miércoles, 30 de octubre de 2019

Reflexiones sobre el consumo de la carne

"El nivel de vida superior que poseen las naciones industrializadas no es consecuencia de una mayor eficiencia productiva, sino de un aumento muy fuerte en la cantidad de energía disponible por persona. En 1970 Estados Unidos consumió el equivalente energético a 12 toneladas de carbón por habitante, mientras que la cifra correspondiente a la India era la quinta parte de una tonelada por habitante. La forma en que se consumió esta energía implica que cada persona despilfarra mucha más energía que Estados Unidos que en la India. Los automóviles y los aviones son más veloces que las carretas de bueyes, pero no utilizan la energía con mayor eficiencia. De hecho, el calor y el humo inútiles provocados durante un sólo día de embotellamientos de tráfico en Estados Unidos despilfarran mucha más energía que todas las vacas de la India durante todo el año. La comparación es incluso menos favorable si consideramos el hecho de que los automóviles parados están quemando reservas insustituibles de petróleo para cuya acumulación la tierra ha requerido decenas de millones de años. Si desean ver una verdadera vaca sagrada, salgan a la calle y observen el automóvil de la familia".
Vacas, cerdos, guerras y brujas - Marvin Harris

Ya la OMS nos ha dado sus advertencias sobre el consumo de las carnes para la vida y el planeta, sobre todo si consideramos que la crianza de los animales que nos la proporciona genera un alto costo en los recursos naturales que poseemos. Es decir, alimentar a una vaca ocasiona que la mayoría de tierras destinadas al cultivo, sean utilizadas para que ellas coman. Marvin Harris, en su libro "Vacas, cerdos, guerras y brujas" en el que intenta explicar las razones por las cuales ciertas naciones, religiones y culturas actúan de manera enigmática, se refiere a la India, donde se venera a la vaca y es no solamente un delito comerla, sino un sacrilegio. Él reflexiona así: "Pero me pregunto qué se pierde en realidad con la prohibición del sacrificio y el tabú sobre la carne de vaca. Desde el punto de vista de la economía agrícola de Occidente, parece irracional que la India no disponga de una industria para envasar carne. Pero el potencial real de esta industria en un país como la India es muy limitado. Un incremento sustancial en la producción de carne de vaca forzaría el ecosistema entero, no por el amor a las vacas, sino por las leyes de la termodinámica. En cualquier cadena alimentaria la interposición de eslabones animales adicionales provoca un fuerte descenso en la eficiencia de la producción de alimentos. El valor calórico de lo que ha comido un animal siempre es mucho mayor que el valor calórico de su cuerpo. Esto significa que hay más calorías disponibles per cápita cuando la población humana consume directamente el alimento de las plantas que cuando lo utiliza para alimentar a animales domesticados.
Debido al alto nivel de consumo de carne de vaca en Estados Unidos, las tres cuartas partes de todas nuestras tierras cultivadas se destinan a alimentar al ganado en vez de a la gente. Puesto que la ingestión de calorías per cápita en la India ya está por debajo de los requisitos mínimos diarios, la orientación de las tierras cultivadas hacia la producción de carne sólo provocaría una elevación en los precios de los artículos alimenticios y un nuevo deterioro en el nivel de las familias pobres. Dudo si más del 10 por 100 de la población india podría incluso hacer de la carne de vaca un artículo importante en su dieta, prescindiendo de si creen o no en el amor a las vacas".

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