lunes, 31 de diciembre de 2018

El miedo y la ignorancia

¿Qué será primero?, ¿el miedo o la ignorancia? El desconocimiento, en una mente donde la causa y efecto es esencial para nuestra supervivencia, será la que provoca la angustia por un entorno que no se conoce o es al revés, donde el miedo domina la razón e intenta buscar explicaciones inverosímiles de lo que sucede para consolarse. Es así que el estudio y la investigación es una actividad vital para actuar con sensatez.
Sin embargo, algunos sabiendo de esta situación, inventan verdades convenientes para calmar esos temores. Usando su poder para consolidar los miedos en vez de disminuirlos. Con el pasar del tiempo, esas explicaciones basadas en la superstición, terminan siendo realidades sólidas e inamovibles, calificando de subversivos a aquellos que las ponen en duda. La historia nos lo ha demostrado una infinidad de veces.
Así, vivir en el miedo y la ignorancia, que es como un uróboro que se come la cola, se asienta como un quiste en cualquier explicación del mundo que tengamos, viendo monstruos malvados en vez de problemas sociales, castigo de los dioses en vez de ciclos atmosféricos o un Cielo e Infierno en vez de principios y valores.
Y podemos ser víctimas de mordernos la cola, pues no conocemos todas aquellas razones por las el mundo funciona. Lo ideal es que ante un hecho de difícil comprensión, no estará en esconderse en una cueva y lanzar piedras desde la penumbra del conocimiento, sino dominar el miedo y esperar a que se muestre mejor aquello que nos atormenta, y si es posible dejarlo que se pose ante nuestro rostro para así mirarlo fijamente. Quizás no sea tan grande ni tan intimidante pero si cerramos los ojos, la angustia le pondrá colmillos, cuernos y baba en sus fauces. En la oscuridad hasta una hoja que se posa sobre nuestro hombro será una garra filosa ante la que daremos un escalofriante grito.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Sumatoria de los vacíos

Dos vacíos no hacen uno. Los vacíos son creados por la ausencia de cosas distintas. Así la nada puede crearse por la falta de formas diferentes. La soledad es la sumatoria imposible de esas nadas.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Memorias Habaneras




Memorias Habaneras
Denisse Santisteban Valle

por Carlos E. Luján Andrade

El planeta alimentado por la luz
de una luciérnaga que no tarda en morir
(Preludio a la decepción / Julián Farkas)

Ante la pregunta sobre por qué uno debe interesarse por la poesía, múltiples respuestas vienen a nuestra cabeza. Sin embargo, la más sincera y sencilla es para poder expresar nuestro mundo interior. Ese que sucede en la oscuridad del silencio, la realidad interna que comprime el pecho cuando se hace más compleja y angustiante. Un universo que crece al interior sin tener otro escape que el arte y en el caso de la poesía, la palabra. Así, las imágenes poéticas irán a nuestro auxilio cuando el lenguaje corriente nos asfixie con sus significados.  Ahí encontraremos el testimonio, la bitácora metafórica de sentimientos intensos, de estados orgiásticos que son la búsqueda por intentar aplacar el estado de separación que el ser humano experimenta cuando se aleja de sus sentimientos primarios. En la poesía vemos la anatomía de esa travesía. El amar es una forma de entregarse a buscar nuevamente unirse con el mundo, con todo aquello que esto implique. El mismo romanticismo lo  lleva a asumir los riesgos de vivir al borde de tales pasiones. Se sufre como se goza en el límite del delirio, pues como dice Byron, debemos sentir en el dolor.

Memorias Habaneras es una declaración tardía de amor, el mirar hacia atrás para revivir lo ido intentando que aún permanezca, porque como dijo Juana de Ibarbourou “hay una verdadera embriaguez en volver andar entre los propios trigos y elegir nuevas gavillas”. Denisse Santisteban retorna a la isla -qué metáfora tan fuerte para hablar de los sentimientos perdidos- y reconstruye el amor que no le es ajeno porque vuelve a la persona y la hace suya. Derrumba la barrera que existía entre dos desconocidos para vivir la experiencia explosiva del enamorarse, tal como lo dijo Erich Fromm para distinguirlo del amor mismo. Y es que así también declara que el enamorarse es de corta duración.

La estructura de Memorias Habaneras retiene esa explosión, detiene la pasión con un anticipo de lo que vendrá. Las especulaciones que los seres humanos fabricamos cuando estemos cerca de sentir la consumación del deseo. Ella nos dice en el poema “Emoción”: “Cuando mis labios te toquen / cuando mis ojos se pierdan / cuando mis dedos te rocen / y se fundan ardientes / con tu volcán en erupción; / Y el dolor ya no duela / y el placer nos inunde / en un diluvio emocional / como una bomba anatómica/ estallando en el instante preciso.” Más aún, no solo reconstruye la sensación personal, sino también crea un mundo donde vuelva a arraigarse y el objeto amado se transforma en una estrella vital de su planeta, así en los versos de Paraíso leemos lo siguiente: “Deja que tu primavera sobre mi invierno / se pose y lo envuelva en calma, / que tu sol inyecte ternura a mi luna descarriada”. No solamente ya está situada en su planeta personal, sino que en la vivencia de dicha pasión también determina su ser y su lugar, define la propia existencia en la presencia y vida del otro. El poema “Donde te quiero”: “Tú estás donde te quiero, / en el espacio en que habito, / en el lugar que me conecta / con el instante en que te miro. / Estás y no estás / y aunque no estés, existes siempre…”

Aquí situada en esa naturaleza, nos ha recreado un mundo que se ha independizado de la carga terrenal aunque no la abandona, ya que como veremos en los versos citados más adelante, la posesión corporal consuma aquello que hace de esta pasión algo real. Pero sigue especulando, convenciendo de que con su afecto ha construido un paraíso perfecto. Le dice en “SI” : “Si me amaras/ habrías descubierto el paraíso bajo la lluvia (…) Si me eligieras / seríamos compañeros y artífices de una nueva revolución / revolucionaríamos el concepto de amor-pasión /llevándolo a niveles desconocidos, (…)”

Sin embargo, no pierde la noción de humanidad del desencadenante de su afecto que a pesar de ser avasallador, lo frena solo como la autora de tales versos lo puede hacer, con un juego de palabras que usa como inteligente freno de mano pasional. Así es “Viceversa”: (…) Me gustas solitario, / te quiero imperfecto, / te quiero insurrecto, / me gustas libertario. / Me gustas así, idealista, /te quiero en mí albergado, / Te quiero total y extasiado, / me gustas humano y artista…”

Y luego vuelve a invocarlo no como el  que sostiene su existencia ni creador de esa realidad pasional, conmovedoramente construida en base a su fe en esa pasión, sino invitándolo a que sea parte de él: “Me gustas cielo profundo, / te quiero mar adentro, / te quiero en mi centro, / me gustas en mi mundo.” Es en ese tránsito donde Santisteban va más allá, trasciende y pide no solamente su presencia a su lado, sino también desea la unión, la conquista absoluta de aquello que sabe que en un momento desaparecerá. Así, el poema “Con Ganas de” lo manifiesta: “Con ganas de tomar tu mano / y caminar sin rumbo, (…) / improvisar filosofías / de sueños y atardeceres, / de la vida y la muerte / y de la lucha día a día / sentirnos sobrevivientes / creernos semidioses / sabernos intensos y arrebatados /saberte, sí, saberte mío, / aunque esa eternidad  dure un segundo.”

Aquí el poemario tiene su punto de inflexión. Lo efímero se hace presente. Ya nos da las señales del instante eterno, y la vuelta a la sensación de separación. El advenimiento del desmembramiento de ese ser unificado que despierta y se sabe ajeno, que ahora en realidad son dos y que la ilusión de la unidad era un espejismo, que la fusión de los dos amores estaban sostenidos en la intensidad de un impacto de emociones de seres solitarios. Porque como nos dice Eric Fromm en El Arte Amar: “Amar a alguien no es meramente un sentimiento poderoso –es una decisión, es un juicio, es una promesa-. Si el amor no fuera más que un sentimiento, no existirían bases para esa promesa de amarse eternamente. Un sentimiento comienza y puede desaparecer.”

Santisteban sabe que dicho mundo se está extinguiendo, que el gran asteroide ya le sobrevuela, no lo ve directamente, solo de soslayo, el resplandeciente brillo que trae el calor de la destrucción le avisa de lo inminente. “¿Qué haremos cuando se acabe? / ¿Qué sucederá cuando no te recuerde más? / La eternidad se habrá ido, / para volver a mi mortalidad cotidiana”.  Y el desvanecimiento de dicha realidad también conlleva a la existencia de su ser pasional creado: “a mi yo que ya no es yo, / ni un poco que yo siquiera, / porque me desvanecía con tu recuerdo.”

Es así, que ya abandonando esa isla – mundo, rememora con melancolía los rezagos del éxtasis vivido, como todos aquellos que hemos sido expulsados de nuestros paraísos personales. Y que desorientada rebusca en lo que queda de aquello, los sentimientos perdidos. “Fuera de amor”: “Qué buscar / en la infinita nada, / en tu hoy distante mirada, / de color – contraste mar, /mar que ahora desierto / no me inyecta vida y va abriendo herida. / (…) Qué esperar / de mi memoria nostálgica, / de tu sonrisa ya borrada / de mi antigua felicidad (…)”

Y en esa exploración, en esa espeleología emocional, hace un último intento de reconocerse en aquello que va desapareciendo. Observa el entorno describiendo lo que queda, el cascarón de las ilusiones ya vacías. Los poemas finales poseen la misma intensidad de los primeros, aunque las palabras ya dominan los versos porque la experiencia sensual se va desvaneciendo, no sin antes declarar que existen otros mundos por habitar, que el relevo no está en la presencia sino en el sentir porque el poeta ama una vez y con el transcurrir de los años solo cambia el nombre de ese amor. Leemos en el poema “Deshabitada”: “Las lunas transcurren / en estas noches deshabitadas, / sobreviven fuera de ti / sin sus estrellas solitarias, (…) / Te sobreviviré / como te he sobrevivido siglos y vidas pasadas / a cada guerra, a cada pacto, / a cada acuerdo de paz, a cada sueño roto, / a cada leyenda, / a cada latir / que tras miles de existencias / nos reencontró una vez más / tal como siempre, / para darme la certeza / de que aún me quedan fuerzas / para seguir sobreviviendo…te.”

Memorias Habaneras nos da en su lenguaje una realidad inequívoca,  donde traslada lo bello de una vivencia, de la experiencia de la autora,  hacia auténticas imágenes profundas que buscan invadirnos con la expansión de su alma poética. Cuando hablamos de las memorias, es también referirnos a la contemplación, al descanso después de la tormenta. Visitar, quizás por última vez, aquella vieja satisfacción, volver a las fuentes, pues como dijo Romain Rolland: “Cada cual lleva en el fondo de sí mismo un pequeño cementerio de los que ha amado.” o como Blanca Varela: “tras la rosa, sombra.”

Este poemario es la declaración de una pasión pasada, ida, en el que se muestra esa necesidad de invocar la nostalgia, reconstruir el placer y el sufrimiento, aunque quizás todo aquello esté disipado y se vuelva a armar metafóricamente con imágenes de poesía. Un regreso a la isla donde lo inmenso del mar como del tiempo no sea óbice para volver a visitarla. Aunque veamos cierta resistencia a seguir habitándola e impedir el regocijo en lo que no llegó a ser. Evitando ser como lo dicho por Alice Munro  acerca de las miradas de ciertas personas, abandonadas en islas elegidas por ellos mismos, penetrante, satisfecha. La memoria es imperativa, vuelve sin permiso y uno la poetisa dando un testimonio de lo que se disipa, aunque esta ande dormida por mucho tiempo, esta retorna. Alice Munro también no dice en Demasiada Felicidad: “Durante mucho tiempo te desprendes del pasado con facilidad y de una forma que parece automática y adecuada. Las escenas del pasado, más que desvanecerse, dejan de tener importancia. Y entonces se produce una brusca vuelta atrás, lo que está acabado y bien acabado resurge de repente, requiere tu atención, incluso que hagas algo al respecto, aunque salte a la vista que no se puede hacer nada.” Memorias Habaneras es un intento más de que se pueda hacer algo, así sea con el verso.

La necesidad de los revolucionarios

Los revolucionarios son necesarios. La historia nos lo ha demostrado siempre. De no ser así, no estaríamos sentados donde estamos. Ver uno de estos individuos es un hecho extraordinario porque aparecen como la explosión de un volcán. Lo vemos cuando la coyuntura lo permite. Sin embargo, la revolución como los revolucionarios son sólo eso: una explosión, una energía que se va disipando con el tiempo, destruye lo existente para allanar el paso de lo que vendrá. Un bulldozer arrasa lo edificado pero este no puede construir ciudades ni reformar sociedades. Al final siempre será un bulldozer, siempre destruirá. Se necesitan otras máquinas, otros hombres para ocupar ese espacio vacío que una revolución ha generado. Un revolucionario que no sabe dejar de serlo terminará siendo una caricatura de su propia causa.

domingo, 25 de noviembre de 2018

La fe o el arte de sobar una lámpara

Es interesante observar que muchos se convencen de su ateísmo o agnosticismo debido a que Dios no se "comportó" como ellos quisieron que lo haga, creyendo que este era un genio que sale de una lámpara dispuesto a concederles deseos. Aunque también hay creyentes que rezan a un santo como otros soban a una lámpara. Comienzo a sospechar que tener fe es una virtud y no una condición innata del hombre.

Una precisión antes de opinar sobre el aborto

Nunca he estado a favor del aborto, pero al ser varón, mi opinión es tan relevante como la que pueda tener sobre el presidente de Luxemburgo, es decir, al no ser un ciudadano de ese país, prácticamente mi opinión vale solamente por hacer uso de mi libertad de expresión, nada más.
Es así que mi opinión es que mientras el Estado no dé una solución seria, comprometida y realista sobre la situación de una mujer que no desee tener un hijo, deben dejarla decidir. Obligarla a tenerlo sustentando dicha obligación con discursos morales o religiosos es irresponsable.
De que han existido sociedades en las que el Estado era más importante que el individuo y las mujeres estaban obligadas a procrear para abastecer sus ejércitos, burocracia y mano de obra, las ha habido. Pero era porque la organización política lo consideraba y los ciudadanos también. En estos tiempos del sálvense quién pueda, no es justo condenar a las personas a hacer algo que no desean, más aún cuando luego de obligarlas, el Estado se hace de la vista gorda al momento de enfrentar las consecuencias.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Lima luego de las diez pm.

Desde hace varios años caminar (y no digo pasear) por el centro de Lima luego de las diez de la noche es un riesgo, La falta de iluminación de las calles es preocupante, la baja potencia de los focos y la inexistencia de luz en varias cuadras presenta un problema de seguridad para sus transeúntes que si no fuera por algunos vehículos que pasan con sus luces prendidas por ahí, simplemente uno camina en penumbras. Esto se resalta más cuando los negocios cierran sus puertas y las luces de estos establecimientos están apagados. Parece que el concepto de la administración municipal es iluminar sólo las avenidas adoquinadas, como el Jirón de la Unión, y las aledañas dejarlas a su suerte. Otro detalle es el olor pestilente a orín que justamente provienen de estas calles, ya que la oscuridad es utilizada por muchos borrachines y personas con males prostáticos para hacer de las suyas.
El descuido de la ciudad es obvio y aún no comprendo cómo una alcaldía pretende administrar una ciudad tan grande si ni siquiera puede ocuparse lo que está en sus narices.

Sobre la alternancia del poder

A la democracia le podemos encontrar muchos errores, pero hay que tener en claro es que mínimamente debemos exigirle una alternancia en el poder. Los que tuvieron su oportunidad y no pudieron concretar sus ideas o peor aún, lo hicieron de una forma nefasta para su sociedad, deben de dar un paso al costado y no persistir en el error. Si hiciste mal algo y pretendes seguir haciéndolo de la misma forma, seguirá saliendo mal. Lógica de primer grado. Si lo hiciste bien, pues serás premiado por la ciudadanía. Aunque nadie es infalible. La sociedad es cambiante y las soluciones que fueron justas y efectivas en un momento determinado, luego pueden ser las peores.
La ingenuidad nos hace caer en las lealtades ideológicas y por lo tanto, defender un ideal confundiendo a las personas con este. Si no hay partidos, no hay ideologías ni ideal. Son solo personas reunidas que buscan detentar el poder de la forma en que han ordenado sus vidas. Es obvio que un empresario de éxito querrá administrar un país como administra su empresa, pues eso lo ha llevado a ser eficaz . De igual manera, el asalariado, el independiente, etc. Pero aquél que no ha conseguido nada en la vida y pretende hacerse de un cargo público ¿cómo llevará a una sociedad a su bienestar? La respuesta es que se basará en especulaciones e hipótesis. Al final, luego de usar a su sociedad como conejillo de indias, dejará el embrollo a fórmulas ya conocidas: el populismo o el neoliberalismo extremo.
Las ideologías son sólo el consuelo de creer que nuestras ideas pueden ser útiles más allá de nuestros egoísmos.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Contra la insensatez fujimorista

Luego de tantos años de criticar el fujimorismo, uno se ha ganado cientos de adjetivos. A mediados de los noventas los calificativos eran más duros. Recuerdo el de "terrorista" por hacer un comentario por la desaparición de los sindicatos. Después decían que uno era comunista, socialista, de izquierda, rojo hasta caviar ya en esta última década. Y lo peor es haber sido formado en una universidad con una facultad de Derecho repleto de fujimoristas. Aunque exactamente era gente de derecha que defendían lo que representaba la dictadura con tal de no perder los beneficios de un sistema que hace que unos pocos se llenen los bolsillos.
Lo que nunca entendieron y siguen sin entender es que criticar al fujimorismo todos estos casi 25 años no ha sido para criticar al sistema del que estos delincuentes se han aferrado para que la clase dirigente los mantenga en el poder, sino es por la torpeza de su raciocinio. El fujimorismo ha atentado contra todo principio jurídico, ha interpretado aberrantemente la realidad nacional, y ni qué hablar de su escala subterránea de valores. Han sido la imbecilidad andante y que ha luchado para que el caos generado por su falta de sensatez, se institucionalice. Solo así puede ser justificado su cinismo que está bien representado en esas sonrisas cachacientas mostradas por Fujimori, Montesinos y ahora su hija Keiko cuando estuvieron delante de la justicia. No hay temor a la razón, al buen criterio porque saben que han terminado aturdiendo al ciudadano que cuestiona hasta las buenas y claras razones.
El oponerse al fujimorismo no es oponerse al sistema económico que representa y que hasta ahora lo había protegido, sino es luchar contra la imbecilidad, contra aquellos que no tienen respeto por el conocimiento y las ideas. Si los dirigentes de un país no son capaces de razonar, el caos aumentará. Para demostrar eso es pertinente que nos preguntemos por las razones que han hecho que los de FP estén siendo seriamente investigados. Y una respuesta es que sus ansias por tomar el poder los ha hecho descuidar las políticas económicas que hace que la clase dirigente o la derecha siga obteniendo las ganancias de siempre. Esta misma clase se pregunta: ¿para qué los estamos protegiendo? El fujimorismo en su imbecilidad cree que los privilegios que gozan es por el hecho de ser fujimorista (cosa que para ellos es difícil definir) Y ahora les cuesta saber que siempre estuvieron equivocados. La derecha ahora sólo los ve como una sarta de delincuentes de baja estofa. Se bajaron a un gran representante de su clase como lo fue PPK. Esa fue señal suficiente de que serían capaces los fujimoristas de casarse con cualquier postura ideológica con tal de subsistir. Miren lo que pasó con el Apra y Alan estatizando la banca y luego siendo fiel defensor del sistema liberal.
En realidad lo que está pasando con Fuerza Popular no es una verdadera justicia. Simplemente somos testigos de un relevo de poder. La derecha está apuntando su dedo hacia otro lado como una manecilla del reloj que ya sabe que debe cambiar la hora.
Es por eso que la postura que uno mantiene no es ideológica sino que está determinada por la búsqueda del buen criterio. Anhelar que el país esté manejado por personas pensantes, sea de la ideología que sea. Obviamente con el fujimorismo ya es imposible.



martes, 16 de octubre de 2018

Palabras nacionales vanas

Es innegable que para muchos el fútbol representa un nacionalismo reprimido y reprochable, es por eso que cuando se le da tribuna a lo que dice un futbolista sobre otra selección rival y se le toma en serio como si ellos representaran la idiosincrasia de toda una nación, se generan resentimientos y odios. Un sentir insensato porque hay que recordar que los futbolistas han tenido que dejar los libros para desarrollar sus habilidades deportivas a nivel profesional. Es decir, su opinión es tan profunda como una canción de Arjona. Los medios son irresponsables por ponerle micrófono a gente con poca educación, pero el deporte está al nivel de la farándula así que poco se puede hacer al respecto.
Un profesor comentó en una clase que cuando estuvo en Japón, otro maestro de ese país le habló sobre Sudamérica y los problemas que tenemos con nuestros vecinos. Le intrigaba el hecho de que si la mayoría de gente profesa la religión católica, hablan el mismo idioma y provienen de una cultura pre hispánica similar, ¿por qué estamos separados?
Los odios entre países comienzan por los problemas más tontos, y no es que lo seamos, sino que el resentimiento es tan grande que estamos buscando el más mínimo pretexto para desencadenar esa ira.
Un detalle que no debemos olvidar y en eso los medios de comunicación deben ser más conscientes es que la rivalidad con Chile no es un asunto de farándula, es un tema que genera problemas de todo tipo. Por ejemplo, durante muchos años el desminado de la frontera ha sido detenido por algún impase, cada cosa que se decía a nivel político entre nuestros países, detenía el desminado. Así el tiempo pasó y el riesgo se mantuvo. Pensemos que si un político (de esos que ya sabemos) le preguntan sobre un partido de fútbol y hace un comentario desatinado, puede traer consecuencias negativas de las que estaremos hablando días y días.
Así que como dice ese dicho algo ofensivo "tomemos las cosas de quien viene". Eso nos ahorrará malos ratos.

Dilema mundano

Normalmente me siento en las bancas de los parques a mirar a la gente o a leer un libro y me es casi imposible ver a alguna persona sola que esté simplemente haciendo lo que describo. Sin embargo, un día, cuando era más ingenuo -tecnológicamente hablando- vi a varias personas sentadas por todo un parque en completa soledad y me agradó la idea de que estuvieran disfrutando una tarde al aire libre simplemente mirando a la nada. Triste fue mi decepción al percatarme que hablaban con alguien con el dispositivo manos libres. Cuando estudiaba en la PUCP hacía lo mismo hasta que una vez me senté en una banca que se encontraba al frente de no sé qué edificio administrativo, habré estado por una hora simplemente ahí, sin hacer nada y de pronto se me acerca el vigilante preguntándome si buscaba a alguien. Aquí no le puedo echar la culpa a la tecnología, ya que en ese entonces tampoco veía a la gente sentada en soledad, no eran aún las épocas de Youtube o Facebook, pero las personas tenían una alergia a estar solas que si mal no recuerdo no podían ni ir a almorzar solas o tomar una taza de café. Entonces, cuando ves a uno que solitariamente observa el entorno, piensas lo peor: es un acechador, un terrorista o un perdedor quien no tiene a nadie que lo acompañe. La soledad está mal vista, con sospecha, y lo más lamentable es que uno prefiera la compañía de un aparatito del tamaño de una calculadora a estar con uno mismo.

martes, 9 de octubre de 2018

Sobre los buenos libros

Para determinar si hemos leído un buen libro o no, es preciso un tiempo de espera. Así, dejaremos que la impresión por haberlo leído se asiente en el interior de la experiencia. No hay palabras más ciertas como las escritas por Schopenhauer:
"Hallándose de viaje, sucediéndose rápidamente las curiosidades de toda especie, el alimento intelectual de afuera es tan fuerte, en ocasiones, que no se tiene tiempo de digerirlo. Se lamenta que las impresiones fugaces no puedan dejar duradero rastro. Sucede como en la lectura; ¡cuántas veces no nos dolemos de no retener, y eso a costa de grandes esfuerzos, en la memoria nada más que la milésima parte de lo que leemos! Pero ha de consolarnos en ambos casos que tanto lo que se ha visto como lo que se ha leído impresiona el espíritu antes que lo olvidemos, formándole y nutriéndole; mientras tanto, restando únicamente en la memoria la broza y lo inútil, colma su vacío con una materia que le es por entero extraña, pero que nada aporta a su esencia".
El mal libro puede ser correcto, es decir, estar bien escrito, como un vaso de vidrio bien hecho porque es uniforme, transparente, sin burbujas, sólido y útil. Sin embargo, mientras no contenga nada, sólo servirá para colocarlo de cabeza en algún estante de la cocina luego de lavarlo. Lo que llega a nuestras impresiones es su contenido, el líquido exquisito o amargo que se nos proporcione en él.Eso es lo que se quedará en nuestro paladar por un buen rato, dejando del lado la textura que sentimos al sostener su recipiente. O viceversa, los más exquisitos vinos pueden estar largo tiempo atrapados en toscas barricas de roble. El lenguaje es un instrumento así como lo es un recipiente, pero no se basta a sí mismo para dejar una fuerte impresión en nuestras sensaciones.

sábado, 6 de octubre de 2018

¿Urresti para Lima? Elecciones municipales 2018

No sé cuál será el impacto de la sentencia contra Urresti. Conversando con la gente, algunos dicen que votarán "por su seguridad". Lo irónico del asunto es que un candidato, conductor de un programa policial, haya contribuido a generar ese clima de inseguridad en la ciudad. No es poco que siempre exista material para ser emitido en su programa. Lo que no pudo mantener es la idea de que pueda hacer algo al respecto. Reggiardo se valió de una imagen trivial de lo que es combatir la delincuencia. Poco a poco la gente se ha dado cuenta que desde un set de televisión no se derrota el crimen y dirigieron su vista a ese efectivo policial que arriesgaba su vida por evitar un delito que aparecía en la pantalla.
Urresti representa a ese individuo que tuvo que tomar decisiones complicadas para cumplir su misión, decisiones en muchos casos equivocadas que lo llevaron a ser procesado judicialmente. La imagen que proyectó hace dos días, es la de una persona común y corriente aceptando su destino. Y mediáticamente impacta. Combatir la delincuencia de mano propia pone en entredicho valores y creencias. La gente sabe que alguien tiene que hacerlo porque ellos no quieren responsabilizarse de las consecuencias.
Obviamente, Urresti es un outsaider político, una persona sin ningún tipo de experiencia en gestión pública que implique algo más que el cumplimiento de órdenes y la represión. Y nada de lo dicho anteriormente garantizará que sea un buen alcalde. Esa es la característica de estos forasteros de la política. Él solo "desarrolla su papel de líder, ajeno a la política misma (...), aparece siendo eficaz; es decir, brindando soluciones, no importa a qué precio, que los partidos no habían sabido ofrecer. Su fuente de legitimidad son, por eso, los resultado aparentes." (Nicolás Lynch, citado por Umberto Jara en El Outsaider)
De salir elegido el día de mañana, los limeños continuaremos con la idea de que nos guste el político que nos miente más bonito.


Y no aprendemos. Pasamos la página muy rápido. Eso es ignorancia. Cuando era pequeño y mi papá se preocupaba por mi rendimiento en matemáticas, me preguntaba si sabía bien la lección para el examen. Yo le decía que sí, que no tenía ni nervios. Él me decía que por eso se angustiaba porque la ignorancia es atrevida.  Ese es el punto principal. Los ciudadanos al no saber o querer enterarse de la trascendencia de la elección de los líderes políticos, no toman en serio su voto. Y no hablo de comenzar a ver sus programas de gobierno de cada candidato, sino que es algo que comienza años antes. Contrastar información, averiguar más profundamente las implicancia de una buena o mala gestión pública, hasta algo de historia de los medios o de la política peruana reciente. Con ese conocimiento previo podrá evaluar con responsabilidad las propuestas presentadas. Y mejor aún, podrá defender su voto con seriedad y altura. Es desesperante escuchar o ver a la gente repetir como loros lo que alguien desinformado les dijo y por supuesto, que también les conviene. Yo hasta les he pedido que tengan algo de amor propio y saquen sus propias conclusiones.

viernes, 5 de octubre de 2018

La virtud y el fútbol

No voy a negar que en algún momento de mi adolescencia quise negar el gusto por el fútbol desde que leí a Borges refiriéndose a ese deporte. Así como cuando quise ser agnóstico porque creía que un individuo que se dice inteligente no puede tener religión alguna. Gran ingenuidad que con el pasar de lo años me hizo saber que tanto la fe como el cariño hacia una religión o actividad son inamovibles si es que te han sido enseñados con pasión y buenas intenciones.
Desde pequeño vi que para muchos amigos un partido de fútbol jugado en el recreo donde se pateaba una tapa de plástico era tan importante como intenso. Esos patios era una Bombonera todos los días. Aún recuerdo las veces que ante un penal que se cobrara en un solitario parque y mi compañero estaba apunto de patear, cerraba los ojos con el corazón atragantado. O la felicidad que sentía cuando los de mi equipo se me venían encima las pocas veces que metí un gol (casi siempre paraba en el arco o defendía)
También viene a mi mente cuando veía jugar con destreza a mi padre en las canchas del hospital Augusto B. Leguía del Rímac o sentado con él al frente de una televisión. Escuchar sus reclamos a la pantalla en donde me enseñaba cómo se debe apreciar con inteligencia ese deporte más allá de fanatismos irracionales (¡cuántas veces han dudado de mi afición por el Alianza Lima por las innumerables quejas que siempre he dicho cuando este equipo ha jugado mal!).
Y así ejemplos hay muchos. No se puede obviar a un deporte en donde hemos vivido la alegría o la tristeza con la misma intensidad. Más aún, que esos mismos sentimientos son vividos por gente que uno quiere demasiado. Si la selección peruana saca resultados positivos en estos dos últimos partidos, no me alegraré por esos jugadores, ni por un país entero que no conozco, sino por las personas que me enseñaron las virtudes de ese deporte, porque ellos tendrán aunque sea por un instante un poco de felicidad.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Respeto al buen razonamiento

Algo que he ido aprendiendo en estos años es valorar la inteligencia de un individuo por su capacidad de relacionar diferentes tipos de conceptos. Mientras más conozca y más los haga interactuar entre ellos, sus ideas son amplias y porosas. Repletas de tentáculos o eslabones abiertos a sostener otras ideas que le ayuden a construir propuestas sólidas y claras. Caso contrario, son solo altaneras norias que dan vueltas y vueltas en sus mismos argumentos. Seres aferrados al entendimiento de sus primeros y únicos conceptos que quizás tampoco les pertenezcan. No basta la lectura para curar ese miedo porque el temor estará en encontrarse con razonamientos bien planteados que los hagan dudar de ese primer amor intelectual. Aquellos solo leen de lo mismo una y otra vez reafirmando el enamoramiento por sus postulados. Sus biblias mentales que siempre sostienen bajo el brazo y con las que le dan misa a sus pares.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

La Lógica del Robo

Una vez escuché decir a un delincuente que la razón por la que robaba celulares en un paradero era debido a que no tenía para vivir y que a la persona a la que le quitaba su teléfono al día siguiente lo veía con uno nuevo. Así que su conclusión era que la víctima tiene para comprarse otro y él no tiene nada. Claro, no pensó en que quizás esa persona se habrá endeudado para adquirir un aparato nuevo.Ese tipo de explicaciones no las comprende pues inmediatamente piensa en que al menos tiene para prestarse dinero y él no. 

El que roba y se justifica, siempre intentará sentirse víctima del sistema que lo excluye, de que las leyes lo oprimen y que la justicia no es tal. Por lo tanto, ellos imponen sus propias normas, su propia ética que reclama reconocimiento y comprensión porque viven en la pobreza. Es ese resentimiento que los convierte en individuos peligrosos pues no tienen los límites que la mayoría de ciudadanos hemos aprendido y aceptado. No puedo negar que sus explicaciones pueden tener sentido en algunas oportunidades pero no son justificadas en absoluto pues las razones que exponen sólo los considera a ellos como lo únicos afectados, olvidándose que viven en una sociedad donde todos también queremos lo mismo que ellos desean. Y de la misma manera vemos en el otro extremo, a los delincuente de saco y corbata, en el que la ambición los lleva a cometer los mismos delitos porque también asumen que el sistema no les deja enriquecerse tanto como ellos creen que merecen.

 El comportamiento inmoral o amoral del delincuente expone la naturaleza humana del hombre anterior a la civilización, en donde la ley del más fuerte imperaba. Así, estos individuos al sentirse superiores al resto, imponen su ley -que no la dan a conocer a menos que los atrapen- porque no les dejan obtener lo que desean.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Keiko y cuatro gatos

Ya es conocido el vídeo donde Keiko le habla a unos cuantos despistados en plena calle. No dejaba de ver lo absurdo del uso de toda esa escenografía. En la plaza San Martín he visto a los charlatanes hablarle a más gente sin necesidad de micrófono ni tarimas. Y algunos dirán que no importa que sean tres o cuatro, no hay motivo para no dirigirse a ellos como si fueran miles y estarían en lo cierto. Sin embargo, eso sonaría bien si fuera un candidato que recién surge o del que no sabemos nada, hasta romántico se vería. El perrito que estaba casi a los pies de Keiko hacían más desoladora la imagen. Eso me trae a la mente la anécdota que siempre cuentan sobre la primera presentación del grupo estadounidense de punk, Los Ramones. Ellos se presentaron en un pub, el otrora CBGB (que aún no era lo que fue), ante el dueño del local, tres borrachos y un perro que se había colado. Nadie los escuchaba, pero ellos se tomaron tan en serio su música que poco o nada les importó quienes los estaban viendo.
Eso también vale, pero Keiko ya tiene millones de soles invertidos en su imagen y una campaña política inacabable que debe tener unos quince años, y todo eso para terminar así es realmente patético. Ojalá que los ciudadanos puedan ver en su carrera política como un manual de lo que no se debe esperar jamás de un político. Y más triste aún es escuchar las palabras dichas en ese mitin. Prácticamente se quejaba de que la acusaban de causar todos los males políticos del país, diciendo que los culpables son otros y que no lo querían ver. Debería ver ese monólogo de la Hora 25 donde Edward Norton ante un espejo le echa la culpa de todos los males que vive al resto para terminar con un célebre: "No, jódete tú Montgomery Brogan. ¡Lo tenías todo y lo echaste a perder…! ¡Tú, maldito estúpido!”




viernes, 14 de septiembre de 2018

Hablar de lo que no se sabe

Es inevitable que luego de escuchar a una congresista hablar de lo que no sabe y porfiar en ello, me venga a la mente una anécdota con unos compañeros universitarios. Hace varios años existía un local llamado Palos de Moguer, se encontraba cerca del óvalo Gutiérrez. Acogedor restaurante que ofrecía cerveza artesanal en cinco variedades. De Lunes a Jueves hasta las 7 pm había la oferta del dos por uno. Dos chops de cualquiera de estas cervezas por diez soles. Eso era irresistiblemente tentador. Así que fuimos en diversas oportunidades. Una tarde de setiembre -lo recuerdo por el fresco calor de dicho día- hablamos de diversos temas. Al rato , dos de ellos no dejaban de citar nombres de autores cada vez que querían sustentar una idea. Práctica que no critico, más bien la considero ideal, sin embargo, ese día no pararon de hacerlo cuando discutían sobre el libro "Ser y Tiempo" de Martín Heidegger. Así que todo era: "Heidegger dijo esto o dijo lo otro".Habrán pasado quince minutos en los cuales ambos se peleaban por lo que en realidad quiso decir el autor en tal o cual pasaje. Yo solamente los miraba como se sigue a una pelota de tenis durante un partido. Mi cerveza se acababa inquietándome la idea de terminar mi vaso en una conversación que me parecía sofocante y agotadora, y de la que por cierto no era parte. En un momento comenzaron a alzar la voz y eso me terminó de incomodar. Al final decidí intervenir y les dije: "¡Oigan!, quiero que me digan algo: ¿han leído el libro?" Ambos me miraron fijamente y me dijeron tímidamente que no. Entonces les dije que era absurdo discutir de algo que no se había leído. Sería bueno decir que ahí terminó todo y ya. Pero como eran huesos duros de roer, comenzó otra discusión sobre que no es necesario leer el libro sino las interpretaciones sobre este y que es hasta más importante y bla, bla, bla. Igual terminé tomándome mis cervezas artesanales en oferta escuchando toda esa perorata, sin embargo, yo me perdía en mis pensamientos tratando de recrear ese silencio vergonzoso que les pude sacar aunque sea por unos segundos al exponer su pequeña ignorancia.

Sectas y milagros absurdos

En un ejercicio por encontrar las razones por las que un individuo pueda creer en los milagros que nos muestran las sectas religiosas, uno explora en la propia personalidad y los recuerdos. A los siete años, me gustaba ver programas de televisión que hablaban de fantasmas u otras cuestiones paranormales. Era fanático de Un Paso al Más Allá y Galería Nocturna (La Hora Macabra) y otros más. En una ocasión, en un sábado por la noche en el que mis padres habían ido a una reunión, me quedé con mi abuela viendo la televisión. Trataba sobre la reencarnación y puedo decir con seguridad que era la primera vez que escuchaba sobre eso. Canal 7 lo transmitía. En una escena, se veía a una mujer durmiendo y sobre ella aparecía una nube blanca que flotaba. Eso fue tan impresionante para mí porque al no entender a cabalidad lo que narraba el locutor, pensé con seguridad que era el alma de un ser humano. Yo estaba sentado en el suelo y mi abuela en una silla. Volteé a mirarla y ella estaba dormida. Entonces con gritos le dije: "¡abuelita, acabo de ver un espíritu en la tv!, ¡es verdad, los fantasmas existen!" Ella me dijo que cómo va ser cierto eso, que eso es televisión. Pero no, yo porfié una y otra vez. Con el pasar de los años me percaté de mi ingenuidad sorprendiéndome de cómo pude estar tan seguro de aquello. Sonaba tan convincente que mis pequeños amigos del colegio me terminaron creyendo.

Moraleja: hay que tener la cabeza de chorlito o la mentalidad de un niño de ocho años para pensar en esas sonseras. Ojo, no hablo de creer en el alma humana, sino en la forma tan cándida en la que te lo presentan.

Robocop y las redes sociales

En el último remake de la película Robocop se plantea un tema interesante. El humano insertado con componentes mecánicos no puede ser tan rápido al disparar como un robot. En los duelos la máquina termina siendo más letal que el ser mitad hombre. Se percatan que el cerebro humano es lo que lo hace más lento. Que el resto de humanidad que todavía posee le hace demorarse milésimas de segundo antes de apretar el gatillo ya que es en ese tiempo que el debate mental sobre lo que es correcto e incorrecto lo hace dudar sobre si debe disparar o no. Sin embargo, en las redes sociales veo que esas milésimas de segundo no son utilizadas, leo cada idiotez que me hace preguntarme si en realidad estamos aprovechando esas milésimas de segundo para pensar en la pertinencia de lo que publicamos o escribimos. Y si estamos desperdiciando el único vestigio de humanidad que podemos mostrar en este espacio virtual, pues si no lo hacemos, ¿qué nos diferencia de un virus informático?

domingo, 22 de julio de 2018

Lecciones extracurriculares

No sorprende la corrupción del sistema judicial. Todo profesional del Derecho sabe eso desde estudiante.Sin embargo, en las universidades no se la menciona con sinceridad. Si se toca el tema, se hace con cierto cinismo, tangencialmente y hasta en un tono de broma. La primera vez que practiqué en un estudio de abogados, el mismo primer día, la función con la que estrené mi espíritu jurídico fue acompañar a un abogado a ir a un juzgado y luego, a una comisaría. ¿Para qué fuimos?, pues para llevarles artículos de oficina a ambas dependencias. El abogado me contó las carencias de estas instituciones y que los mismos funcionarios debían financiarlas si es que no tenían los insumos para cumplir con sus deberes. Así que él les hacía "un favor" comprando estas cosas para que ellos después también le devolvieran ese "favor". Esa primera lección me hizo saber más de la diferencia entre el Derecho, la abogacía y la mutación jurídica que se ejerce en el país. Lecciones más descarnadas que las que me podían dar todos los tomos de Díez-Picazo, Recaséns Siches o Manuel Albaladejo.

Al final de una clase me acerqué a un profesor de Derecho Procesal Penal para comentarle un tema de coyuntura política porque quería una opinión al respecto. Solo me respondió con un: "yo creo que eso es obvio señor Luján, ¿usted es inteligente?, si lo es, ya tiene su respuesta". Y lo repitió una vez más mientras sujetaba su maletín y abandonaba el salón. No comprendí esa actitud distante, aunque meses después supe la razón. El profesor era miembro del grupo de jueces cuestionados por esa decisión de la que yo le pedí opinión. Claro, en ese momento yo no lo sabía y hasta me sentí avergonzado por haberlo cuestionado tan directamente.
Siempre el tema político era descartado por muchos maestros. Nunca quisieron ser interrogados y en diferentes circunstancias cancelaban cualquier intento de debatir el tema. La corrupción judicial no era materia y tampoco era algo que a los alumnos les preocupara mucho. Ahí aprendí que no todos los que estudian Derecho lo hacen para defenderlo, sino que también quieren su tajada, sacar ventaja de lo que están aprendiendo. Eso sí, nunca faltaron los alumnos que se atrevían de cuando en cuando a señalar al rey desnudo. Esas siempre fueron las mejores clases.

viernes, 13 de julio de 2018

Reflexión mínima futbolera

Uno ve lo que quiere aunque el asunto sea más que evidente. Ser objetivo no es suficiente porque está cubierto con emociones de las que es difícil zafar bajo determinadas circunstancias. Y ahora que estoy con la mentalidad futbolera mientras dura el Mundial, es inevitable pensar en las cosas que a veces observaba cuando me tocaba estar en una cancha de fútbol o fulbito en la universidad.
Cuando uno jugaba con otros compañeros, se hacían equipos y se distribuían de tal forma que en los dos lados hubieran igual cantidad de personas. Era lo más lógico. Cuando nos retaban y en el equipo rival faltaba uno, se cedía a uno de nosotros para que vaya al contrincante.

Yo no tenía la voz cantante porque los líderes siempre eran otros. Así que ellos decidían siempre o aceptaban la partida de uno de nosotros al equipo rival. Un jugador que siempre estaba de nuestro bando era un muchacho muy hábil y a mi parecer, era un plus tenerlo en el equipo. Sin embargo, cuando sucedía estos inconvenientes de tener al rival incompleto, decidían que él se vaya al otro equipo o no hicieran resistencia cuando él se mostraba voluntario para irse. Yo desde el otro extremo renegaba, gritaba, reclamaba diciendo que no deberían permitir eso porque nos colocaban en una evidente desventaja. Pero no me hacían caso. Les explicaba que era el que tenía más visión de la cancha, que encontraba espacios para el pase, sabía parar la pelota en el aire con precisión, dribleaba con facilidad y tenía una cabeza fría impresionante. Un jugador silencioso, pero letal. Podía hacer del equipo rival un equipo eficiente. Me consta. Hizo que nos ganaran un grupo de papanatas en varias circunstancias. Y la verdad es que cada vez que jugaba en contra, perdíamos.
Siempre hice hincapié en ese detalle pero nunca encontré respuesta. No sé si alguna vez alguien me contestó, pero la mayoría de veces era silencio de mi equipo ante mis observaciones y de él mismo ante mis reclamos. O quizás me dijeron algo que no me convenció y por eso no lo recuerdo.
¿Qué podía pasar en la cabeza de los jugadores o este jugador? Es un enigma que aún me atormenta.






🤔🙄😟

Campeones mundiales del nacionalismo


Ahora resulta que se critica en nacionalismo croata y se prefiere la variedad étnica francesa cuando queremos alentar a un equipo de fútbol. No hay que simplificar estos asuntos porque son más complejos de lo que parecen. Imaginen una nación a la que reprimen su identidad por cuarenta años y cuando se quieren separar de su represor les meten tanques y los matan. ¿Qué hace un pueblo cuando otro alude a su nacionalismo para hacerte desaparecer? ¿Alentar la diversidad, la tolerancia, la pacífica convivencia? Que yo sepa, por ejemplo, en las guerras en las zonas de los Balcanes, Croacia no invadió Serbia, ni Bosnia para someter a los demás a su voluntad. Qué generaciones de croatas habrán sido criados en medio del odio y la muerte. ¿Qué va exacerbar una bandera en un equipo de fútbol luego de la masacre de la que fueron víctimas? ¿Un himno huachafo o una marinera festiva? ¿Todos quieren que el fútbol se festeje con bailes de postal y la buena onda?¿En qué mundo viven?
¿Francia?, país multiétnico. Bien por esos chicos que a pesar de vivir en un país discriminador y racista, que se resiste hasta de reconocerlos en toda su dimensión como franceses, intentan darle una alegría a una nación que los desprecia. Claro, hinchemos por un país que celebrará el gol de un hijo de inmigrantes, pero cuando ese mismo hijo vaya a pedir un derecho, lo tratarán como ciudadano de segunda clase.
Yo le voy a Croacia por una simple razón. ¿Qué lección le dio a Francia la Copa del mundo del 98? Esa selección capitaneada por uno de los mejores jugadores de la historia como fue Zidane. Un jugador de origen argelino. Copa del Mundo que el presidente Jacques Chirac dijo que era el triunfo de una Francia “tricolor y multicolor", pero luego qué pasó... ¿qué posición ocupa la extrema derecha en Francia en los últimos años?
Ahora dirán: criticas el nacionalismo francés y apoyas a una Croacia con tendencias nacionalistas. Eso sería una exageración. Croacia es un país joven, intenta reafirmar su identidad luego de que muchas naciones los han sometido por centurias. Decir que apoyar a Croacia es apoyar a los herederos de la Ustacha es una payasada y de un dramatismo ridículo.
Al final, solo es fútbol. Qué lección le dará a una nación como Croacia ganar una copa del mundo, pues no lo sé. ¿Qué le dio a España? Por decir algo, durante el Mundial de 2010, las causas separatistas se enfriaron. Todos se sintieron españoles y eso no es poco.

jueves, 28 de junio de 2018

La eliminación alemana y las conspiraciones mundiales.

Las teorías de las conspiraciones son divertidas. Sin embargo, algunas veces arañan la verdad, aunque sea por un hilo. La eliminación de Alemania del Mundial de Rusia no ha sido extraña para algunas voces. Más aún, no ha sido nada raro que EEUU no haya clasificado. Su no clasificación ha sido contra todo pronóstico, considerando la gran inversión económica que medios de comunicación y empresas gringas ya habían hecho. Algunos especulaban que la Fifa presionó para que no asista a este campeonato luego de que este país sea el que provocara con sus investigaciones el Fifagate.

En fin, otro asunto es la participación de Alemania en este Mundial. Recordemos que Unión Soviética no asistió a Alemania 74 y no precisamente por no clasificar en la cancha, sino que se resistió a jugar en Chile el partido de vuelta por cuestiones de seguridad. Así, en un vergonzoso partido, Chile jugó solo en su estadio y aseguró su clasificación. Rusia a Alemania 2006 no clasificó. Ahora, qué tiene que ver con esto. Que quizás se le haya pedido que este país no vaya a Rusia, pero al ser el último campeón del mundo y de la copa Confederaciones (realizada en Rusia) como que no tuvo alternativa. Lo más salomónico era que se vaya en primera ronda y así lo hizo. Es raro que luego de mostrar un fútbol de tan alto nivel antes del Mundial, haya jugado con tanta imprecisión y falta de estrategia. Ya hemos sido testigos que la pasión futbolera sobrepasa las tribunas. No crea conflictos directos, sino que incuba resentimientos profundos. Una goleada puede ser tan ofensiva como una pérdida territorial en un conflicto bélico.

La fuerzas oscuras de la Fifa vuelven a cubrir el Mundial con su manto de intrigas. Desde tiempos inmemoriables los mundiales han tenido cuestiones poco claras que ni el VAR podrá despejar. 😂🤔😲😵

La experiencia futbolística española.


En una conferencia de prensa que dieron los jugadores de España luego de su eliminación en primera ronda de Francia 98, Luis Enrique hablo furiosamente ante las críticas que les estaban haciendo. Mencionó que de dónde sacaban tantas expectativas con respecto a la selección, que si nunca habían sido campeones del mundo y apenas tenía una Eurocopa de hace más de 20 años, un poco más y decía el "me tenés podrido" de Markarián. De esa forma intentaba eliminar la presión que esos futbolistas sentían en ese momento.


Es sintomática la narración del comentarista español luego de la eliminación en cuartos de final en el Mundial de 1994, luego del segundo gol de Roberto Baggio a los 41 del segundo tiempo que prácticamente los dejaba fuera:

"¡Qué injusticia!, siempre nos pasa igual, en el 86 contra Bélgica, en el 90 contra Yugoslavia y aquí, es increíble, la verdad..." Al final del partido se lamenta: "¡Qué injusticia!, ahora no hay que hablar ni de tácticas, ni de entrenadores, ni de jugadores, hay que hablar de mala suerte. España ha hecho absolutamente de todo para pasar de esta ronda, el mejor partido y ha sido una injusticia terrible, terrible..."

Y recuerden que lo que cito es del Mundial anterior al de la eliminación en Francia 98. Es decir, fue más dramático aún quedarse en primera fase con esos antecedentes.
La historia tiene un final feliz. El siglo siguiente España obtuvo dos Eurocopas (2008, 2012) y su primer Mundial (2010). El camino hacia la gloria es tortuoso. Para todos lo es.

Patriotismo de estadio

A veces cae mal ese patriotismo banal. Poco me ha conmovido ver a la gente entonar el himno o una canción criolla en estadio extranjero. Pocas veces he visto esa solidaridad masiva en nuestro propio país que se le ha dado a una selección de fútbol en otros ámbitos. Más aún, cuando en ese mismo momento que "todos se unían por la selección", instituciones privadas y públicas estaban mendigando unas cuantas frazadas para que la gente que vive en zonas altas no se mueran de frío. Claro, el aplauso y el griterío son gratis.


Apenas al peruano le pides un sol de bolsillo para ayudar al otro mira hacia el lado contrario. Somos del aplauso fácil. Por eso no extraña que fallen un penal y no escatimen en insultos y graves calificativos cuando segundos antes lloraban de emoción por un gesto conveniente.

Esa gente que lucía su camiseta de la selección en un estadio lleno, vociferando y botando baba en cada grito, me recordaba a esos feligreses que cantan a viva voz una canción de cristo todos lo fines de semana en la capilla con la intención de borrar de la conciencia su mezquindad cotidiana.

domingo, 24 de junio de 2018

Aproximaciones a Memoria de Felipe. Novela de Miguel Ildefonso.




Aproximaciones a Memoria de Felipe.
Novela de Miguel Ildefonso. (*)


Por Carlos E. Luján Andrade


 “Algunos dicen y cantan y callan y andan y siente y duermen su nostalgia,
tan persistente como inútil. Algunos creen que la nostalgia pierde su contenido
con el tiempo,  que arde a fuego lento y se torna en verdad devoradora
porque ya no guarda relación alguna con un hogar concreto.
Yo soy de los que piensan así.”

(Herta Müller)


Cuando somos infantes, nuestros padres hacen un juego donde esconden objetos o a ellos mismos detrás de una manta o de sus manos. El bebé al no ver dichos objetos o no vernos, comienza a sentir el miedo al abandono al creer que aquello visto ha desaparecido para siempre. Sin embargo, este juego aparte de desarrollar otras capacidades del niño, nos ayuda a saber que existen objetos que no están a la vista. Ese ejercicio también nos ayudará a enfrentar la llamada crisis de los ocho meses en la que sentiremos la ausencia de los padres. Así, nosotros de alguna forma ya tendremos una idea acerca de lo que es la memoria y los recuerdos. Imaginando que aquello que ya no percibimos aún existe. Y la existencia la podemos definir no solamente con lo visto en el presente, sino tanto en la proyección del futuro como del pasado. En la novela Memoria de Felipe de Miguel Ildefonso, vemos dicho ejercicio tan personal como único. La reconstrucción de un mundo que ya no vemos o que nunca lo hemos percibido, sin embargo, sufrimos las consecuencias de dicha existencia. Es entonces que el personaje, Felipe, busca los porqués. El principal, el de su miedo. Es así que el mismo nos dice que en el fondo la memoria es una lucha contra el miedo. Y es por eso que en todo este viaje literario que nos presenta el libro, nos muestra la inquietud de Felipe por escribir sobre la violencia política de nuestro país siguiendo el consejo de un onírico Bukowski en el que le dice que se combate el miedo a la muerte con la literatura.

Nos enteramos de la memoria de Felipe en sus retazos de vida. Sus experiencias intermitentemente contadas a su amigo Bernardo, nos ayuda a entender su exploración. Y que si bien nos narra hasta lo más sentimental de cada experiencia, sólo podemos tomar cada una e intentar armar un rompecabezas aun faltándonos muchas piezas. Y es que la vida de Felipe es esa figura imaginada al que solo unos rastros nos pueden dar una seña de lo que es o fue.

El origen de la identidad de nuestro personaje es producto de una desgracia. Recogido por una mujer amorosa luego del terremoto en Yungay hace que tal evento marque lo que será una vida llena de destrucciones y construcciones. Lo narrado por Felipe está repleto de sentimientos complejos e intensos, de aprendizaje y desencuentros.  El espíritu errante lo separa de todo aquello de lo que quisiera aferrarse. La relación con la enigmática e inquieta Daniela, las tertulias claustrófóbicas con Serafín o ese huir constante de cada episodio de su vida, lo hacen  colmarse de recuerdos y melancolía. Cada episodio concluye con un abrupto término, apasionado, que lo hacen abrir más la brecha entre lo que busca y lo que él es. Vive, explora, camina por tierra firme de la realidad y aquello que no puede ver, lo sueña, porque hallamos mucho de Felipe tanto en lo que nos cuenta como en lo que sueña.

Y con Serafín, sus testimonios también tienen un valor supremo para Felipe, en él espera hallar respuestas pues comprende que la realidad violenta vivida lo sobrepasa y más aún, sabe que, parafraseando a Ricoeur, citado por Elizabeth Jelin: “Nunca estamos solos” – uno no recuerda solo sino con la ayuda de los recuerdos de otros y con los códigos culturales compartidos aun cuando las memorias personales son únicas y singulares. Esos recuerdos personales están inmersos en narrativas colectivas…”

Sus raíces fueron sepultadas por un terremoto, sus primeros recuerdos son de una niña que nunca más vio haciéndolo comprender que de todo aquello que recuerda, eso es lo más cierto y que con ella empezó su vida. Y es que en el ejercicio de la memoria sentimos la inquietud por hallar una identidad ya como lo dijo Michael Pollack, también citado por Elizabeth Jelin: “La memoria es un elemento constitutivo del sentimiento de identidad, tanto individual como colectivo, en la medida en que es un factor extremadamente importante del sentimiento de continuidad y de coherencia de una persona o de grupo en su reconstrucción de sí mismo”. Felipe batalla por encadenar los recuerdos como eslabones que lo permitan sujetarse a un origen. Es en esa exploración que tanteamos la realidad y la forzamos, porque al vivir para recordar creamos otros recuerdos y si estos tienen esa carga sentimental, la tarea por hallarnos se hace más pesada y frustrante donde al final solo deseemos tirar todos los pertrechos de emociones y tragedias para andar deambulando por un desierto hasta que la sed nos desplome sobre la arena, porque como diría Ricouer: “la memoria es el presente del pasado”.

En Memoria de Felipe, Ildefonso representa un fondo real, uno que hemos visto y sentido. La dictadura de los noventas, los abusos del poder, las injusticias sociales, la pobreza y la fauna urbana que sirven de un trasfondo que se respira y que también ahoga. La destacada experiencia poética del autor hace inevitable la representación de una época violenta para el país como el sufrimiento personal del personaje principal. Es así que la estructura del libro me hizo recordar en muchos pasajes al texto confesional de Hiperión a Belarmino de Hölderlin o también a sus evocaciones a Daniela, las que lanzaba hacia Diótima casi al final de tan entrañable obra. Y es aquí donde también quisiera compartir un pasaje de este libro que en parte lo identifico con la búsqueda de Felipe, que en su recordar lo lleva más allá de lo que desea encontrar:

“¡Oh error eterno! Pensaba para mí “¿cuándo escapará el hombre de tus cadenas?”
Hablamos de nuestro corazón, de nuestros planes, como si fueran nuestros, cuando es una potencia extraña la que nos abate y nos echa a la tumba a su gusto, y de la que no sabemos ni de dónde viene ni adónde va.
Quereos crecer y extender hacia arriba nuestros troncos y ramas, pero son el suelo y la tormenta los que nos conducen en otra dirección, y cuando el rayo cae en tu copa y te hiende de arriba abajo hasta la raíz, ¡pobre árbol!,¿qué puedes hacer?
Así pensaba yo. ¿No te gusta quizás, Belarmino?
Pues tendrás aún que oír otras cosas.
¡Esto, por ejemplo, amigo mío!: lo triste es que nuestro espíritu toma tan de buen agrado la forma del corazón extraviado, conserva tan a gusto la tristeza fugaz, que el pensamiento mismo, que debía ser quien sanara los dolores, se pone él también enfermo, que el jardinero se rasga a menudo la mano en los rosales que debía plantar.”

Felipe inicia una travesía en su memoria, encalla, se hunde, se reincorpora una y otra vez. Se lanza a lo desconocido, viaja por nuestro país, en el que uno tiene que andar por lugares casi ignotos para llegar a lo conocido. Y es que su inquieto corazón lo llevaba a navegar en la oscuridad tal como lo decía su amigo Bernardo, que él vivía en un “laberinto ciego” que pugnaba por escapar, porque al igual que Hiperión, dice a su amada que todo se ha vuelto oscuro a su alrededor. En Felipe no hay una patria que nazca en un solo lugar, él sabe que esta se encuentra en todos lados y que en esas partes existe un todo inteligible, poético y real. En una marcha contra la dictadura, en la prisión y los recuerdos del presidiario, en las calles lúgubres de ciudades pisoteadas por el olvido donde solo puede reconocerse en el amor pasajero de una mujer también olvidada. Porque nuestro personaje va solo con su ímpetu y sus ansías de reconocerse a sí mismo. No lleva más que sus recuerdos y sus sueños, parafraseando a Herta Müller, todo lo que tiene, lo lleva consigo.

La patria de uno mismo está en la memoria, viviendo con la esperanza de poder hacerse una idea de qué fue aquello que generaron las cicatrices de nuestro pasado, pero el corazón de Felipe también se llega a cansar. Él renuncia a su novela, renuncia a lo que buscaba. El autor le increpa:

“Te abandonaste en esta costa, y para obtener esa libertad total de tu anarquismo, contemplabas la curvatura terrestre, la libertad a medias; en otras palabras, dejaste atrás, tú también el pasado, sepultando tu memoria. Y por eso querías ir más allá, sin detenerte, como huyendo, anotando en tu débil memoria que queda -¡o sea esto!- la ruta de un camino que ya no existía, pero tratando de ser un buen navegante justamente para perderte  (perderte de mí, perderte de todos). ¿Con qué fuerzas te movías?...”

Sin embargo, tampoco importa el destino de su travesía, en su trayecto descubrimos el escape del origen, del desastre, de su naufragio y también del olvido. El espíritu de Felipe se eleva sobre la materia, como la luz, al igual que el bien, carente de cuerpo, como lo mencionaba nuestro personaje. Y es que la historia de ese cuerpo no es trascendente. Al igual que el Hans Castorp de la Montaña Mágica: “Las aventuras de la carne y el espíritu, que han elevado tu simplicidad, te han permitido vencer con el espíritu lo que no podrás sobrevivir con la carne”.

Lo que nos muestra Memoria de Felipe es que la historia personal es nuestra historia sentimental y confesional. Dejada en testimonios de lo que fue su existencia, y que esa existencia es para nosotros el tronco vital movido por los azares del destino y que nos enrumba hacia la desventura o hacia los placeres ignotos. Finalmente, sabemos que algo encontraremos y que no nos extraviaremos, y si bien Felipe se pierda en el olvido, “sabemos que este no es ausencia o vacío, sino es la presencia de esa ausencia” (Elizabeth Jelin). Lo extrañaremos como un buen recuerdo, pues no se perderá, ya que al igual que Hiperión, esto es imposible, y hallará el camino hacia el amor, imaginando que Felipe dirá sus mismas palabras: “recorreré los astros durante milenios, adoptaré todas las formas, todos los lenguajes de la vida, para volver a encontrarte una sola vez. Pero pienso que lo que es semejante no tarda en encontrarse”.



(*) Texto leído el día de la presentación del libro.




¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías?...

¿Qué se puede esperar de una sociedad donde inundan peluquerías, chifas y pollerías? Donde el principal valor está en lo que se traga. Se ce...