jueves, 7 de mayo de 2020

¿Cambios post cuarentena?

Algunos se aventuran a decir que desde ahora en adelante habrán cambios en la vida diaria de las personas. Que hasta el sistema político sufrirá una reestructuración debido a que el sector privado no ha tenido capacidad de reacción positiva ante una situación de crisis masiva. Tal hecho hará que tanto los dirigentes políticos como los ciudadanos pongan en cuestión los esquemas hasta ahora utilizados. Y ante esas presiones sociales, las empresas tendrán que adoptar una posición más social y de menos acumulación de capital.
Nada está ya determinado. Toda posibilidad está abierta. No obstante, es relevante tomar en cuenta las reacciones pasadas del mercado en situaciones similares.
El sector privado se desarrolla en base a las demandas. Donde existen, ahí florece. Los acontecimientos tan particulares como los que estamos viviendo, no han sido tomados en cuenta jamás por el sector privado porque ahí no había una demanda. ¿Quién pediría millones de mascarillas de una semana para otra? ¿Qué clínica privada necesitaría cientos de camas UCI en una semana?¿Qué empresa podría fabricar miles de respiradores en días?¿Cuántas universidades abrirían facultades de medicina para graduar a cientos de miles de médicos cada año? Y así podríamos ejemplificar todas las carencias de productos y servicios que la pandemia ha expuesto.
En la vida diaria, las empresas y la misma gente no han tomado en cuenta la gravedad de no considerar en su verdadera dimensión detalles que ahora saltan a la luz: la urgencia inmediata de un seguro laboral, médico, de desempleo, de estar en planilla, de ahorrar, de prestarse menos dinero, etc. No se tomaban en cuenta porque sabían que el mercado en cierta forma era como el sol. A pesar de estar en algún momento en penumbras siempre este aparecerá para darnos luz.
Y ahora, ¿desconfiaremos del mercado ya que hoy por hoy nos ha fallado? Pienso que es apresurado verlo así. Ejemplifiquemos esto con el seguro vehicular. Cuando existían pocos autos, el tener un seguro por ellos era absurdo. Pagar por alguna complicación que traería el choque de uno de ellos sería casi botar el dinero. Al incrementarse el parque automotor, pues ya no era tan ilógico tenerlo. Se creó una necesidad y el mercado tomó dicha oportunidad. Así ha pasado también con la salud. El consumo masivo de grasas saturadas, de productos con preservantes o la contaminación por el smog y la nicotina han desarrollado una serie de enfermedades muy comunes en los seres humanos. Así las clínicas han prestado atención a eso y han ofrecido sus seguros médicos para tratarlos. A la vez las universidades han aumentado sus plazas para enseñar las especialidades que ayudarían en sus tratamientos.
Lo que sí cambiarán serán las nuevas necesidades de la sociedad con respecto a una pandemia futura. Cada país evaluará qué tanto ha afectado a su sistema esta circunstancia e incentivará que lo que ahora el Estado se ha tenido que hacer cargo, la empresa privada lo haga en adelante. Con la elaboración de estos nuevos protocolos para retornar a las actividades económicas se están considerando nuevos productos y servicios. Es ahí cuando el sector privado tomará la posta y agregarán dichas necesidades a sus ofertas y por otro lado, se desecharán otras.
No es nada nuevo. Los miedos a un futuro incierto hace fluir nuestra creatividad empresarial. Los cambios que vienen serán solo de usos y costumbres. El Estado no se volverá asistencialista porque no es factible a largo plazo. Con el tiempo veremos que poco a poco todas esas necesidades que ahora nos la cubre, serán reemplazadas por el sector privado. La angustia también se puede capitalizar.

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