipto, Hosni Mubarak de no ir a la reelección luego de 30 años en el poder, en todos ellos está la constante de la pérdida del apoyo del ejército como principal factor de  la caída de los  regímenes dictatoriales, aunque también cita las experiencias de Hitler o Stalin, quienes justamente por contar siempre con el respaldo de sus fuerzas armadas, nunca fueron derrocados.

Y complementando  lo que nos dice este autor, creo que también se puede entender la caída de los tiranos si evocamos la génesis de cada dictadura. Cuando esta se impone, la sociedad está desorganizada, disminuida moralmente por una serie de hechos (como la pobreza, opresión social, etc.) Así el pueblo reclama por un liderazgo que cambie dicha realidad.  Es ahí cuando el dictador, apoyados por el ejército u otros países interesados, fortalece su régimen sacando ventaja del desgobierno. Usando la analogía sobre la buena memoria de los elefantes, estos cuando son domesticados por los hindúes  de pequeños les sujetan una pata a una cadena encajada al piso con una estaca para impedir que se escapen. Ellos intentan zafarse pero luego desisten ante la imposibilidad de hacerlo, así cuando grandes, a pesar de ser mucho más fuertes y capaces de liberarse de un tirón, ya no lo hacen porque recuerdan sus desafortunados primeros intentos.

Algunas sociedades, cuando comprenden que quienes los gobiernan son unos tiranos, intentan rebelarse, pero aún estas se encuentran debilitadas o desorganizadas y son reprimidas con facilidad porque aún la conciencia de tener a un tirano corrupto no es clara y general. No obstante, estos gobiernos, con el pasar de los años sufren desgastes debido a que la ilusión del poder absoluto los corrompe absolutamente, parafraseando esa expresión conocida.  Medidas flagrantemente corruptas e injustas que atentan hasta contra los principios de aquellos que les dieron todo el apoyo en un principio, como el ejército (por ejemplo, vemos que en el caso de Fujimori, pasó por encima de los méritos militares para el ascenso, dejando al mando del ejército a individuos con escaso intelecto y nulo valor, ¿qué poder puede tener un ejército así?)

Pero a las sociedades les cuesta comprender  la tiranía de su líder (de ahí que duren muchos años en el poder) y más aún de que verdaderamente ha perdido el poder que detentaba en el pasado. Una vez que el pueblo se percata de que son fuertes como los elefantes adultos, dan un tirón y se zafan fácilmente. Pues antes la pequeña estaca del dictador era suficiente para oprimir a una sociedad debilitada, sin embargo, una vez fortalecida en sus principios no duda en forcejear para liberarse de aquél que los coacciona. Es por eso que con tanta facilidad estos dictadores son extirpados del poder, una manifestación popular de unos días es suficiente para desbaratar  un régimen corrupto de muchos años (como en el caso de Túnez).

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