jueves, 7 de mayo de 2020

Matando el rato y la ansiedad

Cada época de tensión es sobrellevada de distinta forma. Recuerdo que de niño devoraba los llamados "chistes". Cuando los había leído todos por trigésima vez, mi padre me llevaba a una tienda misteriosamente escondida en Surquillo llamada "Todos vuelven" con un lema que decía "Rumbo al 2000". Ahí les daba mis historietas viejas y se las cambiaba al dueño por algunas de las miles que tenía expuestas en sus anaqueles. Claro, tenía que darle algo de dinero a cambio por ese "derecho" a la transacción. Dinero que salían del ahorro de mis propinas. Con el pasar de los años, esa forma de liberar las tensiones se trasladaron a la revista llamada Selecciones. Siempre portaba una cartera de cuerina donde las guardaba. Me las leía de pies a cabeza y siempre comenzaba por Gajes del Oficio. Así tuve varias costumbres que me ayudaban a llevar la tensión que en determinado momento sentía. Los primeros ciclos de la universidad me apasioné por los canales que transmitían todo tipo de documentales. Podía estar todo el santo día viendo documental tras documental. Desde la historia de la lavadora hasta las dedicadas a la Filosofía o arte. Solo paraba cuando tocaba la parte trasera del televisor y la sentía hirviendo.
Enumerar las actividades que uno ha realizado para sobrellevar estas épocas tensas, porque no siempre las vivía, sería extenderme demasiado. Pero la vez que me percaté de eso fue cuando a los treinta años, que iba a mi casa a almorzar para luego regresar a la oficina a volver a hacer el papel de abogado, me vi a mi mismo viendo dibujos animados de Nickelodeon. Fue como una epifanía cuando de pronto la pantalla se vuelve negra y veo mi reflejo que sostenía un plato de comida. Es en ese momento que me percaté que varias de mis aficiones superfluas tenían una motivación evasiva. Era como si estuviera saturado de pensamientos y quería ocuparme de cualquier cosa que me alejara de mi.
Esa revelación no me hizo desistir de esa costumbre. Así sé exactamente lo que agobiaba cuando me soplé todas la temporadas de Seinfeld, Cheers, Frazier, Alf, El super agente 86, el chavo, Los Simpsons, etc. en los años anteriores. Ahora mismo ando prendido inexplicablemente de Futurama. Asumo que será un consuelo al ver que dentro de mil años estaremos igual de fregados que ahora.

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