jueves, 7 de mayo de 2020

El valor del dinero en la pandemia

El "tercer martillazo" no funcionó. La jefa del Comando Nacional Covid-19, Pilar Mazzetti en consecuencia dice: "Ahora va a depender todo de la población". Entonces, primero se le ordena a la gente que por el bien común y personal, bajo sanción, que obedezcan las medidas preventivas y no lo hace, y ahora ¿"dependerá de la población" y a su criterio acatarlo?
Es importante definir de qué criterio está hablando. Cuando se ordenan las prioridades es que vemos al criterio construyéndose. Es necesario saber primero en qué condiciones es que se dejará a la gente operar según sus intereses. Es probable que el Estado dejará de aplicar la cuarentena (o relajar las restricciones) para que suceda algo. ¿Y qué es ese algo? Que se reinicien las actividades económicas.
Se asume que los conocedores de cómo funcionan los mercados tienen previsto cómo actuará el consumidor y las empresas en estas circunstancias. Por decir algo, la teoría del equilibrio de Nash, donde dos empresas actúan dependiendo de la mejor opción para ellos y por lo tanto tienen mejores ganancias a que si uno de los dos no lo hace. No obstante, ambas empresas saben que harán lo mejor porque es conveniente y confían en que actúen las dos así. Como dije, es un ejemplo, pero ¿existen las condiciones para que las empresas actúen con un criterio claro de rentabilidad teniendo en cuenta la situación que vivimos?
Sé que es una fantasía pensar así si tomamos en consideración que nuestra economía es 70% informal. Pero no me imagino que el gobierno sea tan irresponsable para exponer a las personas a que reinicien sus intercambios comerciales dejando abierto "un corral" para que todos salgan en estampida y se haga lo que se pueda quizás solo con la intención de evitar el descontento popular.
El reclamo de la Confiep también es absurdo porque de no existir protocolos serios, cómo habrán consumidores confiados. ¿O es que quieren que la banca y las empresas de servicios vuelvan a operar para presionar el cobro de sus créditos y obligar a que las empresas menores exijan a sus trabajadores volver a sus empleos así no existan las condiciones de salud? De ser así el asunto sí es descabellado y poco conveniente porque lo único que se generará no serán ganancias sino más deuda.
Y siendo optimista. ¿Qué pasaría si las personas saliendo a las calles vuelven a obtener ingresos? La pandemia sigue ahí. ¿El dinero que ganarán será suficiente para pagarse el tratamiento para su cura?¿Los centros laborales podrán hacerse cargo si sus empleados se contagian y también a los clientes? Y mientras estos cierran otros seguirán operando porque ya no habrán excusas para detener las actividades económicas. Muchas empresas quebrarán sin ventajas a la vista para su recuperación.
La encrucijada es más que clara. ¿Para qué se reactivará la economía? Tenemos claro que el dinero es importante pero, ¿estamos seguros que el dinero vendrá nuevamente como queremos si dejamos a la gente trabajar en medio de la pandemia? Terrible sería que relajando las restricciones se gane poco, se enfermen más y se mueran muchos.

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