martes, 17 de octubre de 2023

Este bus era de la línea 20 que me llevaba de Chorrillos al colegio San Julián en Barranco a inicios de los noventas...

Este bus era de la línea 20 que me llevaba de Chorrillos al colegio San Julián en Barranco a inicios de los noventas. Era un Dodge-300. Lo recordé luego de que en una página preguntaran si en algún momento uno se ha quedado sin el dinero para pagar el pasaje ya estando en el omnibus. Me sucedió una vez y fue en mi etapa escolar. Justo había tomado esta línea y lo más probable es que sea del mismo modelo de la fotografía. Lo recuerdo bien porque en ese entonces circulaba este vehículo con una sola puerta adelante y otro similar pero con una puerta posterior agregada. Ese detalle de la única puerta es importante. Por ese entonces el pasaje escolar estaba 10 céntimos. Mi padre me daba 20 céntimos para la ida y la vuelta, así que debía cuidar el dinero. Un día el pasaje subió a 15 céntimos, pero yo me enteré en el mismo bus. Estaba yendo en dirección al colegio en el turno tarde. Cuando escuché que el cobrador le daba la nueva tarifa a los otros escolares, pensé en quién me podría prestar 5 céntimos para regresar y lo que me preocupaba era que de no encontrar a nadie, debería regresar a pie de Barranco a Chorrillos a las siete de la noche. Por ese entonces tenía catorce años, así que no eran tan seguras las calles para mí. La cuestión es que los escolares que estaban antes que yo empezaron a reclamar. No querían pagar. Uno de ellos se bajó corriendo y el cobrador tuvo la genial idea de ir detrás de él. Eso hizo que todos los escolares que estaban detrás salieran corriendo sin pagar. No había otra puerta para salir así que al ya no estar el cobrador, esta quedó libre. Como todo gilazo pulpin y honesto, dude en irme corriendo, pero al ver el panorama sombrío no tuve más opción de unirme a la horda de escolares y correr como si nos persiguiera el diablo hasta la puerta del colegio. Era imposible que en ese colegio alguien te prestara ni 5 céntimos. Después de ese traumático suceso, se lo conté a mi padre casi en shock por la situación en que me había encontrado por no tener para pagar el pasaje. Luego le pedí una china o cincuenta céntimos diarios para no pasar por una experiencia en que mi moral y la realidad estén en conflicto. Bueno, por ese entonces, esos asuntos se solucionaban con cincuenta céntimos. Después, algunas veces mis compañeros me pedían prestado 10 céntimos porque querían comprarse unos "chups" de hielo. Al darles, me veían asombrados y agradecidos por mi magnánima generosidad. La 20 aún existe pero los buses son modernos y ya no llegan a Barranco. Los recuerdos de esa línea y la otra casi gemela, la Villa Marina, que tenían los mismos buses pero con un verde más claro, los tengo en cautiverio en mi mente porque fueron los primeros buses que tomé con periodicidad. Una vez me pasé el paradero y por ser vehículos pequeños e ir repleto de gente, no vi donde bajar. Terminé por la Curva de Chorrillos y bajé donde estaban los travestis. Fue la primera vez que los vi en vivo y en directo. Para colmo, al pasar a su lado me dijeron como a Bart Simpson: "¿Quieres divertirte un rato, chaparrito?". Se maleaban, yo estaba con uniforme escolar, pero esa ya es otra historia.

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