lunes, 13 de noviembre de 2023

En una revisión desganada de mi biblioteca, encuentro un viejo libro de 1915 de Eugenio D´ors llamado Aprendizaje y Heroísmo...

En una revisión desganada de mi biblioteca, encuentro un viejo libro de 1915 de Eugenio D´ors llamado Aprendizaje y Heroísmo, que trata sobre una lectura realizada por este autor en una residencia de estudiantes. Él destaca el deber de hacer noble cualquier oficio que uno realice y califica de inmoral a quien vive en la amargura y el desprecio por el trabajo que hace. El trabajo hecho y el aprendizaje para realizarlo será extraordinario siempre y cuando el espíritu esté volcado en estos. Cuenta el caso de un periodista que en sus comienzos fue destacado a "una labor tenida hasta entonces de gran bajeza". Él estaba encargado de la sección que consistía en "redactar notas cortas, de las que sirven para divertir al lector del negocio, reposándole de las cuestiones serias y de las preocupaciones del día... de cositas ligeras y grotescas", llamados "Sección Amena", "Curiosidades", "De aquí y de allá". Sin embargo, este escritor se lo tomó en serio y "procuró llevar al oficio espíritu y amor. No le tuvo por vil, sino por redimible, si voluntad y paciencia a ello se ponía. No se avergonzó, más aspiró al elogio por camino de aquél". Así, a esta labor tan "baja" le cambió "el linaje", dándole lo que los artistas llaman "el estilo propio". Más aún, D´ors dice que para los que no conocen este oscuro origen, lo creen un género nuevo. Cuando terminé de leer el pequeño libro, pensé inmediatamente en Jim Henson, el creador de los muppets. Un joven que quería trabajar en la tv en lo que sea y al ver un anuncio donde decía que necesitaban titiriteros, se fue a aprender a hacerlos y manejarlos. El resultado todos lo conocemos. Creó algo extraordinario de un oficio que muchos lo habrían despreciado en el pasado. La grandeza no está en el oficio que hacemos sino en cómo lo hacemos. Quién sabe que de ponerle todo el empeño estaremos creando una nueva forma de ver el mundo. Eugenio D´ors termina su discurso así: "Todo pasa. Pasan pompas y vanidades. Pasa la nombradía como la obscuridad. Nada quedará a fin de cuentas, de lo que hoy es la dulzura o el dolor de tus horas, su fatiga o satisfacción. Una sola cosa, Aprendiz, Estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada, y esa es tu Obra Bien Hecha".

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