sábado, 25 de enero de 2020

Buscando discos y libros.

I
Casi terminando el milenio quise comprar una copia del disco Maladjusted o el recopilatorio de Morrissey (no recuerdo bien) en Polvos Azules, aún sabiendo que sería difícil encontrarlo ahí. Ya semanas antes había comprado en ese mismo lugar lo que se escuchaba por ese entonces como Deftones, Blur, Dishwalla, Pearl Jam, etc. Esa vez compré varios discos pero no pregunté por Morrissey porque tenía en mente hacerlo en Galerías Brasil. Pero estaba dudando ya que pensaba que algunos grupos musicales de finales de los noventas no los encontraría en galerías, así que no podía asegurar si hallaría ahí discos de Morrissey como solista. Era muy ingenuo por ese entonces.
Luego de pasear por varios pasillos repletos de cds de distinto género, nadie me daba fe del cantante hasta que encontré a un muchacho que entusiasmado me dijo "sí tengo". Después de una rápida búsqueda entre sus discos me mostró el de Alanis Morissette, y cuando le aclaré que ese no es lo que quiero y le repito el nombre, me saca otro de The Doors y dice alzando la voz "Jim Morrison". Ese día me fui decepcionado y carajeando a todo el mundo por su "incultura musical". A los dos meses finalmente encontré lo que buscaba en el mismo Polvos aunque tenía una pista dañada. El precio por comprar piratería. Aunque no había muchas opciones. Era el auge de la piratería y justo ya no quedaba casi ninguna tienda de discos originales. Por ese entonces agonizaba Disco Centro.

II

Otro recuerdo de mediados de los noventa fue cuando iba a comprar libros a la Plaza Bolognesi. A partir de las diez de la noche iban vendedores que colocaban mantas en el suelo y ahí vendían unos libros de segunda que sacaban de unos sacos de rafia. Podías encontrar libros desde un sol. Ahí compré casi todos los libros de JC Mariátegui en esa popular edición a solo un sol cada uno. Yo bajaba en la Plaza Grau así que tenía que latear hasta allá. De camino habían varias librerías que vendían textos piratas, de autoayuda y libros de viejo en general. Alguna fijación tuve por el libro Mi Lucha y lo buscaba cada vez que pasaba por ahí. Una vez vi un libro de la Segunda Guerra Mundial en una edición muy bonita. Pregunté el precio y me resultaba caro. El asunto es que tanta fue mi fijación por Mi Lucha que soñe exactamente con esa librería, que hice la caminata hasta ahí, y cuando llegué estaban decenas de libros que lucían la esvástica en una portada roja. Me entró un deseo desesperado por comprar alguno de esos libros, pero como era un sueño, no pude siquiera tocar uno. Unas semanas después regresé para saber si el sueño se hacía realidad. Obviamente ningún libro de esos estaba ahí. Al final me compré un pequeño libro de Mi Lucha que era igual de rojo con su esvástica en la contraportada encontrado en Quilca. Yo me paseaba con este en la mochila y se traslucía porque estaba dentro de una malla y asustaba a algunos que veían de reojo aquel libro. Era divertido. Por ese entonces todavía no aparecía Antauro y sus locuras. Ah, mi interés por el libro era por la radicalidad de dichas ideas. Quería leer cómo es que exponía y sustentaba tal ideología.

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